Durante mucho tiempo pensamos que las notificaciones del móvil eran inofensivas. Un aviso de WhatsApp, una alerta del banco, una sugerencia de YouTube… Pero lo que hoy se sabe cambia por completo la forma en que deberías verlas. Porque no solo las ves tú. Algunas agencias gubernamentales podrían estar leyendo también esa información, sin que te enteres, y sin que nadie te lo cuente.
En este artículo te explico lo que está pasando, cómo funciona este mecanismo de vigilancia silenciosa y qué puedes hacer para protegerte. Merece la pena saberlo.
Las notificaciones push: un canal invisible de espionaje
Resulta que cada vez que una app te envía una notificación, esa información pasa por los servidores de Apple o Google, según el sistema operativo que uses. Es decir, antes de llegar a tu pantalla, esos datos hacen escala en sus servidores. Y eso abre la puerta a algo preocupante: los gobiernos pueden solicitar esos datos. Y de hecho, ya lo están haciendo.
Un senador de Estados Unidos, Ron Wyden, destapó el caso al denunciar que agencias gubernamentales estaban pidiendo a Apple y Google acceso a los registros de notificaciones push de los usuarios. Es decir, no solo saben qué apps usas, sino cuándo te notifican, qué texto aparece en pantalla e incluso detalles técnicos de tu dispositivo.
Para que te hagas una idea, en el segundo semestre de 2023, Reino Unido solicitó información sobre 128 tokens push —códigos únicos que identifican a tu móvil— y recibió respuesta en 111 casos. En otros países como EE. UU., Alemania o Israel también se hicieron solicitudes similares.
Qué datos puede ver el gobierno y por qué es preocupante
Aunque estas notificaciones parecen inofensivas, pueden contar mucho sobre ti. Los gobiernos que acceden a estos datos pueden ver:
- Cuándo usas una aplicación
- Cuál es el contenido de algunas notificaciones (si no está cifrado)
- Qué apps tienes instaladas
- Dónde estás ubicado según la red desde la que recibes la notificación
Y eso sin que tú lo sepas, porque estas solicitudes suelen hacerse en secreto. De hecho, Apple reconoció que durante años no pudo hablar del tema porque el gobierno de EE. UU. se lo prohibió. Ahora que ha salido a la luz, la empresa ha incluido esta práctica en sus informes de transparencia.
Lo que más inquieta es que no está claro para qué se usan exactamente estos datos. Aunque en teoría pueden emplearse en investigaciones criminales, el hecho de que se recojan de forma tan amplia y sin control claro deja muchas dudas abiertas.
Y, ¿en España?
Aunque muchas de estas prácticas salen a la luz en países como Estados Unidos, no debemos pensar que en España estamos completamente a salvo. De hecho, las normativas europeas permiten ciertas formas de acceso legal a los datos si hay una orden judicial de por medio, y los metadatos de nuestras notificaciones -quién nos escribe, a qué hora, desde qué aplicación- pueden ser accesibles en investigaciones criminales. Además, con la creciente colaboración entre plataformas tecnológicas y gobiernos europeos, es probable que esta tendencia se intensifique. Por eso, conviene entender bien cómo funcionan estas puertas traseras, también desde nuestro propio país.
Cómo proteger tu privacidad ante este nuevo tipo de vigilancia
Si te preocupa esta situación —y debería—, aquí tienes algunas medidas que puedes tomar:
- Desactiva notificaciones innecesarias. Cuantas menos alertas envíen las apps, menos información generarás.
- Evita apps que no cifren sus notificaciones. Aunque no es fácil saber cuáles lo hacen, muchas apps de mensajería seguras como Signal o ProtonMail cuidan este aspecto.
- No vincules todas tus cuentas a un mismo correo o dispositivo. Si alguien accede a tu token push, podría asociarlo a tu identidad real si todos tus datos están unificados.
- Mantente informado. Las empresas como Apple y Google publican informes de transparencia que puedes consultar para saber cuántas solicitudes de datos hacen los gobiernos.
Y sobre todo, recuerda esto: cada notificación que aparece en tu pantalla puede estar dejando un rastro. No es cuestión de volverse paranoico, sino de ser consciente. La privacidad no se pierde de golpe. Se va escapando, notificación a notificación.