El lanzamiento de Windows 10 ha levantado una gran expectación entre los usuarios y son muchos los que se han apresurado a probar la preview que ya se encuentra disponible. Sin embargo, lo que no saben los usuarios es que la propia Microsoft ha preparado una sorpresa para todos aquellos usuarios que deseen probar esta versión que aún se encuentra en pruebas: un keylogger oculto en el sistema operativo. Os recomendamos leer nuestro tutorial sobre punto de acceso WiFi en Windows 10.
Aunque muchos usuarios no habrán leído las condiciones de utilización de esta prueba del nuevo sistema operativo, en estas se detalla con claridad que el usuario acepta la instalación de un sistema de recopilación de información sobre el uso que se da a esta versión del nuevo sistema operativo. Evidentemente si el usuario no ha leído esto o ha hecho caso omiso de este aspecto desde Microsoft no existe ningún tipo de culpa, ya que sobre este aspecto se detalla en las condiciones de uso y de privacidad. Podéis visitar nuestro tutorial sobre arreglar el error de sistema 67.
Sin embargo, esto no termina aquí, ya que en las condiciones de uso se habla sobre la recopilación de datos sobre qué funciones se utilizan y qué uso se da a determinadas aplicaciones, pero en ningún momento se habla de la recopilación de datos creados por el usuario. Por lo tanto, la polémica vuelve a estar servida.
Recopilación de datos, direcciones de correo, resultados de búsqueda de Internet Explorer y más
Evidentemente, es comprensible que al ser una preview desde la compañía busquen detectar posibles fallos y limar el funcionamiento para conseguir que este sea el mejor posible de cara al producto final. Sin embargo, lo que no se esperaba es que la herramienta de recopilación de datos se encargase de recoger datos como búsquedas del navegador, direcciones de correo, archivos creados así como llamadas y mensajes, esto último en función del dispositivo en el que se lleve a cabo la instalación de la copia.
A todo esto hay que sumar que esta herramienta preinstalada por la propia Microsoft se encarga de recopilar las pulsaciones de teclado (desde un primer momento hemos apuntado a un keylogger) por lo que los datos recopilados se extienden mucho más de los que realmente la compañía de Redmond necesita para mejorar su producto.