Aunque no lo sepamos, las principales empresas y organizaciones públicas siempre buscan la forma de proteger su información de los ojos de personas no autorizadas. Para evitar los ataques informáticos y que los datos se vean comprometidos por estos, es de vital importancia tener una formación adecuada en temas de seguridad y disponer de todos los elementos necesarios para la protección.
El Centro Criptológico Nacional (CCN) es el organismo encargado de coordinar a todos los demás organismos que utilicen cualquier medio o procedimiento de cifrado para garantizar la seguridad de la información, informar sobre la adquisición de nuevo material criptológico y formar a los demás organismos en este ámbito.
Aunque el Centro Criptológico Nacional lleva trabajando desde los años 80, no ha sido hasta ya entrado el 2004 cuando comenzó a ser una entidad propia que ofrecía los conocimientos y las soluciones que las diferentes empresas e instituciones necesitaban debido al aumento de los ataques informáticos y a la complejidad de estos.
Durante estos 10 años de vida, el Centro Criptológico Nacional ha publicado más de 200 guias y ha impartido 18 cursos de seguridad criptográfica a diferentes empresas y organizaciones públicas. Sólo en el año 2013 ha detectado 7263 amenazas de seguridad, incidentes y ataques llevados a cabo contra diferentes empresas y organizaciones de la Administración Pública.
Este organismo también es el encargado de gestionar la certificación de seguridad de las tecnologías de la información.
Desde la página web CCN-CERT podemos ver en tiempo real la seguridad de la Administración Pública. Por ejemplo, en el momento de la redacción de este artículo existe una amenaza peligrosa dentro de las redes del sistema informático del estado.
Sin duda, el trabajo realizado durante estos 10 años de vida del Centro Criptológico Nacional ha sido excelente. Los próximos años van a ser algo más complicados en cuanto a seguridad ya que cada vez son más habituales los ataques informáticos contra las redes gubernamentales, el espionaje y la «ciberguerra», por lo que la organización tendrá que seguir trabajando en estos ámbitos de seguridad.