Con la creciente incorporación de Internet y las redes a nuestra vida en todas sus facetas, se han generado diversas clases de aplicaciones, y con ellas existen en la actualidad múltiples tipo de tráfico que demandan diferente ancho de banda para circular por nuestras redes y por Internet. Puesto que siempre exigimos al máximo la capacidad de nuestra red, especialmente la conexión a Internet, es que termina siendo importante controlar el uso que se hace de ese “factor escaso”, para administrarlo adecuadamente según nuestras necesidades. Para estos fines, diversas herramientas que hasta hace poco estaban reservadas a entornos corporativos, ahora se hacen accesibles como funcionalidades nuevas de nuestros routers domésticos, por lo que resulta interesante comprender en general cómo funcionan para poder obtener el máximo provecho de ellas.
Vemos frecuentemente una función denominada QoS, una sigla por Quality of Service o Calidad de Servicio, que se refiere a diversos mecanismos destinados a asegurar el flujo ágil de datos en la red, valiéndose de mecanismos de asignación de prioridades a diferentes tipos de tráfico que requieran tratamiento más especial. Manejaremos el concepto de QoS como diferenciado y comprensivo de Control de Ancho de Banda, o sea, este último como una parte dentro del Quality of Service.
El propósito de este artículo es hacer una breve descripción de los elementos principales de estos sistemas para comprender su funcionamiento general y que, puestos a configurar nuestro router, abordemos esa tarea mejor posicionados para poder obtener el mejor rendimiento que aquel puede darnos.
¿Qué es y para qué sirve el QoS?
El QoS (Quality of Service) es una característica de los routers y los switches que nos permitirán priorizar cierto tráfico de datos. Normalmente el tráfico de red se encola para su tratamiento y envío de los diferentes paquetes, sin embargo, el QoS lo que nos permite es priorizar unos determinados paquetes para que se gestionen antes que otros en la cola. De esta forma, tendremos una menor latencia porque llegarán antes hasta el destino. La funcionalidad de QoS es ampliamente utilizada en los routers gaming para dar prioridad a los paquetes de juegos, y de esta forma, tener la menor latencia posible y el menor jitter posible (variación de latencia), con el objetivo de que el juego tenga la mejor experiencia de usuario posible.
El funcionamiento a alto nivel, se basa en que los paquetes de juegos tendrán mayor prioridad que otros paquetes que lleguen al router, como paquetes de programas P2P, reproducción de vídeo en 4K de servicios de streaming etc. El QoS se puede configurar también para priorizar los paquetes de VoIP, hoy en día con el teletrabajo, esta característica es fundamental para tener la mejor experiencia a la hora de realizar llamadas o videollamadas a través de Internet.
Dentro de las tecnologías de QoS también disponemos del control de ancho de banda, existen routers que nos permiten limitar la velocidad de descarga y subida de los diferentes clientes, tanto clientes cableados como también inalámbricos, con el objetivo de que no colapsen todo el ancho de banda cuando descarguen a través de redes P2P. Este control de ancho de banda no solamente se realiza en los routers, sino que también se puede realizar directamente en los switches e incluso punto de acceso. Por ejemplo, los switches gestionables disponen de QoS basado en el estándar DSCP y también en el CoS, además, pueden limitar por puerto la velocidad máxima a transmitir. Por último, los puntos de acceso WiFi profesionales también disponen de un QoS para priorizar determinados paquetes, e incluso podremos limitar el ancho de banda por SSID, cliente WiFi y otras configuraciones avanzadas.
Elementos
Factor Escaso
La idea subyacente detrás de todos estos sistemas de QoS es un déficit en el ancho de banda necesario para lograr lo que queremos en cuanto a la velocidad, la latencia o el “jitter” (variaciones en la latencia). Si no existiera esta escasez (en nuestra red, en nuestra conexión o en otras redes por las que transiten nuestros paquetes) y el ancho de banda fuera ilimitado, todos los tipos de tráfico obtendrían sobradamente lo que necesitan para lograr su calidad y no estaríamos hablando de la manera de lograr una mejor calidad de servicio.
Privilegios
Debido a que este déficit no puede ser remediado en el momento, nos vemos obligados a definir diferentes grados de importancia o prioridad para diferentes tipos de tráfico, de manera que un tipo resulte privilegiado en perjuicio de otro tipo. Siempre se intentará minimizar este detrimento para que sea lo menos perceptible posible y si es muy notorio, que solamente incida sobre los tipos de tráfico donde menos nos moleste.
Por ejemplo, si estoy sirviendo un archivo en una red P2P que me consume gran parte del ancho de banda de subida de mi conexión y debo iniciar una llama con mi teléfono IP que corre sobre la misma conexión a Internet, entonces pretendo que mi llamada no tenga problemas de conexión, aunque esto implique que el archivo que estoy subiendo se demore algo más de lo previsto. Esto me lleva a decidir que mi tráfico VoIP debe tener mayor privilegio que mi tráfico P2P. Otro ejemplo: si estoy realizando una descarga grande de datos hacia mi PC u otra de mi red, y necesito revisar el correo, pretendo que la operación de correo resulte fluida aunque esto conlleve ralentizar la descarga. Definir qué tráfico deseamos priorizar en desmedro de qué otro, es la definición política que debemos hacer para luego poner manos a la obra con lo técnico.
Clasificación
Para poder asignar los privilegios o hacer otro tipo de operaciones con determinado tráfico, debe haber una manera inequívoca de clasificarlo, en el sentido de catalogarlo e identificarlo dentro de toda la maraña de tráfico que pasa por el router. Identificar correctamente por parte del router el tráfico que nos interesa es una operación vital para luego poder hacer que se le otorgue o se le quite prioridad. Todos los paquetes que cumplen con determinado criterio serán considerados como pertenecientes a una determinada “Clase” de tráfico y no a otra.
En general se definen varias clases y se especifica qué criterios se usarán para incluir cada paquete en una u otra. La cantidad de criterios que pueden usarse para clasificar e identificar el tráfico es enorme, aunque depende de cada router. El tráfico de red está basado siempre en un flujo de paquetes de datos y los clasificadores siempre analizan ciertas características de estos paquetes en forma individual, clasificándolos uno por uno. No es propósito de este artículo ahondar en estos detalles, pero vale mencionar como ejemplos de criterios por los que se identifica el tráfico: MAC Address, IP, o puerto, tanto de origen como de destino, protocolo, tamaño del paquete, boca física por la que ingresa al router, SSID (en caso de routers con múltiples SSIDs), diversas marcas que trae el paquete que le pudieron haber asignado otros sistemas por los que ha pasado previamente, como identificadores de VLAN o de prioridad, etc.
Acciones
Una vez que el paquete ha sido clasificado, el router le asigna el tratamiento que le hemos configurado para la clase específica a la que resultó perteneciendo el paquete. La principal acción que realiza el router a los efectos de controlar el ancho de banda es meter el paquete en una de sus “colas” de salida. Debido a que el ancho de banda de salida del que dispone el router para enviar los paquetes es limitado, lo que hace es planificar la salida obligando a los paquetes a formar diversas filas o colas para poder salir, y todos deben salir por la misma “puerta” (la cola de transmisión de la interface de salida).
Por cada Interface de Salida (luego veremos que solamente se puede controlar el tráfico que “sale”) el router tiene predefinidas estas diferentes colas de salida que hace avanzar a distinta velocidad, enviando los paquetes uno a uno, utilizando diversos esquemas de priorización para cada cola, con lo que logra que los diferentes “flujos” se muevan a diferente ritmo, en un proceso que tiene por objetivo asignar el ancho de banda escaso a los flujos más privilegiados. Este proceso es conocido como Gestión del Ancho de Banda, Bandwidth Shapping o Bandwidth Management y son la parte principal de los sistemas de Quality of Service. En general, la configuración del router nos permite elegir una “prioridad” para cada clase que definimos y con eso se encarga de meter el paquete en la cola que cumpla nuestra prioridad.
Con el mayor poder de procesamiento que se logra con el avance de la tecnología, algunos routers han agregado, como parte integral del proceso de QoS, algunas otras funciones, además de la gestión de ancho de banda mencionada, considerando que gran parte del trabajo pesado (que es clasificar los paquetes de acuerdo a los diversos criterios) ya está hecho. De esta forma, se aprovecha para “marcar” el paquete de diversas maneras que sean interpretadas por las siguientes redes y dispositivos por los que vaya a transitar el paquete cuando salga del router. No ahondaremos en los distintos protocolos involucrados, pero valga mencionar algunas marcas comunes como las de TOS (Type of Service) y DSCP (Differentiated Services Code Point) en la cabecera IP de los paquetes, y marcas VLAN en la cabecera Ethernet.
Estas marcas tienen como objetivo el de establecer prioridades diferenciadas en las redes subsiguientes, para que esos otros dispositivos traten al paquete de la misma manera que lo ha hecho nuestro router, o establecer condiciones especiales de enrutamiento. Por supuesto, cuando nuestro router envía paquetes a las redes de nuestros ISPs en conexiones domiciliarias domésticas, éstos ignoran completamente estas marcas y les asignan sus propia prioridad en vez de respetar la que nosotros pretendemos, por lo que estas marcas terminan cumpliendo su función circunscriptas solamente a redes corporativos o en dispositivos que nosotros mismos configuremos en nuestras propias redes.
Límite de potestad del router
Es muy importante remarcar que el router solamente puede actuar (lo que sea que vaya a hacer con el paquete) sobre paquetes que ya ha recibido, independientemente de si los recibió desde la LAN o desde Internet o WAN. Comprender esto es importante para poder configurar los sistemas de QoS porque significa que el router nunca puede controlar el tráfico que recibe, sino el que envía, sin importar por cuál interface (WAN o LAN) lo recibe ni por cuál lo envía. Hay una errónea tendencia a asumir que el concepto de “recibido” equivale a “proveniente de Internet” y que “enviado” significa “enviado hacia Internet”, lo que, desde el punto de vista del router, no es completamente cierto. Para verlo gráficamente analicemos el siguiente esquema. Asumiremos una conexión ADSL, pero es igual para cable, fibra o cualquier tecnología.
Por los puntos 1 y 2 el router envía tráfico sobre los tramos B y D, y desde el punto de vista del router, ambos son “enviados”, siendo el B hacia nuestra red interna o LAN y el D hacia Internet o WAN. El segmento D es el que conocemos comúnmente como “Upstream” o Subida. El tráfico que recorre el segmento A es el que el router “recibe” proveniente de Internet, y el que recorre el segmento C es el que el router “recibe” proveniente de nuestra LAN.
El router no puede controlar lo que ocurre en A ni lo que ocurre en C, porque no es él, sino otro aparato, quien toma la decisión de transmitir y ocupar el ancho de banda. El router solamente tiene poder de decisión en los puntos 1 y 2, controlando el ancho de banda que se ocupa en los segmentos B y D. O sea, solamente puede controlar lo que él mismo transmite (B para la interface LAN; D para la interface WAN), es decir, únicamente el tráfico que fluye «hacia afuera» del router, ya que estos son los únicos casos donde el mismo router toma las decisiones de transmitir o no, o usar determinada velocidad. Cuando asignamos el ancho de banda disponible para cada una de las interfaces, siempre nos estamos refiriendo a B o a D, nunca a A o C, simplemente porque estos dos últimos son segmentos que están fuera del control del router.
Cuando intentamos regular lo que llamamos la velocidad de DESCARGA del PC, donde están involucrados los segmentos A+B, lo hacemos regulando el caudal en el punto 1, o sea en el punto donde el tráfico SALE del router (el único punto donde el router es soberano en ese sentido del tráfico). En ese punto, según los criterios fijados para el manejo de ancho de banda, el router puede, para cada paquete, decidir entre FORWARD (enviar), DELAY (demorar) o DROP (descartar). Puede decidirse por DELAY si es que tiene capacidad de almacenamiento libre para el paquete, ya que debe mantenerlo en memoria hasta el momento de permitirle salir. Si no puede almacenarlo, ya que su capacidad de retenerlo es muy poca, debe decidirse por DROP (descartar).
El problema que se presenta en este momento es que para el momento cuando el router puede tomar la decisión de descartar el paquete (porque si no, se excede del ancho de banda asignado al destinatario, y tampoco puede almacenarlo), el ancho de banda que a nosotros nos interesa optimizar, por lo escaso, que es el segmento A (no el del segmento B) ya ha sido ocupado cuando el DSLAM envió el paquete, y si el router lo descarta, lo que habremos logramos es que el paquete tenga que volver a ser enviado desde el DSLAM, volviendo a ocupar el ancho de banda de ese segmento crítico (el A). Aquí podemos hacer una consideración especial. Si el tráfico es de tipo TCP, sabemos que el destinatario deberá enviar una confirmación (ACK) al emisor a medida que va recibiendo los envíos, y que si el emisor no recibe la confirmación de paquetes enviados anteriormente (porque el destinatario no los recibió ya que el router los descartó), entonces volverá a enviar los mismos paquetes otra vez (volviendo a ocupar el ancho de banda escaso con la misma información), solamente que se habrá demorado la recepción de los mismos por parte del destinatario, pero sin ahorro de tráfico en el segmento crítico, sino todo lo contrario.
Sin embargo, y debido al comportamiento propio del protocolo TCP (que no tiene nada que ver con el manejo del ancho de banda), puede ocurrir que el emisor haga un alto en el envío del tráfico debido a la demora en la recepción de las confirmaciones de recepción, por parte del destinatario, de los envío previos (esto depende de muchos factores, entre ellos el valor RWIN del protocolo TCP), haciendo que se produzca una interrupción en el flujo de datos antes de que reenvíe los datos no confirmados. Esta pequeña demora en reenviar el tráfico hará que se genere un cierto espacio o ancho de banda disponible para otros tráficos, y constituye una manera INDIRECTA de lograr cierto efecto en el segmento A accionando sobre el segmento B, pero es una manera muy poco fiable, ineficiente y muy cara en términos de ancho de banda, puesto que paquetes que ya habían sido enviado y consumieron en su momento ancho de banda, han sido descartados por el router y ahora deben ser enviados nuevamente, consumiendo ancho de banda otra vez. En resumen, se logra que el destinatario reciba la información más espaciada en el tiempo en el tramo B, pero a expensas de multiplicar el tráfico total en el segmento A, creando la ilusión de que su ancho de banda ha sido optimizado.
Tratándose de tráfico que no es transportado con el protocolo TCP, sino principalmente con UDP, no rige el concepto de “manejo indirecto” mencionado en el párrafo anterior, ya que el protocolo UDP es más rudimentario y no tiene las características de recuperación mencionadas. Es importante mencionar que varios importantes protocolos de streaming se transportan en base a UDP, lo que implica que el manejo inadecuado del ancho de banda puede ocasionar deficiencias en el streaming además de no ahorrar absolutamente nada en el consumo de ancho de banda.
Cuando se trata de regular el UPLOAD, o sea la subida desde el PC hacia Internet, es cuando el mecanismo de manejo de ancho de banda del router es más eficiente, ya que todos los conceptos mencionados para el tráfico de bajada son aplicables al tráfico de subida. En este caso, el segmento crítico para nosotros es el D, que puede ser fácilmente controlado por el router debido a la soberanía que tiene en el punto 2, ya que en ese punto, todo depende de él y no de terceros. Por otra parte, la característica de asimetría de nuestras conexiones domésticas, hacen que el segmento D siempre tenga mucho menos ancho de banda que todos los demás, por lo que resulta particularmente importante usar correctamente el ancho de banda disponible. Esto es así hasta el punto de que gran cantidad de sistemas de QoS en los routers domésticos solamente contemplan el manejo de este segmento. Aquí es particularmente importante recordar el funcionamiento bidireccional del protocolo TCP, que hace uso importante también del canal de subida aunque únicamente se esté realizando una descarga. A diferencia del modelo del tráfico de bajada, en este caso no nos importa que la regulación del ancho de banda del segmento D sea hecha con sobrecosto para el segmento C, ya que este último tiene un ancho de banda muy superior al D y podemos permitirnos ese «desperdicio».
Aquí faltaría representar la interface wireless WLAN, que los routers WiFi incorporan como tercera interface física y tiene su propio ancho de banda, pero valga mencionar que se comporta exactamente igual que la LAN y que la WAN en lo que se refiere a qué tráfico es el que se controla, o sea, el que SALE desde el router por WiFi.
En resumen, para poder diseñar un esquema eficiente de QoS, debemos asimilar el concepto de que el router solamente puede controlar el tráfico que él mismo envía, o sea el que SALE del router por cualquiera de sus interfaces, no el que recibe o ingresa proveniente desde otros lados.
Wi-Fi QoS en redes domésticas
Muchos enrutadores de nivel de consumidor se comercializan como compatibles con QoS. En casa, la prioridad tiende a centrarse en los juegos que necesitan la latencia más baja que pueda proporcionar, y quizás en el video.
Es importante recordar que solo puede afectar el rendimiento de estas aplicaciones en su propia red, dentro de su propio entorno y no más allá. El tráfico entre dispositivos en tu red recibe tratamiento QoS, cualquier cosa que se dirija a Internet no. Cuando el tráfico de la red sale de tu router y llega a Internet, todo tiende a mezclarse en una gran combinación de mejor esfuerzo.
Una de las mejores cosas que puedes hacer para reducir la latencia de cualquier aplicación es ejecutarla en una conexión de red por cable sólida y eliminar la variabilidad de Wi-Fi.
Ventajas y desventajas de Wi-Fi QoS
Cuando ciertas aplicaciones necesitan un entorno WLAN altamente confiable, como los distintivos de voz de Vocera en un hospital, por ejemplo, el diseño cuidadoso de la red y la QoS implementada por profesionales capacitados suelen ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Cuando QoS funciona según lo previsto, las aplicaciones prioritarias pasan primero porque esas son las reglas de la red. QoS funciona esencialmente como una póliza de seguro: cuando las aplicaciones importantes necesitan reservas de ancho de banda antes que otro tráfico, lo obtendrán.
Pero QoS puede ser difícil de implementar correctamente al tratar de cumplir con los objetivos de QoS, podríamos causar otros problemas que pueden ser difíciles de solucionar. QoS no es una bala de plata, porque el diseño de la WLAN es igual de importante.
En muchos casos, no basta con configurar QoS en la WLAN, a menudo tenemos que extenderlo a través de toda la LAN de conexión para obtener las ventajas en su totalidad. Tanto el lado LAN como el WLAN de la red pueden tener diferentes enfoques de QoS, y puede ser interesante tratar de unir todas las piezas, especialmente en un entorno de múltiples proveedores.
Wi-Fi QoS en redes empresariales
Cuando hablamos de redes empresariales el QoS es una cuestión esencial en todas las redes. Este conjunto de estándares y mecanismos, garantiza la entrega eficiente y fiable de los datos dentro de la red. Sobre todo, en situaciones donde los recursos de la red son más limitados. En estos entornos, es fundamental asegurar que las aplicaciones más críticas obtengan el ancho de banda necesario para que su funcionamiento sea óptimo. Esto es muy relevante actualmente, ya que las aplicaciones como puede ser la VoIP, las videoconferencias y la transmisión de datos en tiempo real, se han convertido en herramientas estándar dentro del funcionamiento general de muchas empresas.
Implementar el QoS en las redes Wi-Fi se puede hacer a varios niveles. Primero en el nivel de red, donde se establecen priorizaciones de tráfico para asegurar que las aplicaciones críticas tienen el suficiente ancho de banda. Por otro lado, se puede implementar una limitación de velocidad para algunos tipos de tráfico. Los cuales por un motivo u otro no son esenciales. Puede ser el streaming de video, o incluso la descarga de contenidos muy pesados. También se puede aplicar en los dispositivos. Aquí el QoS puede ser útil para poder controlar el uso del ancho de banda por parte de los dispositivos de red. Sin ir más lejos, se pueden establecer limitaciones de ancho de banda para dispositivos que no son importantes o esenciales. En cambio, dar prioridad a otros equipos que pueden manejar aplicaciones críticas para la empresa.
Pero el QoS también juega un papel importante en la gestión de la congestión de toda la red. En algunas ocasiones, se pueden producir picos de demanda. En estos momentos, el QoS puede ayudar a garantizar que las aplicaciones que son críticas, sigan funcionando de una forma eficiente. Todo ello mientras el tráfico no esencial está siendo limitado para evitar la saturación de la red en estos momentos de alta demanda.
Qué es QoE (Quality of Experience) y su importancia en redes Wi-Fi
En las redes cableadas contamos con tecnologías como CoS y QoS que nos permiten priorizar los diferentes paquetes de datos, para proporcionar la mejor calidad de servicio posible cuando tenemos un alto tráfico en la red. Aunque en las redes Wi-Fi también podemos utilizar QoS para priorizar los paquetes (cuando llegan al router), no es una métrica adecuada cuando tenemos múltiples dispositivos Wi-Fi conectados en nuestro hogar. Por este motivo, Plume propone una nueva métrica llamada QoE (Quality of Experience) que permite medir y mejorar la experiencia de usuario en las redes Wi-Fi Mesh, y no tiene nada que ver con el popular QoS que todos conocemos.
El QoE considera la ruta completa desde Internet hasta el dispositivo de nuestro hogar, ya que es posible que en nuestro hogar tengamos varios «saltos», debido a que hoy en día las redes Wi-Fi Mesh están muy de moda. Es decir, se centra en el camino completo desde el origen (nuestro smartphone o portátil) hasta el destino (Internet). De esta forma, es posible que un dispositivo nuestro, como un smartphone o portátil, esté conectado con un nodo Mesh, y este a su vez pasa por otro nodo Mesh para posteriormente llegar al router Mesh y salir a Internet. Con cada salto que tengamos, lógicamente la velocidad inalámbrica descenderá, en sistemas Wi-Fi Mesh donde el backhaul esté compartido con los clientes la velocidad bajará muchísimo con cada «salto», como ya hemos explicado anteriormente en RedesZone, debido principalmente al protocolo CSMA/CA que tenemos en las redes inalámbricas. Hoy en día, los principales problemas de conexión que nos encontramos en el hogar o en las empresas está relacionado con el Wi-Fi: baja velocidad, alta latencia, imposibilidad de conectarnos por un alto número de dispositivos concurrentes ya conectados, cortes esporádicos etc.
QoE tiene en cuenta también múltiples factores de red que están muy relacionados con las redes Wi-Fi. Uno de los factores más importantes es la velocidad real de los diferentes dispositivos conectados a la red inalámbrica (ya sea 2.4GHz o 5GHz), ya que lo primero que hacemos al conectarnos a una red Wi-Fi es comprobar la velocidad que conseguimos. También es muy importante la intensidad de señal recibida por los clientes (RSSI), ya que un dispositivo muy alejado del AP puede perjudicar a uno que está más cerca, debido a la propia naturaleza del Wi-Fi, e incluso el SNR de la conexión es muy importante. La utilización del canal inalámbrico es otro factor muy importante, un canal inalámbrico saturado hará que el rendimiento real de la conexión sea bajo debido a las interferencias que hay en dicho canal. Por último, la topología de la red Wi-Fi (en estrella, árbol o en serie) y el número de saltos hasta el router principal y el uso compartido de las bandas/canales son aspectos críticos en una red Wi-Fi Mesh.
Quality of Experience se encarga de recopilar información sobre los diferentes dispositivos del hogar, viendo el tipo de dispositivo y su capacidad, ya que no es lo mismo el ancho de banda que necesita una cámara Cloud o un dispositivo IoT, que una Smart TV vía Wi-Fi reproduciendo contenido en 4K. Otros aspectos importantes son el uso de datos actual e histórico, ya que es posible que hayan cambiado en los últimos días, además, debemos tener muy en cuenta los requisitos del dispositivo específico.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de dispositivos diferentes que podemos conectar a una red Wi-Fi (smartphones, tablets, ordenadores portátiles, Smart TV, sensores de movimiento, sensores de agua, termostatos inteligentes, asistentes tipo Amazon Alexa o el asistente de Google), es fundamental que la red Wi-Fi se adapte a sus necesidades. En un entorno normal, un sensor de movimiento no necesitará una velocidad de más de 0,1Mbps para funcionar correctamente, sin embargo, una Smart TV necesitará un ancho de banda de hasta 100Mbps para reproducir contenido en 4K. Los QoS tradicionales dirían que el sensor de movimiento tiene una velocidad deficiente, cuando en realidad es simplemente lo que necesita. Gracias al QoE, tendremos a cada dispositivo perfectamente clasificado con sus necesidades.
¿Por qué es importante la calidad de experiencia en redes Wi-Fi?
En nuestros análisis de sistemas Wi-Fi Mesh siempre hemos hablado sobre nuestra experiencia con el Mesh, ya que un dispositivo en cuestión puede proporcionar una velocidad real y una cobertura magnífica, pero posteriormente ocasionar cortes en el dispositivo final al cambiar de nodo Mesh o de banda de frecuencia, por lo que la experiencia de usuario al hacer el roaming Wi-Fi o el band steering puede ser nefasta.
Gracias al QoE y su posterior aplicación, los sistemas Wi-Fi Mesh podrán seleccionar los mejores canales Wi-Fi en un determinado momento, y la mejor ruta desde un origen hasta el router, ya que, si tenemos en nuestro hogar tres o más nodos, es posible que el camino que siguen los paquetes no sea el óptimo. En hogares grandes con cuatro o cinco nodos, elegir el mejor camino es algo crítico para proporcionar el mejor rendimiento real y la mejor experiencia de usuario. Otro aspecto muy importante es determinado dónde se necesita un nodo Mesh para extender la cobertura inalámbrica, y dónde colocarlo para conseguir la mejor velocidad posible, además, siempre que sea posible lo mejor que puedes hacer es interconectarnos vía cable para que la red de retorno sea a 1Gbps vía cableada.
Por ejemplo, con los datos recogidos por Plume en su Cloud, vieron que durante el COVID-19 donde los trabajadores tenían que teletrabajar, la cantidad de roamings Wi-Fi, band steering y saturación de las redes Wi-Fi aumentó en un 250%, algo lógico y normal teniendo en cuenta que todos los miembros del hogar estaban en casa, unos trabajando y otros viendo contenido multimedia en streaming.
¿Necesitamos realmente en nuestro hogar muchos extensores Wi-Fi? Es posible que solamente con un extensor o dos seamos capaces de cubrir toda la casa, tampoco debemos comprar extensores de más, porque con cada «salto» perderemos ancho de banda de cara a los clientes conectados. Otro aspecto a tener en cuenta es si un dispositivo funciona bien o mal dependiendo de sus necesidades, si tenemos un bajo ancho de banda los dispositivos IoT funcionarán bien, pero no las Smart TV, por ejemplo.
En las redes Wi-Fi tradicionales, si un cliente inalámbrico tiene un RSSI por debajo de -75dBm significa que la cobertura que recibe es baja, y en algunos casos forzamos a echarle (aging out) para que se conecte automáticamente a otro nodo o AP que esté más cerca de él. También se miden los altos niveles de interferencias y ocupación del canal, si, por ejemplo, las interferencias son de más del 50%, estamos en un entorno bastante congestionado y sería recomendable cambiar de canal lo antes posible.
Tal y como habéis visto, Quality of Experience se está convirtiendo en una métrica muy importante para tener la mejor experiencia de usuario en las redes Wi-Fi Mesh. Debemos recordar que el QoS falla al no identificar problemas en los diferentes dispositivos, e incluso tenemos falsos positivos, indicando que un dispositivo tiene problemas cuando realmente sus requisitos no necesitan de más ancho de banda inalámbrico.
Conclusión
Debido al factor escaso que resulta ser el ancho de banda disponible en diversas condiciones, se han ideado los sistemas de QoS que incorporan los routers modernos para poder paliar de alguna forma esta escasez. Estos sistemas requieren la definición de privilegios para ser asignados a diferentes tipos de tráfico. Para poder asignar estos privilegios diferenciados, el router debe clasificar los paquetes de tráfico en diferentes categorías o clases a las que otorgará diferente ancho de banda y marcará de diversa forma únicamente en el momento en que esos paquetes salen del router.