Google es el buscador más utilizado de toda la red, donde millones de usuarios se conectan a diario para realizar sus consultas en la web. Las búsquedas que realiza un usuario puede desvelar información personal y privada sobre este, por lo que para preservar la privacidad lo mejor posible se deben establecer conexiones seguras de manera que terceras personas no puedan acceder a las comunicaciones que se establecen entre el cliente y el servidor.
Hace ya 5 años, en 2010, Google comenzó a implementar las conexiones SSL en su buscador de manera que todas las comunicaciones se realizaran a través de HTTPS, de forma segura y privada, impidiendo que otros usuarios conectados en un punto intermedio de la comunicación cliente-servidor pudieran analizar nuestro tráfico y recopilar información sobre nosotros. Podéis visitar nuestro tutorial sobre error 409 al navegar por Internet.
Al principio el protocolo HTTPS solo podía utilizarse si el propio usuario tecleaba el dominio habilitado para dichas conexiones, es decir, si se accedía específicamente a la web https://www.google.es. Poco más tarde se configuró el buscador para que todas las conexiones se reenviaran a través de HTTPS por defecto a los usuarios registrados que utilizaran su cuenta de Google en el buscador y que aquellos que no iniciaran sesión siguieran utilizando la conexión sin SSL. A día de hoy, cualquier usuario que acceda a la web, esté registrado o no, será reenviado automáticamente al servidor que implementa el protocolo seguro HTTPS.
Conectarnos a Google a través del protocolo HTTPS supone un aumento de la seguridad y la privacidad, así como la seguridad de que la comunicación se realiza con los servidores del buscador y no con una web que suplante su identidad, sin embargo, también supone algunos inconvenientes como una pérdida considerable de la velocidad al tenerse que cifrar, enviar, descifrar y procesar los datos.
Aunque actualmente todas las conexiones son los servidores de Google se realizan de forma segura, aún es posible cargar el buscador sin la capa de seguridad SSL, es decir, con una conexión HTTP convencional. Para ello no tenemos más que cargar la siguiente URL:
Como podemos ver, lo único que hemos hecho ha sido añadir al final el parámetro «nord», estándar de No Redirection, para indicar al servidor que no queremos que nuestro tráfico sea redirigido, en este caso, a la web con conexión SSL.
¿Es útil o recomendable utilizar Google sin HTTPS?
Aunque a nivel de seguridad y privacidad no tiene ningún beneficio utilizar la conexión no segura en el buscador, esto sí que tiene algunas ventajas, por ejemplo, es posible que notemos una mejora en la velocidad de navegación y búsqueda y nos va a permitir utilizar el navegador en ciertas redes que restrinjan el tráfico cifrado (pese a los peligros que ello supone). También vamos a poder conectarnos al buscador en redes lentas e inestables con mayor facilidad que a través del protocolo HTTPS, donde probablemente consiguiéramos navegar con dificultades. Puedes configurar Google para que no aparezcan búsquedas personalizadas.
Antes de finalizar os recomendamos utilizar este truco siempre que sea estrictamente necesario establecer una conexión no segura (bloqueos de red, problemas de conectividad, baja velocidad, etc) y, sobre todo, vigilar las búsquedas que realizamos ya que conectarnos sin cifrado SSL supone un grave riesgo para nuestra privacidad.
¿Has necesitado o utilizado alguna vez las búsquedas de Google sin HTTPS?