Tener una conexión de Internet en cualquier lugar se ha convertido en algo casi imprescindible para muchos usuarios. Hoy en día tenemos un amplio abanico de opciones para lograrlo. Hay redes inalámbricas disponibles en muchos sitios, tenemos redes móviles con buena velocidad y también podemos hacer uso de incluso routers portátiles. Ahora bien, a veces surgen problemas y no podemos tener Internet correctamente. En este artículo vamos a explicar por qué hay fallos al conectarnos a una red compartida cuando la hemos creado con el móvil.
Hacer tethering se ha convertido en una opción muy interesante para navegar por Internet y tener WiFi compartido nos permite olvidarnos de estar expuesto a peligros como pueden ser redes WiFi de cafeterías, lugares públicos o transportes. Por ejemplo, quieres usar tu ordenador en el tren, pero conectarte a la red WiFi del mismo puede suponer un peligro si se trata de una red abierta y con todo tipo de riesgos. Si tienes datos ilimitados en tu móvil bastará con enviarlos al ordenador y conectarte a tus datos desde el mismo. Pero ¿qué pasa si hay un error? Vemos todas las opciones por las que no puedes conectarte a un WiFi compartido y cuáles son las soluciones más habituales que podemos tener en cuenta.
Es muy común que en un momento dado decidamos compartir red con nuestro móvil. Esto nos permite poder tener conexión desde un ordenador, tablet o cualquier otro aparato que no cuente con red propia. Incluso podemos compartir la señal con otros usuarios y que puedan acceder a ella fácilmente. Por ejemplo, si tenemos datos ilimitados en nuestro teléfono móvil pero nuestra pareja ya se ha quedado sin Internet en el suyo y no tiene megas, basta con hacerle tethering para que pueda seguir navegando con velocidad y usando nuestros datos que no vamos a utilizar.
Sin embargo, podríamos tener problemas. A veces la conexión no funciona. Buscamos redes inalámbricas y no aparece la que nos interesa o aparece, pero no tenemos conexión. Esto puede deberse a diferentes motivos, como vamos a ver. Siempre que aparezca un fallo de este tipo hay que corregirlo lo antes posible, ya que de lo contrario podríamos quedarnos sin conexión de Internet. Es fundamental que todos nuestros equipos puedan disponer de una buena red y solventar así los fallos que aparezcan.
Seguridad y privacidad
Antes de nada debemos preguntarnos algo: ¿es seguro compartir Internet y crear una red WiFi compartida? Compartir la red Wi-Fi desde un dispositivo móvil es una forma muy adecuada para poder tener una conexión Wi-Fi en prácticamente cualquier lugar.
Conociendo las posibles contras que tiene esta conexión, como el consumo de datos y batería, nos queda saber si se trata de un método seguro para compartir esta red. Es importante que siempre y cuando estemos conectados a internet, tengamos en cuanta algunas consideraciones previas. Y es que la seguridad al compartir una conexión inalámbrica es importante, especialmente si se trata de la red WiFi doméstica de tu casa:
Qué tener en cuenta
Lo primero y muy importante es que nos aseguremos siempre de que la conexión Wi-Fi que nos están compartiendo sea segura. Este es el primer indicativo sobre si debemos conectarnos o no. Por ejemplo, si es una red Wi-Fi de un amigo y es de fiar no tendremos ningún problema. Pero debemos aprender a diferenciar entre las redes compartidas y las redes públicas. Es decir, que veas una red abierta en las opciones de tu teléfono móvil y entres no es una buena opción si no sabes de quién es y crees que es simplemente alguien que quiere regalarte sus datos… Puede ser una estafa y una forma de hacer que muchos usuarios se conecten a ella desesperados por Internet.
Estas redes compartidas falsas pueden usarse para poder robarnos todos nuestros datos cuando realizamos la conexión. Esto es algo que puede llegar a ser interceptado por los hackers, lo cual quiere decir que toda la información que compartimos por este método, puede ser robada. Tanta información personal, datos bancarios, médicos, entre otros.
Por otro lado, también es importante que nos aseguremos que el dispositivo que genera esa red Wi-Fi se encuentre totalmente actualizado a la última versión de su sistema operativo además de otros muchos consejos de privacidad que debemos seguir. Y a poder ser, que tenga una contraseña segura. De este modo, podremos reducir más si cabe, el riesgo de que ocurra algún problema que pueda ir en contra de nuestra privacidad, o que hackeen nuestro dispositivo. El dispositivo también debe disponer para más seguridad, de una contraseña de bloqueo. Esto evita que si alguien coge ese dispositivo mientras emite una red Wi-Fi, no pueda utilizarla de forma malintencionada.
Por lo cual, incluso algo tan simple como una red hot-spot, puede ser un gran problema si no se toman las medidas de seguridad adecuadas en todo momento. Nuestros datos y privacidad, son muy valiosas para los hackers, por lo cual debemos mantenerlos lo más a salvo posible.
Cómo debemos protegernos si compartimos WiFi
Protegerse de los peligros de Internet, sea cual sea la conexión es muy importante. En este caso las redes que creamos con los dispositivos móviles, tienen algunos puntos en los cuales las podemos proteger un poco más. Esto no solo mantendrá a los usuarios que la utilicen a salvo, sino que es probable que en ocasiones el rendimiento de la misma mejore de forma considerable.
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de compartir WiFi es que vas a hacer que tus datos móviles estén visibles para los usuarios que están cerca de ti así que es fundamental que sigas unos consejos básicos de seguridad y privacidad.
- Contraseñas fuertes
Este consejo es un habitual dentro del mundo de las redes y se repite siempre: Cuida tus contraseñas. Vigila las claves que usas. A la hora de crear una red de WiFi compartida desde nuestro teléfono móvil, el smartphone nos preguntará cuál es la contraseña que queremos poner. Cuando la escojas no optes por algo que sea fácilmente adivinable ni utilices tu nombre y apellidos ni tu fecha de nacimiento.
Establecer contraseñas fuertes para las redes compartidas nos ayuda a asegurarnos de que ningún intruso se puede conectar a la misma, manteniéndola más segura. Es aconsejable que sea lo más larga posible o, al menos, tenga ocho o diesz caracteres. Además, elige combinaciones de letras mayúsculas y minúsculas y de números y otros símbolos que hagan que sea complicado poder averiguarla.
Es muy normal que al intentar compartir datos con un amigo que lo necesita, pongamos algo como 12345678, la mitad de veces que le he pedido la contraseña a alguien por necesidad me ha creado esta clave. Si un intruso quisiera probar suerte y adivinase una password tan básica, podría llegar a poner en riesgo nuestra seguridad y datos, ya que, dependiendo de la configuración, podríamos estar dándole acceso a mucho contenido, y más si sabe cómo atacarnos. Es por ello que es importante que sea segura, pese a que a nuestro amigo le cueste un poco más escribirla.
- Autenticación
Algunos dispositivos móviles ofrecen la opción de establecer una autenticación en dos factores. Esto es una nueva capa de seguridad, la cual requiere que los usuarios ingresen un código adicional enviado al dispositivo original para poder acceder a la red. Para poder acceder hará falta algo más que la contraseña así que recibiremos la opción de recibir un SMS con un código o recibir el código a través de una aplicación especializada. Esto genera una seguridad mucho mayor, ya que pueden adivinar una clave, sin embargo, no tendrán acceso a un SMS en nuestro móvil, por lo que les será imposible entrar.
- Evitar redes desconocidas
Al igual que con las redes Wi-Fi convencionales, debemos mantenernos alejados de las redes que no conozcamos o no parezcan fiables. En caso de que sea totalmente necesario utilizarla, lo mejor es activar una VPN. De lo contrario, es recomendable no conectarse. Como hemos explicado en casos anteriores, compartir WiFi es muy interesante y tiene muchas ventajas, pero nunca debes acceder a una red WiFi que no conoces o si no sabes quién es su dueño porque pueden estar creadas simplemente para robar los datos de los que buscan Internet.
Aquí también entran las redes públicas o de diferentes puntos, como puede ser un hotel. Por esto mismo, lo mejor que podemos hacer para no caer en la trampa de los ciberdelincuentes es evitar en la manera de lo posible conectarnos a este tipo de conexiones. De esta manera podremos poner a salvo nuestros datos y dispositivos. Pero, si por cualquier motivo necesitas conectarte, lo suyo es que uses una VPN como decíamos.
Y recuerda, aunque conozcas al dueño de la red, por ejemplo la de un bar de confianza al que vas siempre, no quiere decir que sea segura, ya que al ser pública, otra persona podría estar robando datos de ella, puesto que no tiene que ser el propietario de la misma, sino cualquiera que se conecte, de ahí que no sea segura ninguna red de la que no conozcamos a todos los integrantes de la misma.
- Usar VPN
Las redes VPN se encargan de realizar una encriptación del tráfico que transmitimos, protegiendo así la información personal de los usuarios. Es lo mejor que podemos utilizar en redes públicas, como indicamos en el caso anterior. Este tipo de herramientas te ayudan a proteger tu conexión e información, eso queda claro. Por lo que es una opción que puedes utilizar a la hora de conectarte a cualquier conexión WiFi compartida. Ten en cuenta que existen servicios gratuitos y de pago, pero en todo momento hay que saber cuál utilizar, es decir, su fiabilidad.
Recuerda que este servicio hará que tu conexión vaya más lenta, sobre todo si usas una gratuita, por lo que puede que tenerla siempre activa no sea lo mejor, pero al menos en redes no seguras sí que será necesaria.
- Actualizaciones
Mantener los dispositivos y sus aplicaciones totalmente actualizados es de vital importancia. Aunque creas que no haga falta, las actualizaciones se encargan de corregir posibles vulnerabilidades de los dispositivos y sistemas. Además de que esto nos va ayudar a recibir mejoras en cuanto a la seguridad, ya que los desarrolladores envían estas soluciones mediante las actualizaciones. Así como posibles mejoras en el rendimiento, o incluso nuevas funciones que previamente no teníamos.
Es por ello que usar un dispositivo, ya sea un móvil o un ordenador, al cual no le llegan nuevas actualizaciones y parches de seguridad, es muy peligroso, ya que podrían existir brechas que no conozcamos y que no se puedan solucionar, dando entrada a intrusos.
- Crear una red de invitados
Si buscas compartir WiFi de manera segura, una de las alternativas a las que puedes recurrir es la de crear una red de invitados. De esta manera, no se conectarán directamente a la conexión principal de tu router, sino que lo harán a una red secundaria que puedes habilitar o desactivar cuando quieras. Aunque, es cierto que no todos los equipos ofrecen esta característica. No obstante, la gran mayoría ya disponen de esta herramienta en particular.
Para ello es tan fácil como acceder a la configuración del equipo desde 192.168.1.1 (suele ser esta dirección) y buscar la pestaña indicada para habilitar la red de invitados en el router. Habrá que poner una contraseña fuerte para que también se pueda evitar la entrada de usuarios no deseados.
Además, podrás limitar la velocidad, consiguiendo que no acaparen todo el ancho de banda de la red principal.
- Limitar las conexiones
Además de las anteriores alternativas, los routers tienen una funcionalidad con la que se permite poner un límite de dispositivos conectados. Es una opción que está disponible dentro de la configuración de los equipos, y lo cierto es que resulta bastante útil para asegurarnos de que no se conecten más dispositivos de la cuenta en la conexión inalámbrica de casa.
Esto también es posible al hacer thetering con un móvil, quien suele tener un apartado para configurar, aunque, de manera predeterminada, no suelen permitir más de 5 u 8 conexiones, dependiendo de si es iPhone, Android, etc, por lo que deberás mirarlo, aunque también podrás adaptarlo.
- Poner un tope al tiempo de conexión
Ya no solo se puede establecer un límite de dispositivos, otra de las maneras de compartir conexión de forma segura está en limitar el tiempo que los dispositivos pueden estar conectados a tu WiFi. Con el simple hecho de establecer un horario fijo para abrir y desconectar la conexión de los dispositivos podrás tener un control total de la red inalámbrica que se comparte.
Esto es más habitual en bares, bibliotecas y lugares con WiFis públicos o donde se conectan clientes, debido a que así evitas un uso indebido o que se quede conectada una persona que viva cerca y le llegue la red, pudiendo así aliviar el sistema y que el resto de personas tengan una conexión más estable y rápida. En caso de compartirlo con un amigo, será mejor no configurar esto, ya que en el momento que desees solo tendrás que dejar de compartir o alejarte de él y listo, evitarás problemas de interrupción del servicio.
Por qué no se conecta la red compartida
Compartir la conexión con nuestro móvil puede ser la solución a tener Internet en cualquier lugar. Por ejemplo, podemos conectar un portátil si vamos de viaje en tren o autobús. Hoy en día la mayoría de los dispositivos cuentan con esta función y es realmente sencillo. El problema llega cuando intentamos acceder a la red y vemos que no se conecta.
¿Problema del dispositivo o de la conexión?
Lo primero que deberemos verificar, es si el problema viene del dispositivo que está intentando conectarse a esta red, o del que la está suministrando, pudiendo ser un problema de conexión o una falta de red general.
Para ello, lo más sencillo es utilizar otro equipo. Si este puede conectarse y navegar sin problema, podremos descartar que el error sea de falta de red, por lo que tendremos que seguir buscando el problema. Sin embargo, si ningún dispositivo tiene internet, entonces la cosa cambia, y puede que haya alguna configuración o problema en el emisor, incluida la restricción de thetering, algo que algunas compañías u operadores, dependiendo de la tarifa, hacen.
Una vez claro de dónde viene el problema, podremos seguir con los siguientes consejos, saltándonos los que no tengan nada que ver con él, siendo más fácil llegar a una solución.
Conexión almacenada, pero ha cambiado el nombre o clave
Uno de los problemas más típicos es que esa conexión a la que intentamos acceder se haya almacenado previamente. Windows reconoce la red e intenta conectarse cuando ponemos el ordenador apuntando a esa red compartida. Sin embargo, ha podido haber algún cambio y el sistema operativo ya no puede conectarse.
Lo más habitual es que hayamos cambiado la contraseña de esa red compartida. Puede que nos hayamos conectado hace tiempo y ahora esa red tenga otra clave. También podría ocurrir que tenga otro nombre distinto y haya conflicto al vincularse. En este caso lo que vamos a hacer es borrar esa red en nuestro ordenador y volver a conectarnos con la clave correspondiente. Si lo has hecho desde tu móvil a tu ordenador basta con que vayas a los ajustes de red del teléfono para consultar si has cambiado la contraseña recientemente. Si es así, elimina la red desde Windows siguiendo unos pasos sencilos:
- Ve al apartado de Inicio del ordenador
- Busca la sección de ajustes o configuración
- Abre el apartado de redes e Internet
- Busca el icono de WiFi
- Ve hasta redes disponibles
Se abrirán las redes Wi-Fi que hay a nuestro alcance y tenemos que hacer clic con el segundo botón del ratón encima de la que nos interesa y le damos a «Dejar de recordar red». Vuelve a buscarla en la lista y conéctate con las claves. Para acceder a ella vamos a tener que hacer clic nuevamente a las redes y darle a conectar. Nos solicitará de nuevo la contraseña y tenemos que ponerla. De esta forma evitaremos el posible conflicto que pueda haber y entraremos en la red.
Cifrado obsoleto
Otra cuestión a tener en cuenta y que podría ocurrir es que utilicemos un cifrado obsoleto en la red Wi-Fi que estamos creando. Como sabemos, son diferentes las opciones que tenemos disponibles. Hoy en día es importante contar siempre con un cifrado actual, que evite la entrada de intrusos. En ocasiones esto puede suponer que nuestro sistema operativo bloquee la conexión y no permita que nos conectemos a una red que está usando un cifrado antiguo. Por tanto, en este caso lo que tenemos que hacer, siempre que sea posible, es cambiar el tipo de cifrado de la red a otro más moderno, como sería WPA-2, por ejemplo.
Hay que indicar que cifrados como el WEP pueden ser explotados. Podrían poner en riesgo nuestra seguridad y afectar además al rendimiento del equipo. Esto hace que sea imprescindible conocer en todo momento qué cifrado estamos utilizando y cambiarlo si fuera necesario. mEn todo caso poco a poco es más visible la versión WPA-3 con muchas mejoras, y con un cometido principal, que es evitar que los datos puedan ser interceptados en un momento donde disponer de conexión a internet en cualquier momento puede ser de vital importancia.
Prueba a restablecer la red
Tenemos que tener en cuenta que Windows, así como nos proporciona la configuración muchas veces idónea, cuando esta no funciona, también nos da la capacidad de restablecerla a los valores predeterminados. Los pasos a seguir para restablecer la configuración de la red a los valores que traía de fábrica son bastante simples. Lo primero que tenemos que hacer es ir a nuestro panel de control, luego entrar en el apartado de Red e Internet.
Una vez allí, entramos en Estado y allí encontraremos el botón que se llama Restablecer red, pinchamos en él, y posteriormente hacemos clic en Restablecer ahora. El sistema procederá a reiniciarse y al iniciar nuevamente, nuestra red ya estará reiniciada por completo a los valores predeterminados. Si en tu caso vuelves a intentar establecer conexión y no funciona, tendrás que pasar a otra de las siguientes soluciones.
Problemas con la tarjeta SIM
Esta tarjeta puede ser uno de los principales culpables que nos podemos encontrar en estos casos. Esta puede tener algunos fallos que nos impiden compartir la red Wi-Fi de forma que funcione correctamente, o que directamente funcione o no. Todo dependerá del tipo de conexión que quieras compartir: la de tu línea móvil o la red WiFi a la que estás conectado. Si es el primer caso, entonces es posible que sea un problema con la SIM. En el segundo caso no tendrá que influir en nada que la SIM de tu teléfono no funcione correctamente, ya que dependerá directamente de la red inalámbrica a la que estés conectado y quieras compartir.
Los problemas pueden ser varios, y todos ellos deben ser solucionados para poder compartir la red con otros dispositivos. El primero y más llamativo puede ser que la tarjeta se encuentre mal colocada, o no esté correctamente colocada dentro de la ranura. Por lo cual, será necesario sacarla del dispositivo y volver a colocarla. Por lo general los dispositivos móviles cuentan con guías para instalar la tarjeta, pero puede darse incluso el caso de que este tenga algo de holgura y eso sea el causante del problema.
Por otro lado, nos podemos encontrar con el problema de que esta no se encuentre activada. Para solucionar esto lo más probable es que tengamos que contactar con el soporte de la compañía, si es que ya se había tratado de realizar una activación inicial. No suelen ser procesos muy complicados o que se demoren mucho tiempo, por lo cual se puede solucionar relativamente pronto.
Por último, tenemos el problema más radical de todos: que la SIM esté completamente rota. Que la SIM se rompa es un indicador que será 100% necesario contactar con el ISP para que traten de facilitarnos una nueva. Si la tarjeta se encuentra en este estado, no podrá ser leída por los dispositivos móviles, y no funcionará. En este caso, también debemos tener cuidado con el teléfono, pues si tratamos de instalar una SIM rota, se puede dañar el dispositivo o la bandeja en la que se coloca la tarjeta. Por lo cual es muy importante identificar este problema, sobre todo la primera vez que la ponemos. Revisar si esta se encuentra en buen estado visualmente.
Agregar una conexión de red de manera manual
La mayoría de las veces podemos agregar las redes de manera automática y funcionan correctamente y sin dar ningún tipo de problema, pero en ocasiones, cuando alguna de nuestras redes no funciona correctamente, podemos intentar agregarlas de manera manual en nuestro sistema y probar si de esta manera deja de darnos problemas.
Al igual que en otro tipo de soluciones, lo primero que tenemos que hacer es ir a nuestro panel de control, cuando nos encontremos allí, debemos entrar en el apartado de Red e Internet. En esta ventana debemos seleccionar el Centro de redes y recursos compartidos y posteriormente se nos abrirá una ventana de diálogo para realizar la configuración de una conexión o una red.
En esta ventana, lo único que debemos hacer es seleccionar la opción de Conectarse manualmente a una red inalámbrica y posteriormente haremos clic en siguiente. La pantalla a continuación lo que nos solicitara son las debidas credenciales de la red a la que nos queremos conectar, así como que especifiquemos que tipo de seguridad utiliza, al ingresar estos datos, podremos comprobar si ahora nos conectamos y funciona todo correctamente.
Realiza un vaciado de caché de DNS
Puedes corregir la página de inicio de sesión de WiFi pública que no aparece al vaciar el caché de DNS en su PC, para realizar esta solución, es suficiente con que sigas estos pasos:
- Presiona las teclas Win + R a la vez
- Abrirás así la herramienta Símbolo del sistema en su PC
- En la ventana Ejecutar que se abrirá escribe cmd
- Selecciona el botón Aceptar.
- En la ventana del símbolo del sistema escribe el siguiente comando ipconfig /release
- Pulsa enter
- Escribe el siguiente comando: ipconfig /flushdns
- presione Entrar.
Ahora, cierra el símbolo del sistema y reinicia tu ordenador y ahora intenta conectarte a Internet. De esta manera no deberías tener ningún tipo de inconveniente para conectarte. En cambio, si no te ha funcionado, deberás probar el siguiente método.
Cambiar dirección DNS
Por lo general, nuestro ordenador está configurado para obtener una dirección DNS automáticamente, sin embargo, es posible que debas configurar manualmente la dirección DNS para deshacerte de los problemas de Internet, aquí, utilizaremos la ventana Conexión de red para realizar los cambios solo debes seguir estos pasos: Abre la ventana Conexiones de red en tu equipo, en esta ventana, podrás ver todas las conexiones de red disponibles en tu equipo con Windows 10, puedes acceder a él a través del Panel de control cuando abre el Centro de redes y recursos compartidos, pero puedes omitir esto e ir aquí a través del Centro de redes y recursos compartidos y usar la ventana Ejecutar para acceder directamente, para esto, presiona las teclas Win + R, se abrirá la ventana Ejecutary una vez en ella, escribe ncpa.CPL y luego presione la tecla Intro.
Se abrirá la ventana Conexión de red, aquí, debes buscar el adaptador de red inalámbrica, y cuando lo encuentres, haz clic derecho en el adaptador de red inalámbrica y selecciona la opción Propiedades.
En la ventana de propiedades del adaptador de red inalámbrica, hacemos doble clic en la opción Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IPv4).
Aquí accederás a las opciones para cambiar la dirección IP y los servidores DNS, vete ahora a la sección DNS y selecciona la opción de «Utilizar las siguientes direcciones de servidor DNS», como se muestra en la captura que se encuentra a continuación y luego ingresa los siguientes valores en los campos respectivos de los servidores DNS:
Servidor DNS preferido: 8.8.8.8
Servidor DNS alternativo: 8.8.4.4
Haz clic en el botón Aceptar una vez que los hayas puesto, y después de esto, reinicia tu equipo una vez y revisa si la conexión de red pública funciona en Windows 10.
Problema de cobertura
Si te encuentras conectado a una red compartida pero la conexión es muy lenta o la señal es muy baja o presenta cortes de manera muy continua, es probable que el problema sea de cobertura, es posible que nuestro móvil no reciba una buena señal, algo que podría ocurrir si estamos en una zona sin cobertura o si es demasiado débil.
Esto podría dar lugar a problemas para conectarnos desde cualquier equipo. Podría suponer que no tengamos acceso a la red. En este caso lo que debemos hacer es asegurarnos de estar conectados a la mejor red disponible y, además, comprobar que la señal llega bien al otro dispositivo, este último punto que mencionamos es importante, ya que es posible que el fallo de cobertura no esté en la señal de red móvil que recibe el primer dispositivo, sino desde el que nos conectamos finalmente. Debemos intentar que sea óptima.
En este caso, muchas veces podemos solucionarlo cambiando el tipo de red que el dispositivo intercepta. Por ejemplo, si usamos un móvil como emisor de red Wi-Fi, puede que este esté configurado para conectarse siempre a la mejor red posible, como puede ser un 5G o 4G. En cambio, estar conectado a estas redes no tiene por qué ser lo mejor. Si nos encontramos lejos de la antena de las mismas, pero dentro de un rango de alcance, es posible que no sea todo lo rápida que debería.
En este caso siempre podemos ir a la configuración y decirle al router que se conecte únicamente a una que está más extendida, como puede ser 4G o incluso 3G, que sí, puede que en ocasiones funcione mejor. Estas redes están más extendidas que las más actuales, por lo cual es sencillo encontrar puntos de buena señal. En cuanto el dispositivo se conecte a esta red, esta puede que mejores, y por lo cual mejora la red Wi-Fi que emitimos. Incluso lo notaremos en la batería, al no tener que hacer tanto esfuerzo para conectarse a otras redes ni estar buscándolas continuamente, no consumirá tanta energía.
Fallo en el dispositivo móvil
Podría ocurrir que haya algún problema con el dispositivo con el que estamos compartiendo la red. Esto podría ocurrir si hay algún fallo en la configuración, está desactualizado o incluso tenemos algún tipo de malware en el sistema.
Para evitar estos problemas debemos asegurarnos siempre de contar con la última versión disponible del sistema operativo y de cualquier programa que usemos para conectarnos a la red. Es muy importante corregir posibles vulnerabilidades que puedan aparecer. De lo contrario podrían servir para que los piratas informáticos accedan o también para provocar cortes y errores en la conexión.
Pero también debemos comprobar que la seguridad es óptima. Nunca debemos navegar sin estar protegidos correctamente. Un buen antivirus, por ejemplo, es muy útil para reducir el impacto que pueda tener algún archivo malicioso o ataque cibernético. En estos casos, lo ideal es realizar un análisis del dispositivo mediante un antivirus fiable para que pueda escanear posibles virus en tu dispositivo.
Tampoco podemos descartar los fallos de hardware. Al fin y al cabo, las antenas son componentes físicos que se pueden dañar con golpes, o directamente quedarse obsoletas por ser muy antiguas, o usar versiones del Sistema Operativo las cuales ya no soportan el componente. Incluso en muchas ocasiones se puede deber a algún fallo puntual el cual se puede solucionar con un reinicio forzado del dispositivo, para asegurarnos que todos los procesos se restauran.
Estamos utilizando un firewall o VPN
Hemos mencionado anteriormente que contar con programas de seguridad es algo muy interesante. Ahora bien, en ocasiones pueden generar conflictos y problemas. Es lo que ocurre por ejemplo con un firewall, que podría estar bloqueando la conexión compartida y hacer que no podamos conectarnos correctamente.
Algo similar podría pasar si estamos navegando a través de una VPN. Es una herramienta muy usada por los usuarios para mantener la privacidad y evitar filtraciones. Sin embargo, también podría dar lugar a tener problemas en la conectividad. Y es que por más que sean de gran utilidad como medida de protección, no sería la primera vez que este tipo de herramientas de seguridad den problemas de conexión. Por lo que debes probar a desconectar la VPN o firewall y probar nuevamente a establecer conexión con la red compartida.
Problemas más comunes
Los hotspots de Wi-Fi son una forma popular de proporcionar acceso a Internet en lugares públicos como cafeterías, aeropuertos, hoteles y centros comerciales. Sin embargo, también pueden experimentar fallos y problemas técnicos que afectan la conectividad y la experiencia del usuario.
- Sobrecarga de usuarios: Los hotspots pueden experimentar una sobrecarga de usuarios cuando un gran número de personas intenta conectarse y utilizar la red al mismo tiempo. Esto puede causar una disminución en la velocidad de conexión y problemas de latencia.
- Interferencia de señal: La interferencia de señal es otro problema común en los hotspots Wi-Fi. Puede ser causada por dispositivos electrónicos cercanos, como microondas, teléfonos inalámbricos u otros puntos de acceso Wi-Fi cercanos. La interferencia de señal puede provocar una conexión lenta o intermitente.
- Debilidad de la señal: La debilidad de la señal es un problema especialmente común en áreas con una gran cantidad de obstáculos físicos, como paredes, puertas o estructuras metálicas. Si la señal no puede llegar correctamente a los dispositivos, la calidad de la conexión se verá afectada.
- Problemas de configuración: Los hotspots Wi-Fi pueden experimentar problemas de configuración que afectan su funcionamiento. Esto puede incluir configuraciones incorrectas de seguridad, problemas de enrutamiento o conflictos de direcciones IP. Estos problemas pueden dificultar o impedir la conexión a la red.
- Problemas de administración de usuarios: Los hotspots Wi-Fi pueden enfrentar desafíos en la administración de usuarios, como limitar el ancho de banda para cada usuario, evitar abusos o garantizar una distribución justa de recursos. Estos problemas pueden afectar la calidad del servicio y la satisfacción del usuario.
- Mantenimiento deficiente: La falta de mantenimiento regular de los hotspots Wi-Fi puede conducir a problemas a largo plazo. Es importante realizar actualizaciones de software, revisiones de seguridad y realizar un mantenimiento adecuado para garantizar un rendimiento óptimo y una experiencia de usuario satisfactoria.
En definitiva, estas son algunas cuestiones a tener en cuenta si no podemos conectarnos al Wi-Fi compartido. Es algo que podría ocurrir en un momento dado y poner en riesgo la estabilidad de los dispositivos. Siempre debemos detectar cuál es el problema y solventarlo. Si tienes alguna duda o sugerencia puedes dejarnos un comentario e intentaremos responderte.