La amenaza real no es DeepSeek, sino el espionaje silencioso de Gemini. Cuando DeepSeek irrumpió en el mercado, muchos lo señalaron como una amenaza a la privacidad debido a su origen chino. Gobiernos y empresas vetaron su uso, alertando sobre la posibilidad de que los datos de los usuarios terminasen en servidores bajo control del gobierno chino. Pero mientras todos miraban en esa dirección, Google Gemini ha estado recopilando más información personal que cualquier otro chatbot de IA.
Investigaciones recientes han revelado que, aunque DeepSeek no es precisamente un modelo «amigo de la privacidad», Gemini ocupa el primer puesto en la recopilación de datos personales. Desde tu historial de navegación hasta tu ubicación precisa y tu lista de contactos, Google ha diseñado su asistente para absorber información a una escala que supera a cualquier otro chatbot. Y lo peor de todo: la mayoría de los usuarios ni siquiera son conscientes de lo que están entregando.
¿Qué datos recopila realmente Google Gemini?
Para entender la magnitud del problema, investigadores de Surfshark analizaron los datos que recopilan los 10 chatbots más populares, incluyendo ChatGPT, Copilot, Perplexity y, por supuesto, DeepSeek. Y los resultados fueron alarmantes:
- Gemini recopila 22 de los 35 tipos de datos posibles en comparación con los 10 que recoge ChatGPT o los 11 de DeepSeek.
- Registra la ubicación precisa del usuario, algo que solo hacen tres chatbots (Copilot y Perplexity son los otros dos).
- Accede a tu historial de navegación, lista de contactos y contenido de usuario, lo que significa que puede extraer información de tus conversaciones y archivos almacenados en el dispositivo.
- Comparte datos con terceros, incluyendo anunciantes y posibles intermediarios de datos.
El problema no es solo lo que recopila, sino lo que hace con esa información. Google Gemini no solo aprende de cada interacción que tienes con él, sino que asocia esos datos con tu cuenta de Google, lo que le da acceso a un perfil extremadamente detallado sobre ti.
DeepSeek vs. Gemini: ¿Realmente el peligro viene de China?
Cuando se lanzó DeepSeek, muchos señalaron que su almacenamiento de datos en servidores chinos era una violación a la privacidad, con potenciales riesgos de vigilancia y ciberseguridad. Sin embargo, al comparar sus prácticas con las de Google, encontramos que:
- DeepSeek permite a los usuarios gestionar y eliminar su historial de chat, mientras que en Gemini estos datos pueden vincularse a tu cuenta sin una opción clara de eliminación total.
- DeepSeek recopila menos de la mitad de los datos que Gemini, centrándose principalmente en información de contacto y diagnósticos.
- Ambos modelos utilizan la información del usuario para mejorar su IA, pero en el caso de Google, la vinculación con otras aplicaciones y servicios amplifica el alcance de la recopilación de datos.
Es decir, la alarma que se encendió con DeepSeek debería haberse encendido mucho antes con Gemini. El mayor infractor de datos no es el chatbot chino, sino el gigante tecnológico que muchos llevan años usando sin cuestionar.
Cómo proteger tu privacidad al usar Gemini
Si sigues utilizando Google Gemini, hay algunas cosas que puedes hacer para minimizar la cantidad de datos que recopila sobre ti:
- Desactiva la recopilación de datos en la configuración de privacidad de tu cuenta de Google.
- No inicies sesión en Gemini con tu cuenta de Google si puedes evitarlo.
- Revisa y elimina tu historial de actividad periódicamente desde el panel de control de Google.
- Usa una VPN y bloqueadores de rastreo para dificultar el acceso a tus datos de navegación.
- Opta por chatbots menos invasivos si te preocupa la privacidad, como aquellos que permiten el uso sin cuenta o que no vinculan tus datos a otros servicios.
La gran pregunta: ¿Estamos mirando en la dirección equivocada?
Es fácil señalar con el dedo a DeepSeek y otros chatbots chinos cuando hablamos de privacidad, pero la realidad es que Google Gemini está recopilando más información de la que imaginábamos, sin levantar sospechas. La diferencia es que, en lugar de estar almacenados en China, esos datos se quedan en el ecosistema de Google, alimentando su red publicitaria, su IA y su negocio de datos.
Si de verdad queremos proteger nuestra privacidad, no basta con evitar ciertos chatbots por su origen. Es hora de exigir más transparencia y control sobre los datos que compartimos, incluso con las empresas que creemos que «ya conocemos».