Del buen estado de la red local, depende la salud de gran cantidad de empresas, autónomos y trabajadores de todo el mundo. Por ese motivo, los profesionales encargados de la seguridad y el mantenimiento de la red, tienen que estar pendientes siempre de que esta se encuentre actualizada. En este artículo aprenderás a detectar esas señales que indican que tu red necesita un cambio o actualización.
Las redes son el corazón de cualquier empresa, y cuando empiezan a fallar, la productividad se resiente. En este artículo aprenderás a detectar las señales que indican que tu red está quedándose atrás y por qué actualizarla te ayudará a mejorar el día a día de tu negocio. Vamos a ver qué puedes hacer para optimizar tu red y asegurarte de que esté siempre a la altura.
¿Tu red va más lenta de lo habitual?
Uno de los primeros síntomas de que tu red está desfasada es la velocidad. Si cada vez que intentas cargar una página o descargar un archivo, sientes que podrías hacerte un café mientras esperas, está claro que algo falla. Las redes antiguas no están preparadas para el volumen de tráfico actual ni las demandas de las aplicaciones modernas. Actualizar tu red a una infraestructura más rápida, como una con cables de fibra óptica o Wi-Fi 6, no solo mejorará la velocidad, sino que además te permitirá realizar tareas de forma más eficiente. Menos tiempos de espera significa mayor productividad.
Si optas por comprar un router con Wi-Fi 7, ten en cuenta que no solamente disfrutarás del mejor rendimiento inalámbrico, sino que también tendremos un hardware realmente potente.
¿Se te cae la red más veces de lo que te gustaría?
Las interrupciones frecuentes de la red pueden ser frustrantes y costosas. Una red poco fiable afecta directamente al flujo de trabajo de tu empresa y, en el peor de los casos, puede provocar la pérdida de datos o una mala experiencia de cliente. Si experimentas caídas de red con frecuencia, es una señal clara de que tu red está necesitando un cambio.
La solución es simple: actualizar a una red más potente, con tecnología de redundancia y tolerancia a fallos. Esto asegura que incluso si hay problemas en un componente, tu red seguirá funcionando sin interrupciones.
¿Tu hardware está obsoleto?
A veces, el problema no está en la velocidad de la red, sino en los dispositivos que la sostienen. Si tus routers, switches o servidores llevan años sin actualizarse, es probable que estén limitando las capacidades de tu red. El hardware antiguo no está diseñado para las tecnologías y estándares actuales, lo que provoca cuellos de botella en el rendimiento. Si quieres tener una red muy rápida, es recomendable tener switches Multigigabit, para que así funcione la red a más de 1Gbps. Hoy en día estos switches ya son bastante baratos, y sobre todo, apenas se calientan, en comparación con modelos mucho más antiguos que sí se calentaban bastante.
Actualizar estos dispositivos no solo mejorará la velocidad y la estabilidad, sino que también garantizará que tu red sea compatible con las nuevas aplicaciones y servicios que puedan surgir en el futuro.
¿Tu red está en riesgo de sufrir ciberataques?
La seguridad es otro aspecto fundamental. Si tu red no está debidamente protegida, corres el riesgo de sufrir ataques cibernéticos, pérdida de datos o incluso violaciones de privacidad. Las redes antiguas suelen carecer de las medidas de seguridad avanzadas necesarias para hacer frente a las amenazas modernas.
Implementar soluciones de seguridad actualizadas, como firewalls, sistemas de detección de intrusos y cifrado de datos, es crucial para proteger tu empresa de posibles ataques y garantizar que la información sensible esté siempre segura.
¿Tu red no puede crecer con tu negocio?
Si tu empresa está en expansión, es probable que necesites una red que crezca a la par. Una red que no puede escalar adecuadamente se convertirá en un obstáculo para el crecimiento, provocando problemas de rendimiento a medida que aumenta el número de usuarios y dispositivos conectados. Optar por una red escalable te permitirá adaptarte fácilmente a las necesidades futuras de tu negocio sin tener que realizar actualizaciones engorrosas cada vez que haya un cambio en el volumen de trabajo.
Si te has sentido identificado con alguna de estas señales, es hora de plantearte una actualización de tu red. No solo ganarás en velocidad y fiabilidad, sino que estarás asegurando el futuro de tu empresa en un entorno cada vez más competitivo. Optimizar tu red es invertir en productividad y seguridad. No lo dejes pasar.