¿Tienes alguna tarjeta bancaria que no usas frecuentemente? Toma estas precauciones y evita problemas
Es posible que tengas varias tarjetas bancarias. Puede que alguna de ellas no la utilices prácticamente nunca. Es algo habitual, pero podría llegar a suponer un problema para tu seguridad. Por ello, te vamos a dar algunas recomendaciones que deberías hacer. El objetivo es preservar la seguridad todo lo posible y no cometer errores que puedan permitir que un atacante tenga acceso a tu cuenta.
Algo común es tener una tarjeta de crédito que puedas necesitar para cosas como alquilar un coche. Sin embargo, en tu día a día utilizarás tarjetas de débito, tarjetas monedero que incluso tengan ciertos descuentos, tarjetas virtuales para pagar por Internet… Esto hace que pueda haber algunas que solo uses cada ciertos meses, pero las mantienes disponibles. Esto podría tener riesgos.
Qué hacer con tarjetas que no usas
Si una tarjeta no la utilizas frecuentemente, puedes extremar las precauciones y limitar así el acceso de posibles intrusos. Te ayudará a estar más protegido, sin que ello suponga que no puedas usarla en algún momento, en caso de tener que realizar alguna compra. Te vamos a contar qué puedes hacer.
Apágalas
La primera opción que podrías tener en cuenta, es apagar la tarjeta. También se conoce como congelar tarjeta. Básicamente, lo que haces es que esa tarjeta no funcione durante ese tiempo. Si alguien la robara, no podría comprar nada con ella, ya que está apagada. Es algo que puedes hacer desde la propia aplicación del banco, de forma sencilla.
Cuando vayas a realizar alguna compra, simplemente la vuelves a activar. Por ejemplo, si tienes una tarjeta de crédito que solo usas para que te permitan alquilar un coche, la puedes mantener apagada hasta que vayas a hace ese pago y solo tienes que encenderla durante unos minutos o el tiempo que necesites.
Limita las operaciones
Si no quieres irte al extremo de apagar la tarjeta, lo que sí puedes hacer es limitar las operaciones. Especialmente, esto puede ser útil si tienes una tarjeta vinculada a una cuenta bancaria principal, donde te ingresen la nómina o tengas ahorros, y no quieres problemas. No usas mucho esa tarjeta, pero necesitas que esté disponible para pagos pequeños.
Para disminuir el riesgo, lo que puedes hacer es limitar operaciones como la retirada del cajero, permitir pagar solo hasta una cantidad más baja de dinero, evitar que esté disponible fuera de tu país, etc. En caso de robo o pérdida, el daño va a ser menor.
No descuides la seguridad
Por supuesto, algo que debes evitar es descuidar la seguridad. Aunque sea una tarjeta que no utilizas frecuentemente, es necesario que tenga una buena protección. Cuidado con dejarla desprotegida, con no utilizar un buen PIN, tener la aplicación desactualizada o cualquier otro error que pueda afectar a la protección.
Esto es algo que deberías aplicar en cualquier tarjeta que uses, sin importar si la utilizas cada día o solo una vez al año. Evitar el robo de tarjetas bancarias, está en tu mano si actúas correctamente en Internet y tomas ciertas precauciones.
En definitiva, cuidado con las tarjetas bancarias que no usas frecuentemente en tu día a día. Asegúrate de protegerlas bien y puedes optar por apagarlas o limitar las operaciones. Esto reducirá riesgos.