¿Y si la tecnología cambia? Cuidado con tus aparatos de domótica pensando en el largo plazo

La tecnología cambia continuamente y esa es una realidad. Lo vemos en redes, como son los protocolos más recientes del Wi-Fi, por ejemplo. También ocurre en el uso de dispositivos muy variados. La domótica también cambia constantemente. Vemos dispositivos novedosos que salen al mercado y, en poco tiempo, pueden estar obsoletos porque ha aparecido uno mejor, con más capacidad. Entonces, ¿cómo afecta a la domótica los cambios tecnológicos?
Te vamos a mostrar algunos ejemplos claros de cómo podría afectarte si la tecnología cambia. Es posible que dejes de usar tus dispositivos inteligentes o, al menos, encontrarte con ciertas limitaciones, ante cambios importantes. Esto es algo que debes tener en cuenta, especialmente, si estás pensando en hacer una gran inversión económica para domotizar tu hogar.
Qué pasa en la domótica ante cambios tecnológicos
El objetivo es que puedas tener presente esas posibles complicaciones que podrían aparecer. Evitar que la obsolescencia tecnológica te afecte, puede estar en tu mano a veces, pero en otros casos no dependerá de ti. Si vas a automatizar ciertos aparatos, instalar bombillas inteligentes o enchufes domotizados, piensa también en el largo plazo.
Protocolos incompatibles
Los protocolos de comunicación, son clave para la domótica. Hay dispositivos que funcionan por Bluetooth, otros por Wi-Fi, Zigbee, etc. Pero, ¿qué pasa si aparece algún protocolo novedoso, que tenga ventajas y empiecen a aparecer aparatos inteligentes que usen principalmente esa opción?
Podría ocurrir que esos aparatos que tienes ahora, no funcionen con ese protocolo nuevo que pueda surgir. No podrías usarlos con un nuevo hub que utilices, por ejemplo. Esto te obligaría a tener que hacer una nueva inversión económica, para adaptar tus dispositivos a los nuevos protocolos y que sean también compatibles entre aparatos.
Vulnerabilidades sin corregir
Otro problema más, es que, al cambiar la tecnología, los fabricantes puedan dejar de actualizar los aparatos más antiguos. Básicamente, quedan obsoletos. Eso es un problema también para la seguridad, ya que no van a recibir correcciones y vas a tener problemas para lograr una buena seguridad.
Especialmente, esto puede ser un problema grave para dispositivos inteligentes sensibles, como pueden ser cerraduras con Wi-Fi, sensores de movimiento, cámaras de vigilancia, etc. En caso de vulnerabilidades, un atacante podría llegar a tomar el control y comprometer así tu seguridad y privacidad.
Nuevos ecosistemas
También hay que tener en cuenta que pueden surgir nuevos ecosistemas. Actualmente, algunos de los más usados son Google Home y Alexa. Puedes tener dispositivos que sean compatibles con ellos e ir domotizando tu casa con nuevos aparatos que funcionen en estos ecosistemas de domótica.
El problema llega cuando aparece un nuevo ecosistema. Tal vez haya otro nuevo que se haga más popular y todos los nuevos dispositivos que vendan, estén adaptados a ese ecosistema. Una vez más, los que ya tienes podrían quedar obsoletos y tener problemas para usarlos en un futuro.
En definitiva, la domótica, como cualquier otro sector tecnológico, es sensible también a los cambios. Podrían aparecer novedades que impidan que tus dispositivos funcionen correctamente o tengas que realizar cambios, lo cual puede suponer una inversión económica añadida.