Aunque se trata de un proceso que comenzó hace nueve años, ahora es cuando comienza a dar frutos destacables. Y es que el ahorro de 36 millones de euros en licencias de software de Microsoft y en adquirir sus productos es mucho dinero. Una vez más se vuelve a imponer el software libre y la Comunidad Valenciana se ha decantado por la distribución Linux Lliurex y el software de ofimática LibreOffice.
En este caso, la distribución ha sido desarrollada durante más de 5 años y existen variantes de esta en función de dónde se va a realizar la instalación de esta. Es decir, la versión no será la misma en un ayuntamiento que en una escuela o instituto de enseñanza secundaria. Sofía Bellés, responsables del departamento de desarrollo tecnológico de la Comunidad Valenciana, ha puntualizado que el desarrollo de esta distribución y de sus versiones no solo supondrá un ahorro en costes de licencias y adquisición de software, sino que también supondrá una inversión menor en lo referido al gasto por mantenimiento.
Una medida que ha sido adoptada por la Comunidad y que no han descartado que llegue a otras comunidades de la geografías española. Sin embargo, el problema fundamental es que los programas administrativos utilizados por los funcionarios generalmente solo funcionan bajo sistema operativo Windows.
Microsoft Office tampoco se libra de ser sustituido
Aunque resulta más que evidente que en aquellos equipos con Lliurex la herramienta ofimática no es Office, hay que decir que en aquellos equipos en los que se sigue manteniendo Windows por algún motivo la suite ofimática de Microsoft también ha sido sustituida en favor de LibreOffice.
Con este movimiento en los últimos cinco años se han ahorrado un total de 36 millones de euros, una cantidad más que significativa y que para muchos incluso puede llegar a ser excesiva.
¿Llegará la medida a otras comunidades?
Aunque ya hemos mencionado con anterioridad que para hacer un cambio de estas características se necesita un periodo de preparación, para nada es algo descabellado pensar que otras comunidades se puedan decantar por la instalación de distribuciones Linux en los equipos de los edificios gubernamentales, escuelas públicas, …
Fuente | El Economista