Tener una conexión de Internet en cualquier lugar se ha convertido en algo casi imprescindible para muchos usuarios. Hoy en día tenemos un amplio abanico de opciones para lograrlo. Hay redes inalámbricas disponibles en muchos sitios, tenemos redes móviles con buena velocidad y también podemos hacer uso de incluso routers portátiles. Ahora bien, a veces surgen problemas y no podemos tener Internet correctamente. En este artículo vamos a explicar por qué hay fallos al conectarnos a una red compartida cuando la hemos creado con el móvil.
Problemas para conectar a una red compartida con el móvil
Es muy común que en un momento dado decidamos compartir red con nuestro móvil. Esto nos permite poder tener conexión desde un ordenador, tablet o cualquier otro aparato que no cuente con red propia. Incluso podemos compartir la señal con otros usuarios y que puedan acceder a ella fácilmente.
Sin embargo, podríamos tener problemas. A veces la conexión no funciona. Buscamos redes inalámbricas y no aparece la que nos interesa o aparece pero no tenemos conexión. Esto puede deberse a diferentes motivos, como vamos a ver.
Siempre que aparezca un fallo de este tipo hay que corregirlo lo antes posible, ya que de lo contrario podríamos quedarnos sin conexión de Internet. Es fundamental que todos nuestros equipos puedan disponer de una buena red y solventar así los fallos que aparezcan.
¿Es seguro compartir la red Wi-Fi?
Compartir la red Wi-Fi desde un dispositivo móvil, es una forma muy adecuada para poder tener una conexión Wi-Fi en prácticamente cualquier lugar. Conociendo las posibles contras que tiene esta conexión, como el consumo de datos y batería, nos queda saber si se trata de un método seguro para compartir esta red. Es importante que siempre y cuando estemos conectados a internet, tengamos en cuanta algunas consideraciones previas.
Lo primero y muy importante, es asegurarnos siempre de que la conexión Wi-Fi que nos están compartiendo sea segura. Este es el primer indicativo sobre si debemos conectarnos o no. Por ejemplo, si es una red Wi-Fi de un amigo, y es de fiar, no tendremos ningún problema. Pero puede darse el caso de que, en cafeterías, estaciones, aeropuertos, entre otros, alguna gente comparta la red Wi-Fe de forma abierta para poder robarnos todos nuestros datos cuando realizamos la conexión. Esto es algo que puede llegar a ser interceptado por los hackers, lo cual quiere decir que toda la información que compartimos por este método, puede ser robada. Tanta información personal, datos bancarios, médicos, entre otros.
Por otro lado, también es importante que nos aseguremos que el dispositivo que genera esa red Wi-Fi, se encuentre totalmente actualizado a la última versión de su sistema operativo. Y a poder ser, que tenga una contraseña segura. De este modo, podremos reducir más si cabe, el riesgo de que ocurra algún problema que pueda ir en contra de nuestra privacidad, o que hackeen nuestro dispositivo. El dispositivo también debe disponer para más seguridad, de una contraseña de bloqueo. Esto evita que si alguien coge ese dispositivo mientras emite una red Wi-Fi, no pueda utilizarla de forma malintencionada.
Por lo cual, incluso algo tan simple como una red hot-spot, puede ser un gran problema si no se toman las medidas de seguridad adecuadas en todo momento. Nuestros datos y privacidad, son muy valiosas para los hackers, por lo cual debemos mantenerlos lo más a salvo posible.
Cómo proteger estas redes compartidas
Protegerse de los peligros de Internet, sea cual sea la conexión es muy importante. En este caso las redes que creamos con los dispositivos móviles, tienen algunos puntos en los cuales las podemos proteger un poco más. Esto no solo mantendrá a los usuarios que la utilicen a salvo, sino que es probable que en ocasiones el rendimiento de la misma mejore de forma considerable. Algunos de estos consejos son:
- Contraseñas fuertes: Este consejo es un habitual dentro del mundo de las redes. Establecer contraseñas fuertes para las redes compartidas nos ayuda a asegurarnos de que ningún intruso se puede conectar a la misma, manteniéndola más segura. Para ello debemos evitar utilizar contraseñas muy fáciles de adivinar, o que ya se hayan utilizado con anterioridad.
- Autenticación: Algunos dispositivos móviles ofrecen la opción de establecer una autenticación en dos factores. Esto es una nueva capa de seguridad, la cual requiere que los usuarios ingresen un código adicional enviado al dispositivo original para poder acceder a la red.
- Evitar redes desconocidas: Al igual que con las redes Wi-Fi convencionales, debemos mantenernos alejados de las redes que no conozcamos o no parezcan fiables. En caso de que sea totalmente necesario utilizarla, lo mejor es activar una VPN. De lo contrario, es recomendable no conectarse.
- Usar VPN: Las redes VPN se encargan de realizar una encriptación del tráfico que transmitimos, protegiendo así la información personal de los usuarios. Es lo mejor que podemos utilizar en redes públicas, como indicamos en el caso anterior.
- Actualizaciones: Mantener los dispositivos y sus aplicaciones totalmente actualizados es de vital importancia. Esto nos va ayudar a recibir mejoras en cuanto a la seguridad, ya que los desarrolladores envían estas soluciones mediante las actualizaciones. Así como posibles mejoras en el rendimiento, o incluso nuevas funciones que previamente no teníamos.
Por qué no se conecta la red compartida
Compartir la conexión con nuestro móvil puede ser la solución a tener Internet en cualquier lugar. Por ejemplo podemos conectar un portátil si vamos de viaje en tren o autobús. Hoy en día la mayoría de dispositivos cuentan con esta función y es realmente sencillo. El problema llega cuando intentamos acceder a la red y vemos que no se conecta.
Conexión almacenada pero ha cambiado el nombre o clave
Uno de los problemas más típicos es que esa conexión a la que intentamos acceder se haya almacenado previamente. Windows reconoce la red e intenta conectarse cuando ponemos el ordenador apuntando a esa red compartida. Sin embargo ha podido haber algún cambio y el sistema operativo ya no puede conectarse.
Lo más habitual es que hayamos cambiado la contraseña de esa red compartida. Puede que nos hayamos conectado hace tiempo y ahora esa red tenga otra clave. También podría ocurrir que tenga otro nombre distinto y haya conflicto al vincularse.
En este caso lo que vamos a hacer es borrar esa red en nuestro ordenador y volver a conectarnos. Tenemos que ir a Inicio, vamos a Configuración, Red e Internet, Wi-Fi y pinchar en Redes disponibles. Se abrirán las redes Wi-Fi que hay a nuestro alcance y tenemos que hacer clic con el segundo botón del ratón encima de la que nos interesa y le damos a Dejar de recordar red.
Automáticamente esa red ya no se intentará conectar. Para acceder a ella vamos a tener que hacer clic nuevamente a las redes y darle a conectar. Nos solicitará de nuevo la contraseña y tenemos que ponerla. De esta forma evitaremos el posible conflicto que pueda haber y entraremos en la red.
Cifrado obsoleto
Otra cuestión a tener en cuenta y que podría ocurrir es que utilicemos un cifrado obsoleto en la red Wi-Fi que estamos creando. Como sabemos, son diferentes las opciones que tenemos disponibles. Hoy en día es importante contar siempre con un cifrado actual, que evite la entrada de intrusos.
En ocasiones esto puede suponer que nuestro sistema operativo bloquee la conexión y no permita que nos conectemos a una red que está usando un cifrado antiguo. Por tanto, en este caso lo que tenemos que hacer, siempre que sea posible, es cambiar el tipo de cifrado de la red a otro más moderno, como sería WPA-2, por ejemplo.
Hay que indicar que cifrados como el WEP pueden ser explotados. Podrían poner en riesgo nuestra seguridad y afectar además al rendimiento del equipo. Esto hace que sea imprescindible conocer en todo momento qué cifrado estamos utilizando y cambiarlo si fuera necesario.
En todo caso poco a poco es más visible la versión WPA-3 con muchas mejoras, y con un cometido principal, que es evitar que los datos puedan ser interceptados en un momento donde disponer de conexión a internet en cualquier momento puede ser de vital importancia.
Prueba a restablecer la red
Tenemos que tener en cuenta que Windows, así como nos proporciona la configuración muchas veces idónea, cuando esta no funciona, también nos da la capacidad de restablecerla a los valores predeterminados.
Los pasos a seguir para restablecer la configuración de la red a los valores que traía de fábrica son bastante simples. Lo primero que tenemos que hacer es ir a nuestro panel de control, luego entrar en el apartado de Red e Internet.
Una vez allí, entramos en Estado y allí encontraremos el botón que se llama Restablecer red, pinchamos en él, y posteriormente hacemos clic en Restablecer ahora. El sistema procederá a reiniciarse y al iniciar nuevamente, nuestra red ya estará reiniciada por completo a los valores predeterminados.
Problemas con la tarjeta SIM
Esta tarjeta puede ser uno de los principales culpables que nos podemos encontrar en estos casos. Esta puede tener algunos fallos que nos impiden compartir la red Wi-Fi de forma que funcione correctamente, o que directamente funcione o no.
Los problema pueden ser varios, y todos ellos deben ser solucionados para poder compartir la red con otros dispositivos. El primero y más llamativo puede ser que la tarjeta se encuentre mal colocada, o no esté correctamente colocada dentro de la ranura. Por lo cual, será necesario sacarla del dispositivo y volver a colocarla. Por lo general los dispositivos móviles cuentan con guías para instalar la tarjeta, pero puede darse incluso el caso de que este tenga algo de holgura y eso sea el causante del problema.
Por otro lado, nos podemos encontrar con el problema de que esta no se encuentre activada. Para solucionar esto lo más probable es que tengamos que contactar con el soporte de la compañía, si es que ya se había tratado de realizar una activación inicial. No suelen ser procesos muy complicados o que se demoren mucho tiempo, por lo cual se puede solucionar relativamente pronto.
Por último tenemos el problema más radical de todos. Que la SIM se rompa es un indicador que será 100% necesario contactar con el ISP para que traten de facilitarnos una nueva. Si la tarjeta se encuentra en este estado, no podrá ser leída por los dispositivos móviles, y no funcionará. En este caso, también debemos tener cuidado con el teléfono, pues si tratamos de instalar una SIM rota, se puede dañar el dispositivo o la bandeja en la que se coloca la tarjeta. Por lo cual es muy importante identificar este problema, sobre todo la primera vez que la ponemos. Revisar si esta se encuentra en buen estado visualmente.
Agregar una conexión de red de manera manual
La mayoría de las veces podemos agregar las redes de manera automática y funcionan correctamente y sin dar ningún tipo de problema, pero en ocasiones, cuando alguna de nuestras redes no funciona correctamente, podemos intentar agregarlas de manera manual en nuestro sistema y probar si de esta manera deja de darnos problemas.
Al igual que en otro tipo de soluciones, lo primero que tenemos que hacer es ir a nuestro panel de control, cuando nos encontremos allí, debemos entrar en el apartado de Red e Internet. En esta ventana debemos seleccionar el Centro de redes y recursos compartidos y posteriormente se nos abrirá una ventana de diálogo para realizar la configuración de una conexión o una red.
En esta ventana, lo único que debemos hacer es seleccionar la opción de Conectarse manualmente a una red inalámbrica y posteriormente haremos clic en siguiente. La pantalla a continuación lo que nos solicitara son las debidas credenciales de la red a la que nos queremos conectar, así como que especifiquemos que tipo de seguridad utiliza, al ingresar estos datos, podremos comprobar si ahora nos conectamos y funciona todo correctamente.
Realiza un vaciado de caché de DNS
Puedes corregir la página de inicio de sesión de WiFi pública que no aparece al vaciar el caché de DNS en su PC, para realizar esta solución, es suficiente con que sigas estos pasos:
Abra la herramienta Símbolo del sistema en su PC. Para hacerlo, presiona las teclas Win + R a la vez. En la ventana Ejecutar que se abrirá, escribe cmd y selecciona el botón Aceptar.
En la ventana del símbolo del sistema, escribe el siguiente comando y luego presiona la tecla Intro:
ipconfig /release
Después de que el comando se haya ejecutado correctamente, escribe el siguiente comando y presione Entrar.
ipconfig /flushdns
Ahora, cierra el símbolo del sistema y reinicia tu ordenador y ahora intenta conectarte a Internet.
Cambiar dirección DNS
Por lo general, nuestro ordenador está configurado para obtener una dirección DNS automáticamente, sin embargo, es posible que debas configurar manualmente la dirección DNS para deshacerte de los problemas de Internet, aquí, utilizaremos la ventana Conexión de red para realizar los cambios solo debes seguir estos pasos:
Abre la ventana Conexiones de red en tu equipo, en esta ventana, podrás ver todas las conexiones de red disponibles en tu equipo con Windows 10, puedes acceder a él a través del Panel de control cuando abre el Centro de redes y recursos compartidos, pero puedes omitir esto e ir aquí a través del Centro de redes y recursos compartidos y usar la ventana Ejecutar para acceder directamente, para esto, presiona las teclas Win + R, se abrirá la ventana Ejecutary una vez en ella, escribe ncpa.CPL y luego presione la tecla Intro.
Se abrirá la ventana Conexión de red, aquí, debes buscar el adaptador de red inalámbrica, y cuando lo encuentres, haz clic derecho en el adaptador de red inalámbrica y selecciona la opción Propiedades.
En la ventana de propiedades del adaptador de red inalámbrica, hacemos doble clic en la opción Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IPv4).
Aquí accederás a las opciones para cambiar la dirección IP y los servidores DNS, vete ahora a la sección DNS y selecciona la opción de «Utilizar las siguientes direcciones de servidor DNS», como se muestra en la captura que se encuentra a continuación y luego ingresa los siguientes valores en los campos respectivos de los servidores DNS:
Servidor DNS preferido: 8.8.8.8
Servidor DNS alternativo: 8.8.4.4
Haz clic en el botón Aceptar una vez que los hayas puesto, y después de esto, reinicia tu equipo una vez y revisa si la conexión de red pública funciona en Windows 10.
Problema de cobertura
Si te encuentras conectado a una red compartida pero la conexión es muy lenta o la señal es muy baja o presenta cortes de manera muy continua, es probable que el problema sea de cobertura, es posible que nuestro móvil no reciba una buena señal, algo que podría ocurrir si estamos en una zona sin cobertura o si es demasiado débil.
Esto podría dar lugar a problemas para conectarnos desde cualquier equipo. Podría suponer que no tengamos acceso a la red. En este caso lo que debemos hacer es asegurarnos de estar conectados a la mejor red disponible y, además, comprobar que la señal llega bien al otro dispositivo, este último punto que mencionamos es importante, ya que es posible que el fallo de cobertura no esté en la señal de red móvil que recibe el primer dispositivo, sino desde el que nos conectamos finalmente. Debemos intentar que sea óptima.
En este caso, muchas veces podemos solucionarlo cambiando el tipo de red que el dispositivo intercepta. Por ejemplo, si usamos un móvil como emisor de red Wi-Fi, puede que este esté configurado para conectarse siempre a la mejor red posible, como puede ser un 5G o 4G. En cambio, estar conectado a estas redes no tiene por qué ser lo mejor. Si nos encontramos lejos de la antena de las mismas, pero dentro de un rango de alcance, es posible que no sea todo lo rápida que debería. En este caso siempre podemos ir a la configuración y decirle al router que se conecte únicamente a una que está más extendida, como puede ser 4G o incluso 3G, que sí, puede que en ocasiones funcione mejor. Estas redes están más extendidas que las más actuales, por lo cual es sencillo encontrar puntos de buena señal. En cuanto el dispositivo se conecte a esta red, esta puede que mejores, y por lo cual mejora la red Wi-Fi que emitimos. Incluso lo notaremos en la batería, al no tener que hacer tanto esfuerzo para conectarse a otras redes ni estar buscándolas continuamente, no consumirá tanta energía.
Fallo en el dispositivo móvil
Podría ocurrir que haya algún problema con el dispositivo con el que estamos compartiendo la red. Esto podría ocurrir si hay algún fallo en la configuración, está desactualizado o incluso tenemos algún tipo de malware en el sistema.
Para evitar estos problemas debemos asegurarnos siempre de contar con la última versión disponible del sistema operativo y de cualquier programa que usemos para conectarnos a la red. Es muy importante corregir posibles vulnerabilidades que puedan aparecer. De lo contrario podrían servir para que los piratas informáticos accedan o también para provocar cortes y errores en la conexión.
Pero también debemos comprobar que la seguridad es óptima. Nunca debemos navegar sin estar protegidos correctamente. Un buen antivirus, por ejemplo, es muy útil para reducir el impacto que pueda tener algún archivo malicioso o ataque cibernético.
Tampoco podemos descartar los fallos de hardware. Al fin y al cabo las antenas son componentes físicos que se pueden dañar con golpes, o directamente quedarse obsoletas por ser muy antiguas, o usar versiones del Sistema Operativo las cuales ya no soportan el componente. Incluso en muchas ocasiones se puede deber a algún fallo puntual el cual se puede solucionar con un reinicio forzado del dispositivo, para asegurarnos que todos los procesos se restauran.
Estamos utilizando un firewall o VPN
Hemos mencionado anteriormente que contar con programas de seguridad es algo muy interesante. Ahora bien, en ocasiones pueden generar conflictos y problemas. Es lo que ocurre por ejemplo con un firewall, que podría estar bloqueando la conexión compartida y hacer que no podamos conectarnos correctamente.
Algo similar podría pasar si estamos navegando a través de una VPN. Es una herramienta muy usada por los usuarios para mantener la privacidad y evitar filtraciones. Sin embargo también podría dar lugar a tener problemas en la conectividad.
Problemas más comunes
Los hotspots de Wi-Fi son una forma popular de proporcionar acceso a Internet en lugares públicos como cafeterías, aeropuertos, hoteles y centros comerciales. Sin embargo, también pueden experimentar fallos y problemas técnicos que afectan la conectividad y la experiencia del usuario.
- Sobrecarga de usuarios: Los hotspots pueden experimentar una sobrecarga de usuarios cuando un gran número de personas intenta conectarse y utilizar la red al mismo tiempo. Esto puede causar una disminución en la velocidad de conexión y problemas de latencia.
- Interferencia de señal: La interferencia de señal es otro problema común en los hotspots Wi-Fi. Puede ser causada por dispositivos electrónicos cercanos, como microondas, teléfonos inalámbricos u otros puntos de acceso Wi-Fi cercanos. La interferencia de señal puede provocar una conexión lenta o intermitente.
- Debilidad de la señal: La debilidad de la señal es un problema especialmente común en áreas con una gran cantidad de obstáculos físicos, como paredes, puertas o estructuras metálicas. Si la señal no puede llegar correctamente a los dispositivos, la calidad de la conexión se verá afectada.
- Problemas de configuración: Los hotspots Wi-Fi pueden experimentar problemas de configuración que afectan su funcionamiento. Esto puede incluir configuraciones incorrectas de seguridad, problemas de enrutamiento o conflictos de direcciones IP. Estos problemas pueden dificultar o impedir la conexión a la red.
- Problemas de administración de usuarios: Los hotspots Wi-Fi pueden enfrentar desafíos en la administración de usuarios, como limitar el ancho de banda para cada usuario, evitar abusos o garantizar una distribución justa de recursos. Estos problemas pueden afectar la calidad del servicio y la satisfacción del usuario.
- Mantenimiento deficiente: La falta de mantenimiento regular de los hotspots Wi-Fi puede conducir a problemas a largo plazo. Es importante realizar actualizaciones de software, revisiones de seguridad y realizar un mantenimiento adecuado para garantizar un rendimiento óptimo y una experiencia de usuario satisfactoria.
En definitiva, estas son algunas cuestiones a tener en cuenta si no podemos conectarnos al Wi-Fi compartido. Es algo que podría ocurrir en un momento dado y poner en riesgo la estabilidad de los dispositivos. Siempre debemos detectar cuál es el problema y solventarlo.