Para tener una buena conexión de Internet, en muchos casos es necesario contar con un repetidor. Es un dispositivo que puede potenciar la señal en una zona determinada de la vivienda, para conseguir así mayor velocidad y estabilidad. Sin embargo, hay ocasiones en las que, incluso comprando el mejor repetidor del mercado, no vamos a lograr mejorar la conexión inalámbrica. Te vamos a explicar cuáles son los motivos.
A veces, en vez de comprar un repetidor, simplemente es necesario realizar algunos cambios. Sin necesidad de gastar dinero, puedes lograr que la conexión funcione mejor. Podría haber limitaciones, problemas relacionados con la cobertura o el router, por ejemplo. Por ello, vamos a explicarte los motivos por los que podrías no mejorar la conexión, aun usando el mejor repetidor.
Un repetidor Wi-Fi no hace milagro
Pero, ¿por qué comprar el mejor repetidor inalámbrico que haya, puede no garantizar que la conexión va a mejorar? Un motivo claro, es por tener algún problema con el router. Es pieza clave para poder conectarnos a Internet, por lo que cualquier fallo va a impedir que lo hagamos con normalidad. Podría haber algún problema con la red Wi-Fi, con el cableado, la configuración o que simplemente sea un aparato muy antiguo y con pocas prestaciones.
También puede pasar que intentes conectarte desde una distancia demasiado lejana. Aunque tengas un repetidor muy bueno, con características para poder lograr la máxima velocidad y estabilidad, debes ser consciente de que no hace milagros. Va a tener que recibir señal del router, por lo que, si es demasiado débil, podrías tener problemas.
Además, podría haber incompatibilidad entre dispositivos y que haya cuello de botella. Esto ocurre si compras un repetidor muy bueno, con Wi-Fi 7, pero estás intentando conectar un dispositivo que solo admite hasta Wi-Fi 5, con una velocidad muy limitada. Aunque el repetidor sea de máxima calidad, realmente no lo vas a aprovechar, por lo que no vas a poder solventar los problemas que puedas tener.
Por otra parte, van a entrar en juego factores externos a la conexión y los dispositivos que uses. Hablamos de obstáculos que pueda haber, interferencias y otros problemas que afecten a la señal. Aunque tengas un repetidor muy bueno, esos problemas externos van a permanecer ahí.
Intenta mejorar la cobertura
Como alternativa a comprar un repetidor Wi-Fi, puedes realizar ciertos ajustes para intentar mejorar la cobertura de la red inalámbrica. Un paso sencillo, y que puede resultar muy útil, es cambiar de lugar el router. Lo puedes acercar a la zona en la que necesitas conectar dispositivos, para que la señal llegue con más fuerza.
También deberías evitar posibles obstáculos e interferencias que pueda haber. Por ejemplo, evitar ciertos electrodomésticos cerca del router, como puede ser un microondas o incluso un teléfono inalámbrico, además de adornos metálicos y similares. Todo esto puede afectar, de forma negativa, a la red doméstica.
Una alternativa a tener que usar repetidores y el Wi-Fi, es conectarte mediante cable Ethernet. Puede ser una solución realizar una instalación de cable, lo cual te aportará mayor estabilidad y, en ocasiones, velocidad.
En definitiva, como has podido ver, comprar un buen repetidor Wi-Fi, no siempre es sinónimo de mejorar la velocidad de Internet y tener mejor cobertura. Puedes utilizar algunas alternativas y lograr así una red doméstica optimizada.