Poco a poco sigue apareciendo nueva información sobre Silk Road, la famosa plataforma de compra-venta de productos ilícitos de la Deep Web. hace ya algunos meses leímos que la plataforma original había sido clausurada por el FBI y se habían incautado cuantiosos Bitcoin y una considerable cantidad de información sobre los usuarios, aunque no toda la necesaria. Sin embargo, las culpas simplemente afectaron a los administradores, los usuarios no se vieron afectados por el cierre de la primera Silk Road, hasta ahora.
El FBI ha encontrado una posible copia de seguridad completa del portal Silk Road en un pequeño servidor alojado en Pensilvania que podría ser, probablemente, una copia completa de la página original y de todas sus bases de datos de manera que la organización podría obtener una información incalculable sobre todos los usuarios de la plataforma, tanto compradores como vendedores, lo que puede ser realmente un problema para todos ellos.
La empresa encargada de alojar esta copia es Jtan. Según se han analizado los documentos, esta empresa no figura en ninguno de ellos, por lo que, en un principio, no ha sido partícipe de la plataforma y simplemente se dedicaba a alojar el contenido.
La ventaja de Jtan es que, desde sus inicios, ha ofrecido a sus usuarios la posibilidad de no revelar su identidad. Simplemente con un pago de Bitcoin ofrecía los servicios sin nombres, direcciones ni ninguna información de lo que ocurría en sus servidores. Este hecho, aunque es ilegal en muchos países, es totalmente legal en Pensilvania, por lo que no se deberían tomar acciones legales contra ella.
Jtan ha decidido ceder los discos duros de las copias de seguridad al FBI con todos los datos de Silk Road que, según el funcionamiento de los servidores de Jtan, la copia de seguridad sería la equivalente a los últimos 60 días de funcionamiento de la plataforma.
Por el momento sólo queda esperar a ver qué tipo de información encuentra el FBI dentro de la copia de seguridad de Silk Road y las acciones legales que impone contra los usuarios que logren identificar.
Fuente: The New York Times