En el verano de 2011 adquirí mi Samsung Nexus S en The Phone House por 329€. Desde entonces ha sido mi compañero de viaje inseparable durante tanto tiempo, nunca me ha defraudado, nunca me ha abandonado, he reído cuando su pantalla mostraba algo que me hiciera feliz y nos hemos cabreado cuando nos mostraba información que iba directa al corazón.
Sin embargo, él siempre estuvo ahí, fuerte y sereno, esperando a que con un par de gestos desbloqueara el patrón de desbloqueo. Pero unos hechos terribles sucedieron el Martes 13 de Noviembre que hizo que mi Nexus S y yo, nos separáramos, tal vez para siempre.
Después de comer en la cafetería del edificio politécnico de la Universidad de Alcalá de Henares, fuimos a la zona NORTE en el primer piso ya que teníamos clase. Como no había nadie, decidí sacar el móvil para ponerme a ver el Twitter y seguir gestionando los sorteos de equipos que hemos venido realizando estas semanas atrás. A continuación llegaron mis compañeros, y a las 15.00 nos fuimos a clase.
Tras estar con el portátil buscando la ubicación de un evento de Western Digital en Madrid y los aparcamientos más cercanos, procedo a sincronizar las ubicaciones favoritas con el móvil, ya que lo íbamos a usar como GPS.
Echo mano al bolsillo derecho y… no estaba, mi Nexus S no estaba en mi bolsillo, tampoco encima de la mesa, ni en ningún bolsillo de la mochila, no había rastro de él.
Nuestro buen amigo Josemi cogió su móvil y llamó a mi número mientras me tranquilizaba, sin embargo, el móvil había sido apagado (esto ocurrió a las 16.00). Salgo de clase corriendo y voy al banco donde estaba sentado, no había rastro del móvil, bajo a Conserjería a preguntar por mi compañero de viaje que durante tanto tiempo ha estado conmigo y tampoco estaba, me lo habían robado.
Alguien lo había cogido y lo había apagado, de tal forma que no podría comunicarme con él, tal vez nunca más…