Normalmente cuando hay un problema para conectarnos a una red inalámbrica el fallo reside en el dispositivo que estamos usando. Por ejemplo, un ordenador, móvil, televisión… Es frecuente que haya algún problema en la configuración, en la tarjeta de red o cualquier programa que está interfiriendo. Sin embargo, en este artículo vamos a hablar de cómo solucionar cuando el problema con el Wi-Fi está en el propio router.
Los problemas con la conexión WiFi es algo con lo que lidiamos cada día. Por eso es importante saber los pasos que debes seguir para solucionar el problema de la manera más sencilla y eficaz. En muchos casos, el problema está en el dispositivo con el que estamos navegando, pero a veces, el fallo está en el router y puede que haciendo una serie de pruebas y configuraciones, seamos capaces de arreglarlo sin necesidad de llamar al servicio técnico con el gasto de tiempo que esto supone.
Por qué no aparece la red inalámbrica
Si te encuentras ante este problema es que hay algo mal con el router. Cuando intentamos conectarnos a una red Wi-Fi desde el ordenador y no funciona, podemos pensar que el problema esté en el sistema operativo, en ese equipo que estamos usando. Si vemos que, al probar con otro ordenador, otro móvil o cualquier dispositivo el problema continúa, ya podría hacernos pensar que el fallo está en el router y que afecta a la conexión inalámbrica.
A veces podría deberse a un fallo en la configuración. Tal vez por error has cambiado algún parámetro de la red y eso ha provocado fallos en la conexión. Incluso después de una actualización que haya dado algún error. Esto puede hacer que esa red inalámbrica aparezca oculta y debas cambiar algo para que vuelva a estar disponible.
También podría ocurrir que haya alguna interferencia con otros equipos. Por ejemplo, si estás usando un canal saturado. Si vives en un edificio con muchas viviendas alrededor, tal vez tus vecinos estén usando una frecuencia cercana a la tuya y eso va a provocar fallos e interferencias.
Además, podría haber alguna limitación o directamente algún problema más grave con el hardware. Un fallo en la antena, por ejemplo. Esto haría que la red Wi-Fi no apareciera de cara a otros dispositivos que puedan buscar señal. En este caso puede que la solución sea más complicada y que incluso tuvieras que cambiar el aparato.
Por otra parte, los problemas de seguridad pueden estar relacionados con los fallos a la hora de ver la red Wi-Fi. Si tienes intrusos, si alguien ha podido entrar al robar tu contraseña, puede significar que no funcione correctamente o que directamente no esté disponible para que te conectes.
Podemos decir, por tanto, que hay diferentes causas por las que la red inalámbrica del router no aparece. Es algo que puede aparecer en un momento dado y sin duda significa un problema serio que hay que resolver, ya que de lo contrario no podríamos conectar otros aparatos y no tendríamos conexión.
Cómo solucionar problemas con el Wi-Fi del router
En este caso tenemos que tomar medidas para intentar resolver ese incidente. Vamos a dar algunas pautas para intentar resolver el problema, empezando desde los aspectos más básicos a tener en cuenta.
Hay que tener en cuenta que pueden ocurrir dos cosas: la primera es que la red Wi-Fi directamente no aparezca y la segunda es que sí aparezca, pero no podamos conectarnos o una vez estemos conectados la velocidad es mala o hay cortes.
Lo primero y más básico, puede ser acercarse al router físicamente, y ver que algunas de las luces presentan algún estado no habitual. Esto suele ser síntoma de que algo no va bien. Normalmente en los manuales de los dispositivos tendremos un apartado donde nos indican qué quieren decir las luces dependiendo de cómo estas se iluminan. En ese caso, podremos conocer el problema rápidamente. Esto también nos puede ayudar a encontrar la red, pues puede que en algún momento nos encontremos demasiado lejos, y nuestro dispositivo no encuentre la red.
Otra cosa que podemos hacer es conectar un cable ethernet, lo cual no funcionará si queremos conectarnos con teléfonos móviles, pero sí que podremos ver si este tiene red o si el dispositivo a conectar cuenta con un puerto de este estilo. Si esto funciona, podemos definitivamente decir que el problema se encuentra en la red Wi-Fi
Observar si la red es constante o sufre cortes, puede darnos a entender muchas cosas, incluido que algún tipo de software esté interfiriendo. En este caso también tendremos que ver si el problema se reproduce en otros dispositivos o si este solo se manifiesta en uno en concreto. Si es este el caso, podría ser que sea problema del aparato el cual queremos conectar a la red.
En cambio, puede ser que no conozcamos la red a la que nos intentamos conectar. Con esto nos referimos al nombre, pues puede darse que en todo el listado de redes disponibles no encontremos cuál es la nuestra, lo que combinado a un desconocimiento de la contraseña nos evitará la conexión al 100% hasta que sepamos cual es la red concreta. Para conocer estos datos debemos conectarnos a un router y poder conocer más nuestra red. También es recomendable ponerle nombres que nos diferencien.
Una vez comprobamos todos estos puntos, y no conseguimos resolver el problema, podemos proceder a realizar otro tipo de pruebas como las siguientes.
Reiniciar el router
Si empezamos por lo más básico, algo que podemos hacer es simplemente reiniciar el router. A veces surgen problemas que pueden causar una mala conexión o que incluso la red Wi-Fi no aparezca. Puede ser debido a pequeños fallos en el firmware del dispositivo y pueden resolverse fácilmente.
Eso sí, hay que reiniciarlo correctamente. No basta con apagarlo y volver a encenderlo de inmediato. Lo ideal es mantenerlo unos 30 segundos apagado y posteriormente volver a encenderlo. De esta forma nos garantizaremos que se ha reiniciado correctamente. Es un primer paso que debemos dar siempre que tengamos algún fallo como este que comentamos.
Este tipo de aparatos están diseñados para permanecer encendidos durante semanas sin que aparezcan problemas. Sin embargo, a veces puede ser necesario reiniciarlos e incluso aconsejable para mantener un funcionamiento óptimo, sin que surjan problemas que afecten a la estabilidad y velocidad. No hay un tiempo estipulado para hacer reinicios al router, pero si es recomendable hacerlos de forma periódica como, por ejemplo, una vez al mes. O por la contra podemos buscar alguna recomendación del fabricante que nos ayude a que todo funcione de la forma más óptima posible.
Revisar el cableado
Puede darse el caso de que nuestro router solo funcione a modo de entrada de Internet hacia otro router de características superiores. En ese caso aquí podemos encontrarnos más problemas, debido a que cada vez que añadimos hardware a la red, tendremos más cosas que revisar. Si bien una revisión del router y sus configuraciones en general, se deben revisar para ver que no encontramos problemas, también será necesario comprobar que el cable que une ambos routers, y en general todos los cables que conecten con otros posibles puntos de acceso. Si estos se encuentran en mal estado, pueden producir cortes o incluso que la red Wi-Fi no funcione directamente. Para ello es recomendable utilizar cableado que tenga revestimiento, el cual sea menos sensible a problemas generados por movimientos o rozaduras…
Por la contra, si utilizamos cableado el cual hacemos nosotros mismos, tendremos más cosas que revisar, como pueden ser los contactos de los pines, o que el código de colores esté correctamente establecido en ambos extremos de cable. Por otro lado, si estos se encuentran por los tubos de las paredes, tendremos que dar uso de dispositivos que se conectan a los RJ-45, para ver si el cable tiene algún tipo de problema en alguna zona. Como recomendación, lo mejor es utilizar cableado de calidad siempre que sea posible, a ser posible de categoría 5 o superior, para evitar problemas de velocidad o ancho de banda.
Debes tener en cuenta que no siempre podemos ver si el cable está bien o no. O no al menos a simple vista. Podrás ver solo parte de la instalación a simple vista y no puedes comprobar que el cable de fibra esté correctamente o no esté doblado. O incluso puede que haya una parte de la instalación, si tienes una CTO exterior, en la que cualquier animal (una rata, por ejemplo) haya podido morder algún cable que te haya dejado sin servicio. No será dentro de tu casa y no podrás verlo en un vistazo, pero sí estará afectando a tu conexión y en ese caso deberías avisar a un técnico. Además, hay otro aspecto fundamental que debes tener en cuenta con respecto a los cables de fibra: son frágiles y no solo el hecho de estar rotos puede suponer un problema para la conexión a Internet, sino que aparentemente puede que lo veas bien pero cualquier doblez excesivo, por ejemplo, ya puede suponer un problema.
Por otro lado, existe un problema relacionado con la conexión de los cables de red en nuestro router. Aunque no es un caso normal, puede que te suceda y conocer el motivo y cómo solucionarlo te ahorrará mucho tiempo.
A veces, vemos un cable de red colgando de nuestro router y decidimos conectarlo a algún puerto sin comprobar si el otro extremo ya está conectado. Hacer esto, provocará un cortocircuito en nuestro router y entrará en bucle. Cuando conectas los dos extremos del mismo cable en el router, provocas que el router no sea capaz de levantar IP y por lo tanto no tendrás acceso a Internet. Tus dispositivos seguirán conectados a la red WiFi y si están conectados por cable, detectarán la conexión. Sin embargo, no tendrás acceso a Internet. En algunos modelos de router, podrás ver cómo el LED correspondiente al servicio de Internet se apagará, indicando que no tienes acceso al servicio.
Para solucionar este problema, el primer paso será localizar el cable que está provocando el bucle. Una vez hayas localizado dicho cable, deberás desconectarlo completamente del router. Es aconsejable que, si tienes más cables de red conectados en tu equipo, los desconectes también para descartar que el problema proceda de alguno de ellos. Una vez hayas desconectado los cables, deberás reiniciar el router y esperar unos segundos antes de volver a encenderlo.
Ahora que ha vuelto a encenderse, el router tardará unos minutos en empezar a funcionar con normalidad. Cuando llegue a este punto, deberás comprobar si tu servicio de Internet se ha restablecido correctamente haciendo pruebas con varios dispositivos. Si el problema se ha resuelto, conecta los cables de red en tu router de uno en uno y comprueba que el servicio no sufre ninguna caída.
Comprobar que el Wi-Fi no está oculto
¿No aparece el Wi-Fi en ningún dispositivo? La causa puede estar en que lo tenemos configurado en oculto para que la red no aparezca a simple vista, aunque sí funcione una vez que introducimos los datos correspondientes. Si hemos tocado algún punto en la configuración del dispositivo cuando hemos cambiado la contraseña, creado una red de invitados o similar, es posible que esta sea la causa.
Para ello tenemos que entrar al propio dispositivo y comprobarlo. Aunque los pasos dependerán, casi siempre serán parecidos:
- Entramos mediante la puerta de enlace predeterminada 192.168.1.1
- Buscamos el apartado de Configuración avanzada (puede variar según el dispositivo)
- Una vez aquí debes tocar sobre»Wireless/Wi-Fi»
Aunque puede variar dependiendo del router, una vez aquí debemos buscar si tenemos marcada la opción de red inalámbrica oculta. Si es así, desactívala.
Normalmente la puerta de enlace predeterminada es la que hemos indicado, pero en ocasiones es diferente. Si no sabemos cuál es, en Windows la podemos averiguar fácilmente. Para ello hay que ir a Inicio, entramos en el Símbolo del sistema y ejecutamos ipconfig. Allí nos mostrará una serie de datos relacionados con nuestra red y uno de ellos es la dirección para poder acceder al router.
Verificar que funcione bien
Puede parecer una tontería, pero en muchas ocasiones estamos echando la culpa al router, reiniciándolo, buscando problemas de nuestro operador, o incluso revisando los cables, como ya hemos visto, y posteriormente nos damos cuenta de que la red funciona correctamente, y es un problema del equipo con el que nos queremos conectar, no del router, por lo que es muy importante echar un vistazo antes a esto para no perder el tiempo en algo que no nos va a servir, por lo que si tienes un móvil, Smart TV, o cualquier otro ordenador, intenta conectarte, y comprobar así de dónde viene el problema.
Cambiar el canal
Cuando tenemos problemas con la red Wi-Fi, una de las causas comunes es tener una saturación debido a que estamos usando un canal que a su vez están utilizando otros muchos routers. Puede ocurrir en un edificio con muchas viviendas, por ejemplo. Esto provocaría que la red no nos aparezca, ya que directamente no está funcionando como debería.
Simplemente tenemos que volver una vez más a la configuración de la red inalámbrica en el router y allí modificar el canal del Wi-Fi. Existen herramientas que podemos utilizar para analizar qué canales están más ocupados y, por tanto, cuáles serían más aconsejables utilizar para reducir los problemas.
Del mismo modo, la mayoría de routers actuales tienen un botón a la hora de realizar el cambio que escanea todos los canales, dándonos el mejor en cada momento, o incluso permitiéndonos que lo haga automáticamente, y vaya cambiando según la necesidad, algo que nos ahorraría mucho tiempo.
Igualmente, si optamos por la banda de los 5 GHz en vez de la de los 2,4 GHz podemos tener menos problemas en este sentido. Cuenta con más canales disponibles y hay menos saturación. Eso sí, debemos ser conscientes de que la distancia que permite alejarnos del punto de acceso disminuye.
Actualizar el firmware
Siempre es conveniente tener nuestros equipos actualizados, pero esto se hace aún más necesario cuando se trata de dispositivos de red. Mejora la seguridad y tener la última versión del firmware del router actualizada va a ser elemental para no tener problemas de seguridad y además para lograr un buen rendimiento. Cualquier fallo con la conexión inalámbrica o un mal funcionamiento en general del dispositivo podría deberse a que el software que tiene no está actualizado y hay algún problema. Son los propios fabricantes quienes lanzan actualizaciones para corregir estos errores que pueden surgir en un momento determinado.
Esto no solo nos puede solucionar fallos con nuestra red Wi-Fi, si no que nos puede traer muchos beneficios tanto en rendimiento como en seguridad. Por ejemplo:
- Corregir errores y mejoras de seguridad: Esto permite a los fabricantes de los dispositivos resolver fallos y errores, los no se vieron en el proceso de diseño y fabricación, y corregir vulnerabilidades que van apareciendo en el panorama de la informática. De esta forma, nuestro router será más seguro frente a ataques y malware.
- Mejoras de rendimiento: Este tipo de hardware de forma habitual, viene limitado por sus propios componentes, los cuales no van a ser mejores con las actualizaciones. Pero lo que sí puede suceder, es que el firmware aproveche mejor todos ellos, de forma que sea más eficiente y tenga un mejor rendimiento, en todos los aspectos. Algo menos habitual, es que los fabricantes incorporan hardware el cual se habilita posteriormente mediante una actualización, pero puede ocurrir.
- Nuevas funciones: Esto depende mucho del router y del fabricante. Muchos fabricantes suelen apostar por firmwares sencillos para los routers, pero otros muchos son más cuidadosos, y se prestan a facilitar más herramientas a los usuarios. Con actualizaciones cabe la posibilidad de que el fabricante encuentre la forma de implementar alguna función nueva, de forma que llegue al usuario final. Estas también pueden ser mejoras en la interfaz, de forma que es más sencilla e intuitiva, o nuevas funciones.
En algunas ocasiones, y con algunos modelos de routers, puede darse el caso de que tengamos la posibilidad de cambiar el firmware de nuestro router, con sus beneficios y sus inconvenientes. De forma que podemos buscar uno que se adapte mejor a nuestras necesidades, o buscando solucionar problemas que nos puede estar ocasionando el sistema actual. Entre los más famosos, podemos encontrar OpenWRT, DD-WRT o Tomato.
Actualizar los drivers de red en nuestro equipo
Tras realizar las primeras pruebas en nuestro router, si seguimos teniendo algún tipo de problema con nuestra conexión, podemos empezar a pensar que tiene que ver con el dispositivo que estamos intentando conectar. En muchas ocasiones, nos olvidamos de tener los controladores o drivers de nuestros equipos actualizados, y con esto, pueden empezar a presentarse problemas por lo que, lo más recomendable es mantener las actualizaciones siempre al día.
Para actualizar los drivers, solo hay que seguir unos sencillos que podremos completar en breves minutos:
- Vamos al inicio de Windows
- Desde aquí, debemos buscar el Administrador de dispositivos
- Toca sobre él para seleccionarlo
- Una vez que estemos en esta ventana, observaremos un listado de categorías y de distintos tipos de dispositivo
- Debemos dirigirnos donde se encuentran los adaptadores de red
- Busca el que te interese actualizar
- Una vez lo encontremos debemos seleccionar el que queremos actualizar
- Haz clic derecho y en el menú seleccionamos «actualizar controlador»
En este punto, si el sistema detecta que existe una actualización nos pedirá una confirmación para instalarla y una vez hecho, lo más recomendable es que reiniciemos nuestro equipo y probemos si ahora todo funciona correctamente.
Si en cambio te falla la conexión desde otros sistemas, lo suyo es que también compruebes si hay alguna actualización pendiente. Si es en un ordenador, revisa una vez más si hay alguna actualización para la tarjeta de red. Y si es otro equipo, comprueba directamente si hay alguna versión más reciente para el sistema.
Revisar que el servicio de configuración automática de WLAN esté habilitado
Otra de las comprobaciones que debemos realizar cuando presentamos este tipo de inconvenientes, es revisar que el servicio de configuración automática de WLAN se encuentra en ejecución, ya que este servicio proporciona la lógica necesaria para que se puedan configurar, detectar y conectar las distintas redes, sin este servicio habilitado será imposible que funcione correctamente.
Para ello, lo único que debemos hacer es ir nuevamente al inicio de Windows, buscar los servicios, y una vez en la ventana de servicios debemos buscar el que se llama Configuración automática de WLAN.
Cuando lo encuentres haz clic derecho en él y selecciona las propiedades, allí debe estar ejecutándose, de no ser así puedes iniciar su ejecución manualmente y además debes asegurarte de que el tipo de inicio del servicio se encuentre en automático para que inicie cada vez que iniciamos el sistema.
Comprobar que no hay intrusos
En caso de que haya intrusos en nuestra red podríamos tener problemas importantes de rendimiento. Podríamos ser víctimas de ataques, podrían acceder a nuestros dispositivos y además ver cómo la velocidad de la red disminuye. Pero también podría verse reflejado en que no aparezca el Wi-Fi o no funcione bien.
Por tanto, debemos comprobar que no tengamos ningún intruso dentro de la red. Para ello tendríamos que acceder al router y, según nuestro modelo, ir al apartado correspondiente para ver qué equipos se han conectado a la red. En caso de que veamos algo que no cuadre deberíamos tomar medidas como el hecho de cambiar la contraseña, poner un cifrado más fuerte y proteger el aparato correctamente.
Del mismo modo, hay apps para móviles (tanto iOS como Android) que nos darán un resultado muy similar, sin necesidad tan siquiera de ser los propietarios de la red, es decir, no teniendo que acceder al router. La más utilizada es FING, y la podremos conseguir gratis en las tiendas de los smartphones, ya sea Google Play o la App Store.
Lo mejor en este caso es proteger el router y evitar que pueda haber intrusos. Para ello es imprescindible usar una buena contraseña para el Wi-Fi. Debes cambiar la que viene predeterminada y usar una que sea totalmente aleatoria y única. Además, también es importante el tipo de cifrado que uses. Debes evitar los obsoletos, como son WPA o WEP, y usar los más actuales como WPA-2 o WPA-3.
Utilizar programas de seguridad
Aunque no sea la causa principal, también podría ocurrir que haya problemas en la red Wi-Fi por alguna amenaza en forma de malware. Son muchos los tipos de virus, troyanos y otras variedades que pueden afectarnos. Para evitar estos problemas podemos hacer uso de un buen antivirus, así como otras herramientas de seguridad como podría ser un firewall. Todo esto va a hacer que nuestros sistemas siempre estén correctamente protegidos, que no tengamos problemas a la hora de navegar por Internet y que no sea la puerta de entrada a los piratas informáticos.
Si tienes miedo de estar ya infectado, siempre podrás crear una copia de seguridad de tus archivos importantes, formatear el equipo, dejarlo como nuevo, y desde ese momento comenzar a implementar medidas de seguridad para que no vuelva a ocurrir.
En definitiva, siguiendo estos sencillos pasos podremos evitar la pérdida de paquetes Wi-Fi que podrían poner en riesgo el buen funcionamiento de nuestras conexiones y afectar a la velocidad de la red. Hemos mostrado algunas recomendaciones que podemos poner en práctica para lograr que la red funcione lo mejor posible. Hay determinados factores que pueden influir y esto es algo que debemos evitar por todos los medios para no tener problemas a la hora de navegar.
Volver a valores de fábrica
Una opción más drástica si nada de lo anterior ha tenido efecto sería la de resetear el router a valores de fábrica. De esta forma dejaremos el aparato tal y como venía cuando lo compramos o nos lo dio la operadora de telefonía. Eso sí, no hay que olvidarse después de cambiar la contraseña del Wi-Fi y la de acceso al aparato.
Podemos decir que este paso sería el último y que debemos evitar salvo que no quede más remedio. Es básicamente volver a la configuración que había justo cuando compramos el aparato o la operadora nos lo instaló. Tendremos que volver a empezar de nuevo con toda la configuración que sea necesaria. Con este paso, nos aseguramos de la configuración del dispositivo, sea o no lo que está causando los problemas.
Mantener el router en buen estado
Como puedes ver, el router es el punto central de nuestra red, y la parte más importante. Este es el responsable en la mayoría de ocasiones de que la red funcione de forma óptima, o tenga algún fallo. Por lo cual, es muy importante mantenerlo en buen estado, para así poder garantizar una conexión a Internet lo más confiable y rápida posible. Algunos consejos con los que podemos mejorar la vida de nuestro router, así como hacer que funcione de forma correcta son:
- Ubicación
La ubicación del router es muy importante más allá de que sea el punto óptimo para la red. Si bien este debe estar en un lugar céntrico en una casa y elevado, este no debe estar en espacios cerrados. Debes evitar habitaciones como la cocina o los cuartos de baño ya que las instalaciones con tuberías o con agua pueden hacer que la señal de la red WiFi empeore y no nos llegue correctamente. Además, también hay que evitar armarios o cajones porque esto hará que funcione mejor pero también nos ayudará a que la refrigeración sea mayor que si lo metemos en una caja detrás de un mueble, por mucho que te parezca que molesta o es feo.
- Actualizaciones
Mantener el dispositivo actualizado es lo mejor que podemos hacer en cuanto seguridad. Pero esto también es algo que nos va a proporcionar mejoras en cuanto al rendimiento y funcionalidad. Por lo general estas mejoras siempre se pueden consultar en los sitios web de los fabricantes. Por lo cual debemos estar atentos, y actualizarlo en cuando la mejora sea lanzada al público, no solo del router, también del sistema operativo, de los navegadores, y del resto de programas que usemos.
- Contraseñas
Disponer de contraseñas seguras es algo básico para mantener el router en buen estado. Esto evita que terceros se puedan conectar a la red y al router. Lo cual nos va a beneficiar, ya que nadie podrá tocar la configuración. Cambia siempre la contraseña que viene por defecto y utiliza claves largas, seguras, únicas y con todo tipo de caracteres. Lo ideal es una contraseña que tú mismo no recordarías, aunque todos queramos tener una fácil de memorizar. Eso no será lo más seguro.
- Limpieza
Como todo dispositivo electrónico, es de vital importancia que este se mantenga limpio. Puede parecerte algo absurdo o innecesario de recordar, pero, a menudo, el polvo puede generar obstrucciones. Estas obstrucciones hacen que este se sobrecaliente. Cosa que no es recomendable, ya que afectará al rendimiento y a la vida útil del mismo. Si lo mantenemos limpio con el resto de la casa conseguiremos que nos dure más tiempo, pero también evitaremos problemas de calor que vayan a suponer un riesgo mayor.
- Reinicio
Es recomendable establecer reinicios de forma periódica. De este modo, todos los sistemas del router se reiniciarán, optimizando su funcionamiento. Es cierto que no hace falta hacerlo cada día o semana (no necesariamente sería beneficioso), pero sí de vez en cuando para que el rendimiento del dispositivo sea correcto en todo momento.
Motivo por los que el Wi-Fi va lento
Independientemente de si el Wi-Fi aparece o no, en ocasiones va lento. Es un problema relativamente común y debemos tomar medidas para solucionarlo siempre que sea posible. Las causas pueden ser muy variadas y a veces no dependerá solo de nosotros o de la configuración, ya que puede ser debido a limitaciones de hardware o fallos en la compañía que tenemos contratada. Por esto mismo es más que recomendable que tengas en cuenta los siguientes aspectos:
Lejos del punto de acceso
Una causa común es que estés demasiado lejos del punto de acceso. Si el dispositivo que estás usando se encuentra muy lejos del router, eso puede provocar que la red vaya lenta. Aunque puedas llegar a conectarte, no vas a lograr una buena velocidad y eso va a suponer limitaciones y problemas en tu día a día.
Para solventar esto, siempre que tengas que conectarte lejos del router puedes optar por usar un dispositivo intermediario que ayude a mejorar la conexión. Por ejemplo, puedes usar un repetidor inalámbrico, un sistema Mesh o dispositivos PLC que lleven la conexión de un lugar a otro de la vivienda.
Pero antes de llegar a esto, ten en cuenta que la ubicación del router es muy importante. Asegúrate de instalar el router en un punto céntrico para que la señal WiFi llegue con la misma potencia a todos los puntos. Piensa que, la señal no va a llegar con la misma calidad si ubicas el router en un extremo de la vivienda. Puedes ahorrarte el tener que comprar amplificadores de señal si sitúas el router en una zona donde la señal WiFi llegue con suficiente potencia a todos los puntos de la casa.
Además, es aconsejable evitar obstáculos en el recorrido de la señal. No escondas el router en muebles o estanterías con muchos libros y también asegúrate de no rodearlo de dispositivos electrónicos que puedan provocar interferencias en la señal.
Banda incorrecta
Esta causa también es muy frecuente. Los dispositivos actuales permiten que nos conectemos tanto a la banda de los 2,4 GHz como a la de los 5 GHz. Podemos decir que cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas, por lo que elegir la correcta es fundamental para lograr que el Wi-Fi vaya rápido y sin cortes.
Ten en cuenta que la banda de 2,4 GHz te ofrece menos velocidad, pero más alcance, mientras que la banda de 5 GHz es todo lo contrario, tendrás mucha más velocidad, pero siempre y cuando estés cerca del punto de acceso.
Teniendo esto en cuenta, es probable que la conexión vaya lenta porque estés usando la banda de los 2,4 GHz, ya que la de los 5 GHz es la que ofrece la máxima velocidad. No obstante, si usas la de los 5 GHz y te alejas del router demasiado también tendrás problemas y lo normal es que sufras cortes continuos.
Además, muchos dispositivos aún no son compatibles con la banda de 5 GHz, como robots, impresoras o altavoces inteligentes. Asegúrate de conectarlos a la banda correcta para evitar un mal funcionamiento y mejorar el entorno WiFi en el hogar. Lo suyo es que tu router cuente con doble banda y así no vaya cambiando la conexión de manera automática tu dispositivo cuando te alejes o acerques, sino que te encargas tú mismo de elegir la banda adecuada en todo momento.
El canal está saturado
Esto ocurre especialmente si usas la banda de los 2,4 GHz. Es la que menos canales tiene y además son superpuestos, por lo que es más común que se sature el que estás utilizando. Si tus vecinos usan el mismo canal o uno cercano, eso puede dar lugar a que haya interferencias y la velocidad sea limitada.
Es buena idea comprobar qué canal del Wi-Fi está libre y conectarte a él. Elegir el más óptimo puede suponer un cambio importante en la velocidad de Internet. Hay aplicaciones que te permiten conocer cuál es el canal más adecuado en función del momento. Básicamente nos da información si el canal está saturado. Así es más sencillo buscar otro para conectarte y no sufrir problemas de conexión.
Problemas de hardware
Aquí principalmente debemos nombrar limitaciones de hardware en el sentido de tener una tarjeta de red que no admita una gran velocidad o que el router no permita que la red inalámbrica vaya muy rápida. En este caso no podemos hacer nada a nivel de configuración, ya que dependemos de los aparatos.
¿Qué hacer entonces? Una opción es cambiar la tarjeta de red del ordenador. Elige una que admita una velocidad superior y así evitar limitaciones y problemas. En función de tu PC o del dinero que te quieras gastar, puedes optar por un adaptador WiFi por USB en vez de sustituir el componente interno. Lo que debes tener claro que si se trata de un fallo del hardware, no te quedará más remedio que sustituir la pieza afectada.
Pérdida de paquetes Wi-Fi
Con la pérdida de paquetes Wi-Fi nos referimos a la pérdida de datos desde el origen al destino. Básicamente es no recibir toda la información necesaria. Esto puede suponer que tengamos problemas a la hora de jugar por Internet, por ejemplo. También notaremos una lentitud a la hora de cargar una página web, que se interrumpan las descargas, llamadas o videollamadas.
En definitiva, la pérdida de paquetes Wi-Fi significa que nuestra conexión no funciona correctamente y que por tanto no vamos a navegar en condiciones óptimas. Esto es un problema que puede afectar a todo tipo de dispositivos.
¿Por qué se produce la pérdida de paquetes Wi-Fi? La causa principal es que la señal que nos llega es muy débil. Por ejemplo si estamos conectados desde un dispositivo muy lejos del router y la cobertura es mala. También podría ocurrir si hay interferencias con otros equipos o si estamos utilizando hardware defectuoso.
Esto puede ser causado por un hardware defectuoso o por el cuello de botella e implica lo siguiente:
- Conexión lenta.
- Retardo en la recepción de la información.
- Errores de acceso a programas.
- Desconexiones.
Mantener la red Wi-Fi en buen estado
Hoy en día, mantener nuestra red Wi-Fi en buen estado es imprescindible para garantizar que la conexión funcione de forma fiable y con buena calidad de conexión a todos nuestros dispositivos. Algunos de los aspectos clave para que esté bien mantenida, son muy sencillos de realizar…
Buena ubicación en el router
Como hemos explicado en el apartado anterior para cuidar el router, podemos tratar de asegurarnos que la ubicación del router es la adecuada, buscando lugares céntricos y elevados que se encuentre alejado de objetos y otros obstáculos es importante para que no interfieran en la señal. Por lo cual, la ubicación es lo primero que debemos hacer, punto que también podemos encontrar en cómo mantener el router.
Sin embargo, tampoco es necesario que esté en un punto tan elevado, sino a una altura media-alta, en algunos casos a la altura de los ojos. Pero sin sobrepasar cierta altura, también depende de lo que mida cada persona. Por otro lado, tampoco hay que situarlo en una zona muy baja, es decir, cerca del suelo, ya que se encontrará más interferencias, por ejemplo, de algunos muebles de la vivienda.
En cualquier caso, está claro que lo más sencillo es conectarnos lo más cerca posible del router, pero esto es algo que no siempre es posible. En los casos en los que no podamos navegar cerca del router siempre podremos hacer uso de amplificadores de red, repetidores, sistemas Wi-Fi Mesh y otras opciones para poder navegar sin importar tanto la distancia con el router.
Contraseñas y sistemas de calidad
También debemos prestar atención a las contraseñas de cada una de las redes. Esto es lo que evita que se produzcan accesos no autorizados, y a la vez protege nuestras comunicaciones con datos personales. Para ello, lo mejor es utilizar contraseñas complejas, que tengan variedad de caracteres y una longitud mínima de unos 12 caracteres. No solo importa la longitud sino la variedad de caracteres que utilices: que no sea fácil de adivinar ni obvia, que tengas mayúsculas y minúsculas, que tenga números y letras e incluso que utilice otros símbolos o signos de puntuación.
Esto es algo que podemos contrastar con las actualizaciones de firmware. En ocasiones estas mejoras pueden contener nuevas medidas de protección, o incluso actualizaciones en lo que respecta a contraseñas. Por lo cual debemos verificar que nuestra contraseña siempre se mantenga en los mejores estándares de seguridad y cambiarla de forma periódica si la hemos compartido con muchas personas previamente. Algunos routers, nos ayudan a medir esto indicando si la contraseña es débil o fuerte, pero conviene que siempre utilices un generador de contraseñas.
Revisa los canales
Evitar que la red se congestione, es algo que hará que el rendimiento sea óptimo siempre. El uso de canales menos saturados, nos ayuda a que tengamos las mejores características siempre disponibles. Por lo general, los routers más representativos nos ayudan en este aspecto, ya que ellos solos son capaces de elegir el canal menos saturado. Por otro lado, podemos implementar medidas como puede ser el límite de dispositivos conectados. Esto hará que el ancho de banda no se sature tanto, por lo cual es más sencillo disponer de los recursos necesarios en los demás dispositivos.
Puedes utilizar alguna aplicación de escaneo de redes para ver todos los canales en tiempo real y elegir el canal menos saturado para mejorar la calidad de tu red inalámbrica.
Reinicia o restablece
Por último, es recomendable hacer reinicios periódicos. Esto no solo ayuda al router, sino a las redes que este emite. Si bien no hay un tiempo estipulado sobre cada cuando hay que reiniciar el router, es una práctica que podemos establecer nosotros mismos una vez a la semana, o incluso una vez al mes. Además, también podemos ir más allá y restablecer el router de fábrica si vemos que algo está fallando y que las caídas o los errores son habituales.
Simplemente debemos buscar el orificio y seguir las indicaciones del fabricante porque variará dependiendo del modelo, aunque todos ellos cuentan con una opción para restablecer de fábrica. Eso sí, ten en cuenta que esto perderá todas las modificaciones que hayas hecho en el aparato como contraseñas modificadas o el nombre de red WiFi si la habías cambiado previamente. Pero puede ayudarte a solucionar algún fallo.
En definitiva, estos son algunos pasos que debemos tener en cuenta si el Wi-Fi de nuestro router no funciona bien. Puede ocurrir que directamente no aparezca la red inalámbrica o que funcione lenta y con cortes. Hemos mostrado una serie de opciones que podemos realizar de una manera sencilla para que el rendimiento sea el mejor y no tener ningún tipo de problema.