Hace poco se anunciaba que la operadora Movistar iba a poner en funcionamiento su red móvil de última generación en España. La red utiliza la tecnología LTE y se presentaba como candidata a sustituir a la tecnología 3G. Y aunque estas noticias sean muy alentadoras, la realidad es muy distinta, y es que según un informe realizado por un agencia, Europa se encuentra a la cola de implantación de redes 4G, muy por detrás de Estados Unidos y algunas partes del continente asiático donde miles de usuarios ya se conectan utilizando esta tecnología. Y puestos en el peor lugar, los países nórdicos son los que actualmente se encuentran desplegando infraestructuras de forma masiva para ofrecer este servicio a los usuarios.
En el otro extremo, por desgracia, encontramos a España, junto con los otros países, donde no se espera un despliegue masivo de esta tecnología hasta bien entrado el 2013 o tal vez el 2014. Actualmente la mayoría de los operadores prefieren subsanar la fuerte demanda que tienen de tráfico móvil, por el gran auge de los smartphones, de otras formas en las cuales no sea necesario recurrir a este despliegue.
Podemos decir que los operadores se debaten entre reducir el coste y mantener una rentabilidad que les permita seguir creciendo invirtiendo la menor cantidad posible en soluciones de infraestructuras y conectividad.
La red 3G europea, mejor que la estadounidense
Como punto a favor, un estudio ha revelado que nuestra red 3G se trata de una red más fiable y que tiene mejor capacidad para ofrecer una mayor velocidad que la estadounidense, por lo que los expertos justifican este despliegue en Estados Unidos, como una medida para paliar las deficiencias de la actual red que les suministra el servicio.
Momentos complicados en España
La crisis es la principal sombra en estos momentos, y los operadores se muestran contradictorios a invertir para comenzar a desarrollar esta tecnología. Temen que el despliegue nunca pueda llegar a ser rentabilizado y supongan grandes cantidades de pérdidas que tal vez sean difíciles de recuperar, principalmente por eso apuestan por mejorar lo que ya existe para así asegurarse una rentabilidad y también la mejor satisfacción posible del cliente con el servicio.
Por lo que para ver las nuevas redes 4G en España, todavía tendremos que esperar bastante tiempo.