Las navidades están ya a la vuelta de la esquina, y este año, más que nunca, los juguetes inteligentes van a ser, sin duda, los grandes protagonistas de estas fiestas. Cada vez podemos encontrar en el mercado más juguetes inteligentes, juguetes que se pueden conectar a Internet o a un smartphone para dotarle de todo tipo de funcionar y características. Sin embargo, los juguetes inteligentes también tienen un lado oscuro, además muy peligroso, un lado oscuro que nunca debemos olvidar.
Por fuera, un juguete puede parecer muy mono e inofensivo, sin embargo, probablemente no sabemos lo que esconde en su interior. En un mundo cada vez más conectado, y después de ver todos los problemas que han ocurrido con el Internet de las Cosas a lo largo de 2017, la idea de un juguete inteligente debería llamar a la prudencia, especialmente teniendo en cuenta que estamos metiendo en juego a niños y niñas, los más pequeños y el público más vulnerable.
Si un juguete se conecta a Internet, los riesgos a los que los exponemos son casi los mismos que si les ponemos a utilizar un ordenador. Además de los peligros pasivos de la red, cada vez hay más piratas informáticos que tiene como objetivo este tipo de juguetes de manera que puedan, por ejemplo, tomar fotos o grabar conversaciones, así como conocer en todo momento la ubicación del juguete y, si va con él, del menor.
Igual que ocurre con el Internet de las Cosas, la seguridad y privacidad no es una de las prioridades de los juguetes inteligentes, quienes cometen a menudo fallos garrafales en sus firmware que pone en peligro a los usuarios, como ha ocurrido ya en repetidas ocasiones, por ejemplo, con la firma de juguetes VTech o con Barbie.
Antes de comprar un juguete inteligente deberíamos preguntarnos, ¿realmente necesitamos que un dinosaurio, por ejemplo, se conecte al Wi-Fi y que tome fotografías por los ojos? La verdad es que, aunque el 95% de los juguetes inteligentes son absurdos y totalmente innecesarios, saben cómo venderlos para crear una necesidad de ello, y por lo tanto, es complicado no comprarlos.
Por ello, en caso de que no nos quede otra y tengamos que pasar, sí o sí, por el aro, a continuación, os vamos a dejar una serie de recomendaciones para proteger a los menores de los peligros de estos smart-toys. Siempre debes comprar por Internet de forma segura.
Cómo proteger a los menores de los peligros de los Juguetes Inteligentes
Sin duda, uno de los puntos esenciales para proteger a los más pequeños de los peligros de los juguetes inteligentes es la investigación. Antes de comprar un juguete a la ligera es recomendable invertir algunas horas en investigar qué funciones tiene el juguete, si ha habido previamente filtraciones de datos de la marca y, sobre todo, qué tipo de información genera y guarda este juguete y cómo se almacena en los servidores del fabricante.
Además, también debemos asegurarnos de no conectarlo nunca a redes inseguras (en redes públicas, como en bares) ni en redes que no sean de total confianza. También debemos asegurarnos de apagarlo por completo cuando no lo vayamos a utilizar.
Por último, el recomendable que siempre que intentemos estar presentes cuando se vaya a jugar con este juguete, especialmente cuando son más pequeños, pudiendo controlarlos a la vez que pasamos más tiempo con ellos.
¿Vas a regalar algún «juguete inteligente» estas navidades?