La primera vez que escuché lo del píxel de seguimiento, fue referente a Facebook hace ya algunos años. El contexto era el de unas campañas de anuncios en los que, cada anuncio tenía un píxel para seguir al «lead» que hacía clic en determinado anuncio. Luego me he enterado de que su función va mucho más allá, y aquí te cuento todo lo que tienes que saber sobre el píxel de seguimiento y cómo puedes evitarlo.
Porque al navegar por internet o revisamos tu correo, hay elementos invisibles que trabajan en segundo plano recopilando datos sobre todo lo que haces. Uno de ellos es el píxel de seguimiento, una herramienta usada tanto por anunciantes como, a veces, por ciberdelincuentes. Si quieres saber qué es exactamente, cómo funciona y cómo protegerte, aquí te lo cuento de forma sencilla y práctica.
¿Qué es un píxel de seguimiento?
Un píxel de seguimiento es básicamente una diminuta imagen, generalmente de 1×1 píxel, que se incrusta en correos electrónicos, anuncios o páginas web. Aunque no lo veas, su función es recopilar información sobre tus interacciones. Por ejemplo, si abres un correo, haces clic en un enlace o visitas un sitio web, el píxel puede registrar esos movimientos y enviar los datos a un servidor.
Pero no te asustes: no todos los píxeles son malintencionados. Muchas veces se usan para mejorar las estrategias de marketing, personalizar anuncios o entender mejor las preferencias de los usuarios.
¿Cómo funcionan?
Cuando abres una página o un correo que contiene un píxel, tu navegador descarga esa pequeña imagen desde el servidor donde está alojada. Ese proceso genera un registro que incluye información como:
- Tu dirección IP.
- El dispositivo y navegador que usas.
- La hora en que accediste.
- Qué hiciste en esa página (clics, tiempo de permanencia, etc.).
Este tipo de datos es oro puro para las empresas que quieren optimizar sus campañas o analizar el comportamiento de sus clientes.
¿Por qué deberías preocuparte y cómo evitarlo?
Aunque los píxeles tienen usos legítimos, también plantean riesgos para tu privacidad. Los ciberdelincuentes pueden usarlos para seguir tus movimientos, rastrear tu ubicación o incluso identificar vulnerabilidades en tus dispositivos. Además, muchos usuarios no son conscientes de su existencia ni de la cantidad de datos que recopilan.
Si no te sientes cómodo con la idea de ser rastreado, hay varias formas de minimizar el impacto de los píxeles:
- Bloquea la carga automática de imágenes en tu correo electrónico:
- En Gmail: Ve a Configuración → General → Imágenes y selecciona “Preguntar antes de mostrar imágenes externas”.
- En Outlook: Ajusta las opciones para no descargar imágenes automáticamente.
- Usa extensiones de navegador: Herramientas como uBlock Origin o Privacy Badger pueden bloquear rastreadores y píxeles.
- Activa la navegación privada o usa un navegador enfocado en la privacidad, como Brave o Firefox.
- Configura una VPN: Navegar con una VPN ayuda a ocultar tu IP, lo que dificulta el seguimiento.
- Revisa las configuraciones de cookies y privacidad de los sitios web: Acepta solo lo necesario.
¿Realmente se pueden eliminar?
Evitar los píxeles por completo es complicado, pero seguir estos pasos reducirá significativamente su impacto. Además, muchas plataformas están adoptando medidas más transparentes para que los usuarios tengan mayor control sobre sus datos.
Los píxeles de seguimiento son invisibles, pero tienen un gran impacto en cómo se recopila y usa nuestra información en internet. La clave está en conocerlos, saber cómo funcionan y tomar medidas para proteger nuestra privacidad. Con los consejos que te he dado, podrás navegar con más tranquilidad y control sobre tus datos.