Si vas a utilizar la nube para compartir archivos con otras personas, es importante que tengas en cuenta algunos factores. Es esencial mantener la seguridad y evitar que pueda filtrarse información o que los archivos terminen en malas manos. Por ello, conviene revisar los permisos, por ejemplo. También comprobar que tienes todo a punto para que funcione bien y evitar tener archivos que puedan ser peligrosos para quienes los descarguen.
Plataformas en la nube hay muchas. Podemos nombrar algunas como Google Drive, OneDrive o Dropbox. Pero elegir una de garantías siempre es importante, ya que hay ocasiones en las que utilizamos una página que parece fiable, pero en realidad no lo es y eso puede comprometer nuestra privacidad. Si vamos a subir archivos a la nube, deberías revisar ciertos aspectos para hacerlo con la máxima seguridad y privacidad posible, de tal forma que, tus archivos más valiosos no se pierdan ni tampoco se filtren a Internet.
Qué revisar al compartir archivos online
Una de las posibilidades que ofrece la nube es la de compartir archivos con amigos o familiares de una manera sencilla. Basta con alojar el contenido que queremos compartir y enviar el link o dar acceso a la cuenta. Rápidamente, la otra persona va a poder descargar ese contenido en su dispositivo.
Revisa los permisos de acceso
Algo fundamental es revisar bien los permisos de acceso. Puedes subir un archivo para compartirlo con alguien y, por error, permitir que esté público para cualquiera. Eso significa que cualquier persona, simplemente con tener el link, podría descargar, editar o borrar ese documento que has subido. Lo ideal es que concedas permisos solamente a la persona con la que vas a compartir el contenido. En ocasiones, incluso puedes configurarlo para que solo se pueda descargar una vez. Así disminuirás el riesgo lo máximo posible.
Cuando proporciones permisos de acceso a una persona, también puedes limitar si quieres que solamente sea capaz de leer, o de leer y escribir (posibilidad de modificar el archivo). Si solamente queremos que tengan acceso, lo mejor es quitarles el permiso de edición o escritura, para asegurarnos de que no van a eliminar. Actualmente todos los servicios de almacenamiento en la nube como pCloud, Google Drive, Dropbox y muchos otros, permiten esta posibilidad tan interesante.
Comprueba que tienes todo actualizado
Otro punto muy a tener en cuenta es comprobar que tienes correctamente actualizado todo. Podemos mencionar la aplicación de la nube, pero también el sistema operativo que utilices. Esto te ayudará a lograr que todo funcione correctamente y corregir posibles vulnerabilidades que pueda haber en el sistema. Esto es clave para mantener la seguridad. No utilices nunca programas o sistemas que puedan estar desactualizados y ser obsoletos. Eso puede dar lugar a problemas tanto a corto plazo, como también a largo plazo.
La mayoría de las ocasiones, lo que no tenemos actualizado es el cliente en la nube para la sincronización de archivos y carpetas. También podrías utilizar directamente tu navegador web con el objetivo de que puedas subir todo con seguridad, esta misma información se sincronizará en los ordenadores donde tengas el programa de la nube.
Asegúrate de no compartir virus
Por supuesto, debes mirar bien que lo que vayas a compartir no tenga virus. Si vas a subir un documento de texto, por ejemplo, siempre puedes previamente analizarlo con un antivirus. Con esto evitarás estar compartiendo un archivo que pueda ser peligroso para la otra persona, en caso de que tu equipo esté infectado. Algunas plataformas en la nube, como es el caso de Google Drive, van a rastrear los archivos que subas a la plataforma. En cierta medida, actúan como si fuera un antivirus. Es útil esto para reducir el riesgo de estar compartiendo algo que pueda ser malicioso.
En la gran mayoría de plataformas de almacenamiento en la nube, está prohibido subir archivos .EXE a través del navegador web, con el objetivo de proteger a los usuarios de posibles virus. Es algo que debemos tener muy en cuenta. En el caso de los programas para escritorio o smartphone, sí nos permitirán sincronizar las carpetas aunque haya un archivo ejecutable .exe en su interior.
Cuidado con los límites
También debes mirar los posibles límites que tiene la plataforma en la nube que estás usando para compartir archivos. Tal vez puedas compartir solo un número de archivos como máximo o un tamaño máximo y a partir de ahí se bloquea. A veces, las plataformas gratuitas van a tener límites de este tipo. Por tanto, comprueba bien los límites. Utilizar la nube tiene puntos positivos y negativos, y uno de ellos es tener ciertos límites a la hora de compartir archivos.
Por ejemplo, en el caso de pCloud, si compramos la suscripción de 2TB de capacidad en el Cloud, tendremos un tráfico mensual de 2TB a través de enlaces compartidos, más que suficiente para la gran mayoría de usuarios, porque esto significa que podremos subir o sincronizar archivos sin que este límite se tenga en cuenta, porque solo afecta a los enlaces compartidos que crees.
Como ves, usar la nube pública es algo que está muy extendido. Si vas a compartir archivos con otra persona, es importante que revises lo que hemos explicado. De esta forma evitarás problemas, además de conseguir que los documentos lleguen correctamente al destinatario. Elegir bien el servicio que vas a usar, también es algo a tener en cuenta.
Cómo compartir los archivos si tengo un NAS
Todos los servidores NAS disponen de un sistema operativo con diferentes servicios para compartir archivos, a través de la red local podemos usar SMB, y hay otros protocolos como FTP/FTPES que podemos usar tanto de forma local como también de manera remota a través de Internet. En el caso de acceder desde Internet, deberás abrir el correspondiente puerto FTP en el router, y la conexión a Internet no debe estar bajo CG-NAT, es decir, el router es quien debe tener la dirección IP pública.
Otra opción muy interesante es acceder a la interfaz web donde podemos compartir archivos vía HTTPS, para que no necesitemos usar un programa como FileZilla para acceder al servidor FTP/FTPES. Esta es la manera más fácil y rápida de compartir archivos, pero también necesitaremos abrir un puerto hacia nuestro NAS para que sea accesible a través de Internet y no usemos la nube del fabricante de nuestro servidor, ya que es realmente lento. Por seguridad, no es nada recomendable abrir un puerto a la web de configuración del NAS, ya que los ciberdelincuentes pueden explotar múltiples vulnerabilidades y hacerse con el control total del equipo, y incluso cifrarlo por completo a través de un ataque de ransomware.
Para evitar tener que abrir un puerto a la interfaz web de configuración del NAS, lo mejor que puedes hacer es montar un proxy inverso con Traefik, de tal forma que, usando un dominio propio o bien un servicio como DuckDNS, podamos acceder a nuestro NAS con un subdominio. En este caso, solamente tendremos que abrir el puerto 443 hacia al proxy inverso, y este software se encargará de filtrar diferentes tipos de peticiones maliciosas, e incluso podríamos permitir solamente ciertos países o direcciones IP, denegando el resto. Otra opción muy interesante si estás detrás de CG-NAT o si no quieres abrir puertos, es usar Cloudflare Tunnels, un servicio totalmente gratuito que nos permitirá crear una conexión inversa con el NAS y así acceder remotamente. En estos casos, debido a la infraestructura de Cloudflare el rendimiento que obtendremos será sobresaliente.
Como podéis ver, existen formas seguras de acceder de forma remota a nuestro NAS, y todo ello de manera pública sin necesidad de proporcionar credenciales VPN para acceder, ni complicados métodos de acceso. Simplemente compartiremos en el NAS el enlace correspondiente, y usando el dominio configurado en Traefik o Cloudflare Tunnel podremos acceder de forma local.