VPS, como sabemos, son las siglas en inglés de servidor privado virtual. Está alojado de forma remota en un equipo que podemos alquilar a un proveedor de alojamiento. Se trata de un entorno virtual. Ahora bien, podemos optar por pagar una cantidad económica o también contar con un VPS gratis. Sin embargo esto último puede ser un problema para nuestra seguridad. En este artículo vamos a hablar de ello. Vamos a explicar por qué es un error tener un VPS gratis.
Esto es algo que ocurre en muchas herramientas y plataformas que podemos utilizar en la red. Es común encontrarnos con la opción gratuita y también de pago. Sin embargo en algunas ocasiones, en servicios determinados, puede ser un problema hacer uso de las versiones gratuitas que pueden atentar contra la privacidad y seguridad. Hablamos por ejemplo de las VPN, pero también, como vemos en este caso, de los servidores virtuales privados o VPS.
VPS: opción de pago y gratuita
Alquilar un VPS tiene un coste que puede ser de hasta varias decenas de euros al mes. Dependerá, como podemos imaginar, del tamaño disponible, las propiedades y opciones con las que cuente. Pero como ocurre en muchos casos podemos encontrar opciones gratuitas. Claro, estas opciones de alojamiento VPS gratis no van a tener las mismas características y medidas de seguridad que si alquilamos un servidor y pagamos por él.
¿Cómo funciona un VPS?
Los servidores de alojamiento virtual, funcionan mediante la virtualización de diferentes servidores virtuales independientes. Cada uno de ellos, actúa como un servidor físico independiente con su espacio de almacenamiento, su memoria RAM, recursos de la CPU, entre otras cosas. Y también puede ser configurado con su propio sistema operativo, lo cual nos da bastante versatilidad para instalar diferentes sistemas y aplicaciones. Cuando alquilamos uno de estos, el proveedor del hosting procede a crear una máquina virtual para el usuario en el servidor. Esta es la que actúa como interfaz de control, control remoto y conexión SSH para el usuario.
Este tipo de virtualización, nos permite que diferentes VPS compartan un mismo servidor en formato físico. Pero tienen los recursos aislados y dedicados para cada uno. Esto quiere decir que uno no se verá afectado por el otro, a pesar de que se comparte un mismo servidor físico. Por otro lado, la escalabilidad que ofrecen es más sencilla de llevar a cabo con un VPS. Esto es porque el usuario puede agregar o reducir los recursos que sean necesarios, según considere la situación.
Los VPS dependen de los recursos asignados de cada una de las máquinas virtuales. Pero en estos casos, el proveedor del hosting puede establecer unos límites de VPS por cada servidor físico. De esta forma, se puede asegurar que cada uno de los virtuales tenga los recursos que va a necesitar para utilizar sin problemas. Por otro lado, los usuarios pueden hacer la elección del nivel que van a necesitar en cuanto a recursos. Entre ellos, la cantidad de memoria RAM y el espacio de almacenamiento en el disco duro.
Estos servidores son muy utilizados para aplicaciones online, las cuales suelen provenir de pequeñas empresas o de páginas web personales. Esto es algo que ocurre porque son más asequibles, y son una muy buena opción cuando sabemos que vamos a necesitar más recursos, pero no es posible desembolsar lo que puede suponer una instalación. Por lo cual son mucho más accesibles que los servidores dedicados, lo cuales por momentos pueden resultar más complejos de gestionar.
Por qué es un error usar VPS gratis
Lo primero que hay que tener en cuenta es que muchos hosts VPS ofrecen pruebas gratuitas. ¿Significa esto que es inseguro? No tiene por qué. Pero claro, podemos toparnos con algunas opciones que en realidad son una estafa, no cuentan con medidas esenciales de seguridad o que incluso pueden ser la puerta de entrada a nuestros datos personales. Precisamente esto, los datos e información personal, es lo primero que hay que tener en cuenta al elegir un VPS. Registrarnos en uno significa que vamos a enviar datos personales, además de que en ocasiones aunque sea gratis vamos a tener que registrar nuestra tarjeta bancaria para posteriormente eliminar el servicio, aunque no nos lleguen a cobrar nunca.
Otro problema que afecta a la privacidad es que en ocasiones se mantienen los registros de actividad. Esto hace que ese VPS puede retener registros de actividad cuando iniciemos sesión, la dirección IP o monitorear la conexión. ¿Podemos estar seguro de que todo eso no sea vendido a terceros para fines lucrativos, de ahí que nos ofrezcan un servicio gratis? Además hay que tener en cuenta que un VPS gratuito podría ser utilizado para llevar a cabo ataques Man-in-The-Middle. ¿Qué significa esto? Este problema puede ocurrir cuando iniciamos sesión en lo que parece ser un destino seguro y legítimo, como puede ser un sitio web, un router o un servidor, pero hay un atacante que captura nuestros datos a la hora de iniciar sesión, nuestras contraseñas, información personal, etc.
También hay que mencionar las vulnerabilidades que pueda haber. Generalmente todo servicio gratuito tiene un menor soporte para corregir posibles fallos que puedan comprometer la seguridad y privacidad de los usuarios. Estas vulnerabilidades pueden ocurrir a nivel de hardware o de software y afectar a los usuarios. Este VPS gratuito puede estar localizado en un lugar con leyes que no mantengan la seguridad correctamente. Hay naciones donde las leyes de privacidad no protegen igual los datos de los usuarios. Esto lógicamente puede ser un problema, por lo que es importante a la hora de elegir un VPS consultar dónde está alojado.
Por último, lo que mencionamos anteriormente, es que nos podemos encontrar con un servicio VPS que en realidad es un scam. Es decir, puede que lo que nos ofrezcan gratis en realidad sea una estafa. Es algo que debemos tener presente. En definitiva, a la hora de elegir un VPS hay que tener cuidado con aspectos de seguridad y privacidad. No podemos hacer uso de uno gratis sin consultar exactamente cómo funciona y si puede afectarnos.
En qué consiste un hosting compartido
El alojamiento compartido es como se conoce a la forma en la que diferentes páginas comparten los recursos de un hosting. Esto significa que la capacidad total va a ser dividida entre los diferentes usuarios que hayan pagado su parte para poder alojar allí el contenido para el funcionamiento de su sitio. Podemos decir que esto es útil para una página web que no necesite demasiados recursos. Por ejemplo un sitio web que haya comenzado recientemente y que no tenga excesivas visitas que haga que sea necesario tener una serie de recursos para poder afrontar el tráfico web y que no deje de prestar servicio o funcione mal.
No obstante, aunque los recursos sean compartidos cada página es totalmente independiente. Los webmasters pueden instalar complementos para su sitio, configurarlo como deseen y tener el control sobre el contenido. Eso sí, todo lo que engloba ese servidor, el hardware que permite su funcionamiento, va a ser utilizado también por otros usuarios. Con un hosting compartido la memoria RAM, la CPU y el equipo en sí va a ser dividido para todos. Por eso si un usuario necesita mayores recursos podría optar por un servidor dedicado. La memoria RAM, por ejemplo, va a ser utilizada por todos al mismo tiempo y esto podría dar lugar a problemas de rendimiento.
Puntos positivos y negativos de un hosting compartido
Hemos explicado qué es un hosting compartido. Básicamente hemos visto que significa compartir los recursos de un servidor entre todos los usuarios que hayan comprado su parte. Ahora vamos a ver cuáles son las principales ventajas y desventajas de esta opción. Esto permitirá que pongamos en una balanza lo bueno y lo malo, y de esta forma saber si realmente conviene contratar un servicio de este tipo o no.
Ventajas de un servidor compartido
En primer lugar vamos a ver cuáles son las principales ventajas de utilizar un servidor compartido. Así sabremos si realmente merece la pena y se adapta a lo que buscamos. Hay que tener en cuenta que no todos los usuarios van a necesitar lo mismo para su sitio web:
- Ahorro en costes: un punto positivo claro es el coste. Es más económico que contratar un servidor dedicado. A fin de cuentas estamos compartiendo los recursos con más usuarios, aunque esto no necesariamente va a suponer una merma en la calidad si nuestro sitio no requiere algo extraordinario. Puede ser lo ideal para iniciar una web modesta y para la que no queramos hacer una gran inversión.
- Mantenimiento a cargo del proveedor: también vamos a evitar tener que encargarnos del mantenimiento y las soluciones a los posibles fallos que aparezcan. Todo esto va a correr a cargo de la empresa con la que hemos contratado el servidor. Es una manera de liberarnos de trabajo y complicaciones.
- Facilidad de uso: no se necesita una gran experiencia para poder utilizar este tipo de servicios. El manejo es sencillo si lo comparamos con otras opciones, además de tener nuestro acceso privado para poder gestionar todo rápidamente. Una vez más, es interesante para principiantes que simplemente quieran crear una web sencilla.
- Gran variedad de herramientas y configuración: lo normal es que el propio proveedor también ofrezca una serie de herramientas que podemos utilizar, así como configuración que podemos tener en cuenta. Podremos de esta forma configurar más fácilmente nuestro sitio web sin tener grandes conocimientos.
- Escalable: podemos ir adaptando el hosting compartido a nuestras necesidades. Podemos empezar con un plan básico que disponga de menos recursos, pero si nuestra web requiere de algo superior con el paso del tiempo podremos contratar otro plan que ofrezca mejores condiciones en cuanto a rendimiento.
Desventajas de un servidor compartido
Pero un servidor compartido también tiene sus puntos negativos. Puede estar muy limitado para aquellos que busquen algo más profesional, más completo y con más opciones. Vamos a ver cuáles son los principales que podemos encontrarnos:
- Limitaciones en el uso del hardware: el hardware va a ser compartido, por lo que existen mayores limitaciones. Esto significa que tendremos limitaciones en el uso de memoria RAM, CPU, transferencia mensual… Todo ello según también el plan que tengamos contratado.
- Opciones limitadas de acceso y gestión: no tenemos tanta flexibilidad al gestionar y acceder al servidor. A fin de cuentas se trata de un hosting compartido y algunos cambios podrían afectar al resto de usuarios.
- No controlar posibles fallos de seguridad: tampoco podemos controlar por nosotros mismos ciertos problemas de seguridad que puedan surgir. Por ejemplo un corte de electricidad o un ataque cibernético. Esto va a ser responsabilidad de la empresa que gestione ese hosting compartido.
- Menos configuraciones: también, igual que a la hora de la gestión, vamos a poder llevar a cabo menos configuraciones, menos cambios de software y posibles aportaciones que quisiéramos realizar. Va a estar más limitado y vamos a tener menos flexibilidad para modificarlo a nuestro gusto.
En definitiva, como hemos visto hay diferentes puntos positivos y negativos a la hora de optar por un servidor compartido para nuestra página web. Podemos decir a modo de resumen que es una buena opción para iniciar una web sencilla, para usuarios que no sean muy experimentados y que busquen liberarse de complicaciones. Sin embargo, si queremos algo realmente potente, para una página web más profesional y con más exigencia, un servidor compartido va a quedarse limitado. Deberíamos optar en este caso por uno dedicado, que ofrezca herramientas más profesionales y una potencia mayor para no tener problemas al ofrecer buenos resultados a los visitantes.