Cuando creamos un usuario en Windows, ya sea como administrador o como una cuenta de usuario normal sin privilegios, podemos elegir entre varias formas de autenticación. Algunas de ellas son más seguras que otras, pero también depende de con qué forma de autenticación nos sentimos más cómodos. Hoy en RedesZone os vamos a hablar de las diferencias de utilizar un PIN o una contraseña de acceso a Windows, dos opciones ampliamente usadas por los usuarios.
¿Qué formas de autenticación existen?
El sistema operativo Microsoft Windows en sus versiones más recientes, como Windows 11 o Windows 10, nos permite iniciar sesión con diferentes métodos. Algunos de estos métodos son más seguros que otros, sin embargo, debemos tener en cuenta también la usabilidad frente a la seguridad. Un método puede ser muy seguro, pero implica gastar más tiempo o dinero en autenticarnos. Ahora mismo en los sistemas Windows tenemos las siguientes formas de autenticación:
- Rostro de Windows Hello: podemos iniciar sesión en el sistema operativo a través de nuestro rostro. Es necesario que nuestro ordenador incorpore una cámara compatible con Windows Hello para poder realizar la autenticación de forma correcta.
- Huella digital de Windows Hello: si nuestro ordenador dispone de un lector de huellas, como muchos ordenadores portátiles hoy en día, vamos a poder iniciar sesión de forma fácil y rápida simplemente pasando nuestro dedo por el lector de huellas digitales.
- PIN de Windows Hello: este método consiste en configurar un número PIN de cuatro dígitos como mínimo y hasta 127 dígitos como máximo. También permite incorporar letras y símbolos, no obstante, para usar letras y símbolos es mejor usar directamente la contraseña habitual de inicio de sesión. Este método, al usar solamente números, nos permite iniciar sesión con mayor facilidad y rapidez. Por último, Windows protege contra ataques de fuerza bruta impidiendo que se puedan introducir PIN de forma ilimitada.
- Llave de seguridad: podemos iniciar sesión si ponemos una llave de seguridad física en nuestro PC, de esta forma, vamos a poder autenticarnos con «algo que tenemos» que es una llave USB.
- Contraseña: es la típica forma de inicio de sesión, vamos a poder poner letras, números y símbolos para crear nuestra contraseña de acceso al sistema operativo.
- Contraseña de imagen: este método de autenticación consiste en subir una fotografía al sistema operativo, y elegir ciertas zonas de la foto que tendremos que tocar (si la pantalla es táctil) o usar el puntero del ratón. Al tocar todas las zonas en un orden preestablecido, iniciará sesión automáticamente.
Tal y como podéis ver, contamos con muchas opciones de autenticación en nuestro sistema Windows. Dos de las más habituales son el PIN y la contraseña de siempre, tanto por seguridad como por usabilidad y rapidez. Podéis leer nuestro tutorial para conectarte a red WiFi con código QR en Windows.
Diferencias entre PIN y contraseña
Las contraseñas son el método de inicio de sesión más típico, estas claves deberían estar formadas por letras, números y símbolos con una longitud de más de 12 caracteres para tener una buena seguridad. Windows nos permite definir unas determinadas políticas respecto a las contraseñas, como forzar una longitud mínima, máxima, si se pueden usar todos los caracteres o solamente ciertos caracteres, además, también nos permite forzar el cambio de contraseña tras un determinado tiempo.
En cualquier sistema operativo Windows, cuando vamos a instalar el sistema, tendremos que introducir un nombre de usuario y una contraseña, a no ser que inicies sesión directamente en tu cuenta Microsoft, que entonces tendrás que poner tu correo electrónico y la contraseña asociada a este correo, de esta forma, la clave de inicio de sesión será la de tu propio correo electrónico.
En el caso del PIN, es un método complementario a la contraseña, ya que no la sustituye. Con el PIN podemos definir una serie de 4 dígitos o más para entrar en el sistema operativo, esto es lo más sencillo si nuestra contraseña de acceso de la cuenta Microsoft o la local es demasiado larga. Cuando activamos el PIN, también tenemos la posibilidad de utilizar letras y símbolos, esto nos permitirá crear «una segunda contraseña», porque a efectos prácticos es como si fuera una contraseña y no un PIN que consiste en dígitos. Esto es perfecto por si acaso no quieres estar poniendo siempre la de tu cuenta Microsoft.