A la hora de navegar por la red son muchos los términos que pueden aparecer. Tenemos una gran cantidad de opciones, funciones y utilidades en nuestro día a día. Hay muchas formas de conectarnos a la red, muchos tipos de tecnologías que nos permiten de una u otra forma mejorar diferentes aspectos como la seguridad y privacidad. En este artículo nos vamos a centrar en los proxys. Vamos a hablar de qué es un proxy y qué tipos hay.
Qué es un proxy
En primer lugar vamos a empezar hablando de qué es un proxy. Un servidor proxy es un servidor (puede ser tanto un programa como un dispositivo físico) que actúa como un intermediario. Se sitúa entre la solicitud que realiza un cliente y otro servidor que da la respuesta. Si queremos acceder desde un móvil a un servidor de Internet donde está alojada una página web, un proxy puede actuar de intermediario.
Esto permite ganar más control de acceso, registrar el tráfico o incluso restringir determinados tipos de tráfico. De esta forma podremos mejorar en seguridad y también en rendimiento, así como tener anonimato al acceder a determinados servicios.
Una de las funciones más comunes para lo que los usuarios utilizan los proxys es para saltarse la restricción geográfica. Es decir, un proxy puede actuar como intermediarios y hacer que nuestra conexión aparezca en otro lugar. De esta forma podemos acceder a contenido disponible únicamente para un determinado país o poder ver contenido que no esté disponible en el nuestro.
Qué tipos de proxys existen
Ahora bien, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de proxys. Vamos a ver cuáles son los más comunes.
Proxy reverso
También están los proxys reversos. Puede utilizarse para brindar acceso a Internet a un usuario en concreto dentro de la red, ofrecer algún tipo de caché o incluso actuar como firewall y ayudar a mejorar la seguridad.