El escritorio remoto es muy útil para poder acceder a un ordenador sin estar físicamente allí. Por ejemplo para trabajar, estudiar, poder ayudar a otra persona a solucionar algún fallo que haya en ese equipo… Incluso puede servir para que accedamos a archivos que tenemos almacenados en otro sistema. En este artículo vamos a explicar los pasos para habilitar el escritorio remoto en Ubuntu. Es sencillo y puede resultar muy útil para aquellos que utilicen este popular sistema operativo basado en Linux.
Una de las herramientas que se pueden usar de manera sencilla y que resulta de gran ayuda es el escritorio remoto en Ubuntu. Lo que pasa es que no todos los usuarios saben cómo se activa. Por esto mismo, en las siguientes líneas vamos a hablar de cuáles son los pasos necesarios para usarlo sin inconvenientes. Y es que, aunque sea útil, hay varios puntos que se deben tener en cuenta.
Qué es un escritorio remoto y para qué se usa
Un escritorio remoto es una tecnología que permite a un usuario controlar y trabajar con un ordenador desde otro dispositivo, normalmente a través de una conexión a Internet. Esto hace que puedas acceder y visualizar el escritorio de un ordenador de forma remota, como si estuvieras sentado físicamente delante de él, y tener la capacidad de utilizar todas sus funciones y aplicaciones.
Principales aplicaciones
El propósito principal del escritorio remoto es facilitar la administración y el acceso a sistemas informáticos desde ubicaciones remotas. Algunas de las aplicaciones y casos de uso más comunes incluyen:
- Administración remota: Los administradores de sistemas utilizan escritorios remotos para gestionar servidores y sistemas informáticos sin tener que estar físicamente presentes en la ubicación del equipo.
- Asistencia técnica: Permite a los encargados de soporte técnico acceder al escritorio de un usuario para diagnosticar problemas, realizar configuraciones o proporcionar asistencia directa sin necesidad de desplazarse.
- Trabajo remoto: Facilita el teletrabajo permitiendo a los empleados acceder a sus estaciones de trabajo desde ubicaciones externas. Esto es algo muy útil y cada vez más extendido para mantener la productividad cuando no es posible estar en la oficina.
- Acceso a archivos y aplicaciones: Permite acceder a documentos, archivos y aplicaciones almacenados en un ordenador remoto, lo que es importante cuando necesitas trabajar con recursos específicos de un ordenador en particular.
- Colaboración: Facilita la colaboración entre equipos dispersos al proporcionar acceso compartido a sistemas y proyectos sin importar la ubicación física de los participantes.
- Pruebas y desarrollo: Los desarrolladores pueden acceder a entornos de prueba y desarrollo de forma remota para probar aplicaciones y realizar debug desde cualquier lugar.
- Acceso a dispositivos específicos: Se utiliza para acceder a dispositivos específicos, como cámaras de seguridad, sistemas de control industrial o equipos médicos, desde ubicaciones remotas.
Por lo tanto, si se tienen en cuenta estos aspectos, también se pueden sacar diferentes ventajas del uso del escritorio remoto. Es por ello por lo que resulta interesante conocer cómo se puede activar y así posteriormente usarlo cuando lo necesitemos. Por lo que una vez tengamos en cuenta estos aspectos, es el momento de conocer qué hay que hacer para utilizar el escritorio remoto en Ubuntu.
Ventajas y desventajas del escritorio remoto
Al igual que toda herramienta, se pueden encontrar una serie de ventajas que pueden marcar la diferencia a la hora de usar una aplicación o no. En este caso, la opción de Ubuntu permite acceder a tu entorno de escritorio desde cualquier lugar, por lo que al igual que otras opciones disponibles, ofrece una gran flexibilidad, idónea para trabajos en remoto, soporte de TI, etc.
Ahora bien, por más que sea una opción de lo más práctica a la hora de querer acceder de forma remota a un dispositivo, en este caso, a través de Ubuntu, lo cierto es que presenta una serie de inconvenientes: posibles problemas de seguridad, limitaciones técnicas o complicaciones a la hora de configurar correctamente la herramienta. Por lo que son una serie de detalles que se deben conocer a la hora de optar por una de estas aplicaciones.
Pasos para usar el escritorio remoto
En las versiones más recientes de Ubuntu es muy sencillo activar el escritorio remoto, por lo que es una de las principales ventajas de esta herramienta. Solo hay que seguir una serie de pasos que vamos a explicar y configurarlo correctamente. A partir de ese momento ya podremos acceder a una pantalla de un ordenador de forma remota y poder usarlo como si estuviéramos allí físicamente. Por lo tanto, estos son los distintos puntos que debemos tener en cuenta:
Ubuntu actualizado y cliente remoto
En primer lugar debemos contar con al menos la última versión del sistema operativo instalada que esté disponible. En nuestro caso lo hemos probado de primeras con la versión Ubuntu 21.10. Por lo que en tu caso podría ser una versión más reciente del sistema operativo. No obstante, si tienes alguna versión anterior el proceso va a ser similar, aunque puede variar ligeramente cosas concretas. Es por ello por lo que recomendamos instalar el firmware más reciente.
También tenemos que instalar un cliente remoto, como es el caso de Remmina. Esto es lo que va a permitir acceder a un equipo de forma remota utilizando Ubuntu. Por lo que es otro software que debemos tener en el PC. Lo bueno es que Remmina viene instalado en las versiones más actuales de Ubuntu. Si ves que no está disponible en tu sistema, simplemente tendrías que instalarlo por tu cuenta. Algo que no te llevará mucho tiempo. Directamente lo puedes comprobar fácilmente pinchando en el Menú de aplicaciones y buscando en la barra de arriba.
Conocer los datos del equipo remoto
Para poder utilizar correctamente Remmina y el escritorio remoto de Ubuntu, es necesario conocer la dirección IP del equipo remoto al que vamos a acceder. Sin esto no podríamos entrar remotamente. Por lo que resulta clave conocer este dato de primeras.
Hay que tener en cuenta que debe estar instalado tanto en el sistema al que queremos acceder remotamente como en el ordenador que estamos utilizando para ello. Si en el ordenador al que queremos entrar tiene la última versión de Ubuntu y Remmina instalado, no tendremos problemas. Así que es otro de los aspectos que se deben revisar para no llevarnos una sorpresa cuando no funcione como esperábamos.
Compartir desde Ubuntu
Una vez tengamos todo esto ya preparado, lo siguiente será comenzar a compartir desde Ubuntu. Tendremos que acceder al apartado correspondiente y configurarlo para que esté disponible y podamos acceder a un escritorio remoto.
Los pasos a seguir son muy sencillos: hay que ir al Menú de aplicaciones y allí buscar Compartir. Una vez aquí, ten en cuenta que te llevará a una nueva ventana. No obstante, también está la alternativa de entrar en Configuración y allí seleccionar igualmente Compartir. Aquí veremos una nueva pantalla como vemos en la imagen de abajo.
Ahí veremos que, de forma predeterminada, viene deshabilitada la opción de Compartir. Por tanto, tendremos que marcarla en la parte de arriba. Cuando hagamos esto, veremos que se activará también la posibilidad de habilitar la compartición de pantalla y multimedia. La que nos interesa es la primera. Tenemos que pinchar en esa opción, en Compartición de la pantalla, y marcar Permitir las conexiones, tal y como vemos en la imagen de abajo.
Poner contraseña
En esa misma ventana nos aparecerán parámetros de seguridad, como poner una contraseña. Esto es interesante para evitar que un equipo pueda conectarse de forma remota sin autenticarse. Así mejoraremos la seguridad al tener que poner esa clave para acceder. Por lo que no deberás usar una contraseña fácil de recordar ni mucho menos, tiene que ser compleja.
Nuestro consejo siempre es cifrar el escritorio remoto con una contraseña. Además, hay que tener claro, como decíamos, que esa clave debe ser segura. Tiene que contener letras (mayúsculas y minúsculas), números y otros símbolos especiales. Todo esto de forma aleatoria y que además no la estemos utilizando en ningún otro lugar. De lo contrario, lo cierto es que la seguridad del escritorio remoto no será tan buena. Por lo que es un paso crucial dentro del proceso de configuración.
También debemos marcar la casilla de Las conexiones nuevas deben solicitar acceso. En este caso sí viene activada de forma predeterminada, pero debemos verificar que así es y si no lo está simplemente marcamos la casilla y listo. Por lo que es otra de las configuraciones que debemos tener en cuenta a la hora de querer usar el escritorio remoto en Ubuntu.
Conectar por cable o red inalámbrica
Es posible conectarnos a un escritorio remoto tanto de forma inalámbrica como a través del Wi-Fi. En la casilla que aparece debajo de donde podemos poner la contraseña para acceder, también podemos marcar otra opción para conexión cableada y que esté habilitada.
Podemos elegir la que queramos, pero lo ideal por seguridad es acceder únicamente de forma alámbrica. De esta forma reduciremos la probabilidad de que haya intrusos y estaremos más seguros. Pero, como todo, siempre dependerá de las necesidades de cada. Lo que está claro es que nuestra recomendación es por cable, siempre y cuando se pueda usar sin grandes inconvenientes.
Usar Remmina
Después de haber seguido estos pasos y haber configurado correctamente Ubuntu, ya solo quedaría lanzar Remmina o el cliente de escritorio remoto que hayamos elegido. Hay que pinchar en el menú de arriba, el que aparece junto a la barra de búsquedas, y seleccionamos VNC de las opciones que aparecen.
Allí tenemos que poner la dirección IP que corresponda al equipo remoto. Aceptamos y a partir de ese momento ya podremos acceder de forma remota. En caso de que hayamos configurado la conexión para que solicite una contraseña, la pedirá y de esta forma ya podremos entrar. Si no hemos puesto clave, pedirá al equipo remoto que acepte al usuario y se conectará.
Por tanto, siguiendo estos pasos podremos utilizar el escritorio remoto en Ubuntu con la aplicación Remmina. Simplemente hay que asegurarse de contar con la última versión del sistema operativo para evitar problemas y de tener instalado Remmina. También aconsejamos que este programa tenga la última versión, ya que así evitaremos problemas tanto de seguridad como de rendimiento.
De forma adicional, en Rammina podemos pinchar en el menú desplegable que aparece arriba y, dentro de las opciones, seleccionar que sea la aplicación predeterminada en Ubuntu. Si tenemos más de un programa instalado, es una opción a tener en cuenta.
Acceder a Ubuntu desde Windows
El intercambio entre estos dos sistemas operativos, es bastante más común de lo que puede parecer a simple vista. Por lo cual tenemos la opción de realizar este tipo de conexiones desde cualquier lugar. Pero para ello se tienen que desarrollar algunos pasos previos para poder realizar la conexión.
Lo primero será conocer la IP del equipo al que nos vamos a conectar. Siendo esto algo básico. Los pasos son sencillos, en Ubuntu simplemente tendremos que acudir al Terminal y ver la dirección con ipconfig. Pero tendremos que establecer algún valor, como eth0 o wlan0. Dependiendo si estamos utilizando una red cableada o por Wi-Fi. Si queremos utilizar la interfaz gráfica, solo tendremos que acudir al icono de la red y acceder a la conexión. Dentro del menú de Configuración, también tendremos la oportunidad de ver la dirección que necesitamos conocer para proceder a acceder a Ubuntu desde un PC Windows.
Luego de eso tendremos que habilitar el reenvío de puertos. Esto también será un paso necesario. Se realizará en el router que tenga conectado el equipo con Ubuntu, y el paso es muy sencillo. Solo tendremos que establecer la dirección IP del router con el comando ip r | grep default. Luego con la IP del router, acudimos al navegador y entramos a la configuración. Accedemos al apartado que establece las reglas para el reenvío de puertos y creamos la regla.
Dependiendo del router las reglas pueden tener alguna que otra función diferente, pero el funcionamiento es muy similar o igual entre ellos. Por lo tanto, en función del modelo que tengamos en casa, cada función va a ser diferente. Por lo que es un aspecto que se debe tener en cuenta en este paso en particular. Lo bueno es que, por lo general, suelen ser similares.
Finalmente, solo nos quedará realizar la instalación necesaria del Escritorio Remoto en Ubuntu. Una vez acabado, ya podremos realizar la conexión remota de Ubuntu desde Windows. Esto puede ser muy útil para muchas empresas que necesitan de ambos sistemas para sus tareas. Por lo general, en equipos de oficina lo más común es encontrar Windows. Y con este tipo de conexión, se puede establecer un equipo con Ubuntu u otro Linux para varios usuarios incluso. De forma que el gasto económico y de administración no es tan elevado.
Rendimiento de Ubuntu
El rendimiento es una de las cuestiones que más preocupa a algunos usuarios. En este caso, con Ubuntu puede tener algunas variaciones dependiendo de diferentes factores. El primero de ellos es el hardware que se emplea para realizar la actividad, luego también será importante la configuración del sistema y la calidad de la conexión. En cambio, por lo general no vamos a tener problemas, ya que el Escritorio Remoto de Ubuntu ofrece un rendimiento muy sólido donde también podremos encontrar una buena experiencia de usuario.
Una de sus mejores características, es la capacidad de adaptación a diferentes tipos de redes y conexiones al establecer la conexión entre el equipo local y el remoto. Para ello existen protocolos como VNC, donde la transmisión se puede realizar de forma eficiente desde la interfaz gráfica. Pero eso no es todo, sino que también estamos ante una solución que está muy bien optimizada. A lo cual podemos sumar el recibir constantes actualizaciones y mejoras para que el rendimiento sea mejor en todos los aspectos. Por lo general incorporan nuevos algoritmos de compresión, codificación y reducen la cantidad de datos que se transmiten por la red a la hora de realizar la conexión.
En todo caso, cuenta con otras funciones que nos pueden ayudar a que funcione un poco mejor. Entre otros, la calidad gráfica. Esta es ajustable, así como la velocidad de actualización de la pantalla. Esto nos permite adaptar la configuración a las necesidades y capacidades de nuestra red y ordenador. Pero debemos recordar, que el rendimiento siempre se va a ver afectado por el hardware del equipo, como comentamos previamente. Esto hace que sea necesario contar con los recursos adecuados para que la conexión funcione de la forma adecuada. Por lo cual, a pesar de que estamos ante un sistema muy bueno, debemos cumplir algunos requisitos a la hora de utilizarlo, y así tener garantías.
Conclusiones
Podemos decir que el escritorio remoto es una función muy interesante que podemos utilizar en diferentes sistemas operativos para acceder a un equipo sin estar físicamente delante. En el caso de Ubuntu, es una de las opciones disponibles y además muy útil por su facilidad y también por su seguridad. Hemos visto que solo tenemos que configurar algunos ajustes dentro del sistema y rápidamente poder usarlo.
Respecto al cliente de escritorio remoto, consideramos que Rammina es ideal a nivel de usuarios y para aquellos con menos experiencia. Es muy sencillo de usar, funciona bien y además viene instalado de serie con Ubuntu. Igualmente, hay que configurar un par de parámetros como hemos visto y poder usarlo con normalidad.