Era un secreto a voces pero ha sido una medida un tanto contradictoria para muchos. Después de una modificación de la política de uso de la Google Play Store, el Gigante de Internet ha decidido prohibir la publicación de los ad block que bloquean la publicidad en aplicaciones de terceros.
La decisión era casi conocida por la mayor parte de los desarrolladores de este tipo de aplicaciones aunque muchos no entienden el fundamento, ya que se ha prohibido esto pero sin embargo aquellos programan que bloquean la publicidad en los navegadores del sistema operativo móvil aún siguen disponibles y no existe ninguna acción contra ellos, algo que parece bastante contradictorio. Conoce nuestro tutorial para hackear el router WiFi.
Pero viendo la modificación del punto 4.4 sobre la normativa de publicación de contenidos en la tienda de aplicaciones, se puede ver que la prohibición afecta a todas aquellas aplicaciones que afectan a las de terceros, por lo que los bloqueadores de publicidad es solo un ejemplo. Además de estas, las aplicaciones que ofrecen trucos sobre juegos o aquellas que explican como hackear otras serán prohibidas.
En definitiva, todas aquellas aplicaciones que hagan uso de otras aplicaciones o de sus datos de forma ilegítima serán retiradas de la tiendas del sistema operativo móvil de los de Mountain View.
Los ad block para navegadores no están mal vistos, al menos de momento
Si un usuario hace una búsqueda verá que en la Play Store aún están disponibles los bloqueadores Adblock Fast, Adblock Browser o Brave Browser entre otros. Se tratan de aplicaciones que actúan sobre los navegadores y que por el momento no están mal vistas desde el seno de la compañía de Mountain View. Es probable que la compañía haya jugado sus cartas y haya pensado que el bloqueo de estos últimos puede provocar más daños a su imagen que beneficios, de ahí que por el momento continúen disponibles y podría decirse que «sin fecha de caducidad».
En el caso de los bloqueadores de la publicidad que aparece en las aplicaciones se han visto afectados por una medida que en realidad no parece dirigida contra ellos, sino más bien contra las aplicaciones que pueden de alguna forma suponer un peligro contra la seguridad de los datos del usuario que se encuentran en el terminal y que se introducen en otras aplicaciones.
Como sucede en este tipo de decisiones, hay usuarios que se muestran a favor, sobre todo aquellos que poseen aplicaciones y perciben remuneración económica por los anuncios y los que no están contentos por tener que «sufrir» de nuevo la presencia de estos.