Tengo Internet perfecto al lado del router, pero me alejo un poco y deja de funcionar, ¿qué ocurre?

No siempre funciona el Wi-Fi tan bien como nos gustaría. Puede que la velocidad sea lenta o que directamente no puedas conectar algún aparato si te alejas del router. En este artículo, vamos a hablar de por qué puede ir perfecta la conexión junto al router, pero empezar a ir muy mal a poco que te alejes. Hay diferentes factores que pueden entrar en juego, pero podrías buscar la manera de evitar que ocurra.
Ten en cuenta que la conexión siempre va a ir peor conforme te alejas del router. Sin embargo, nos referimos a notar una caída excesiva. Puede que el hecho de conectarte en una habitación u otra, relativamente cerca, suponga que la velocidad disminuya drásticamente o que incluso no puedas conectarte al Wi-Fi.
Por qué la conexión cae al alejarme del router
Si notas que la velocidad va mal a poco que te alejas, o notas que la cobertura es muy inferior a la que deberías, detectar el motivo puede ser clave. Eso te ayudará a actuar y corregir así cualquier problema que pueda haber.
No aprovechas la doble banda
La primera causa es no estar aprovechando correctamente la doble banda. ¿Qué significa esto? Normalmente, los routers permiten conectar dispositivos a los 2,4 o 5 GHz. Algunos, también tienen la opción de los 6 GHz. Esto va a ser determinante para poder conectarnos desde más lejos o tener más velocidad.
En líneas generales, la banda de los 2,4 GHz es la que permite conectar los dispositivos desde más lejos. En cambio, los 5 GHz tienen un menor alcance, pero ofrecen mayor velocidad. Lo que puede ocurrir es que estés conectado a esta última banda, o bien a la de los 6 GHz. Vas a tener una gran velocidad cerca del router, pero podrías tener problemas a poco que te alejes, por lo que convendría cambiar a la de los 2,4 GHz.
Hay interferencias
También puede ocurrir que tengas interferencias. Esto lo puedes notar si te conectas desde una zona concreta y ves que la velocidad disminuye o tienes problemas para establecer la conexión. Puede ocurrir que haya otros aparatos que estén generando interferencias y, por tanto, vas a tener problemas.
Por ejemplo, dispositivos que usen Bluetooth pueden ser la causa de estos problemas. Al utilizar los 2,4 GHz, al igual que un microondas o un teléfono inalámbrico, puede provocar cortes y fallos en la red Wi-Fi. Lo ideal es que intentes alejar estos aparatos todo lo que puedas.
Obstáculos que bloquean la señal
Otro motivo es que haya obstáculos que estén bloqueando la señal inalámbrica. Puede ocurrir si te conectas justo al lado de un muro de carga, hay una lámina de metal, algún electrodoméstico, etc. Esto podría afectar a la señal y limitar bastante la cobertura, por lo que es necesario controlarlo.
Para evitar problemas de este tipo, lo que puedes hacer es evitar conectarte al lado de obstáculos. Evita grandes muros o paredes, objetos metálicos, electrodomésticos que tengan agua, etc.
Problema a nivel de hardware
Pero también puede ocurrir que haya problemas a nivel de hardware. Puede que sea algo que afecte al router, pero también al dispositivo con el que te conectas a Internet. Tal vez la antena esté deteriorada o haya habido algún tipo de fallo que afecte a ese aparato en concreto y haya problemas.
Algo que puedes hacer, es probar a conectarte con otro dispositivo. De esta forma, descartas problemas en el equipo con el que te conectas a Internet. Podría tratarse de algún fallo de hardware en el router o bien alguna otra limitación como las que hemos explicado.
En definitiva, estos son algunos motivos por los cuales podrías tener problemas con la red Wi-Fi a poco que te alejes del router, aunque justo al lado vaya perfecto. Puede que tengas que realizar algún ajuste y optimizar la conexión de Internet.