El almacenamiento en la nube es algo muy importante para el día a día de muchos usuarios. Tenemos a nuestra disposición múltiples servicios y dispositivos que nos permiten alojar contenido y que esté siempre disponible en la red. En este artículo vamos a hablar de qué diferencias hay entre NAS y SAN, ya que son dos términos que en ocasiones pueden generar dudas, aunque no son iguales como veremos.
Qué es un dispositivo NAS
En primer lugar vamos a explicar en qué consiste un dispositivo NAS. Se trata básicamente de un equipo que está conectado a la red y su misión es almacenar datos e información en un servidor centralizado. De esta forma una organización, por ejemplo, podría hacer uso de este tipo de equipos para que todos los dispositivos puedan acceder a archivos y guardarlos allí.
Normalmente se conectan a través de una red TCP/IP Ethernet. Es una solución muy utilizada especialmente por pequeños negocios y también por usuarios particulares. Es un tipo de dispositivo asequible, sencillo de configurar y utilizar.
Los servidores NAS son muy usados para crear copias de seguridad. De esta forma además de guardar allí el contenido y evitar pérdida si sufrimos algún ataque cibernético o deterioro físico de los equipos, también podremos mantenerlos disponibles en cualquier lugar simplemente con tener conexión a Internet.
Muchas veces se compara con el almacenamiento en la nube que podemos conseguir con muchos servicios en Internet, tanto gratuitos como de pago. Sin embargo hay una diferencia muy importante: el disco duro físico es propiedad del usuario.
En definitiva, un dispositivo NAS lo incorporamos a una red y nos ofrece capacidad para almacenar archivos y poder acceder desde cualquier dispositivo. Además en ocasiones tienen puertos USB adicionales, por lo que podemos conectar físicamente otros equipos y ampliar la memoria o crear copias de seguridad de esta forma.