En este tutorial trataremos de determinar si el clima puede afectar a la velocidad del Wi-Fi. También hablaremos de si las condiciones climáticas como tormentas, lluvia, frío y calor, afectan a nuestra conexión a Internet. Evidentemente, si repercuten en nuestra conexión, también indirectamente podrían afectar al Wi-Fi ya que no obtendremos todo el potencial de nuestra conexión a Internet.
Antes de empezar, vamos a hacer una breve introducción a las redes WiFi actuales, las velocidades que soportan y qué elementos podrían hacer que nuestra red WiFi fuera más lenta.
Introducción a las redes WiFi, bandas, velocidades y más
Actualmente, en nuestras redes domésticas, el encargado de brindarnos una conexión a Internet y establecer una red Wi-Fi es nuestro router. Estos equipos que utilizamos siempre, nos los suministra nuestro proveedor de Internet. Actualmente la gran mayoría de routers que nos proporcionan son doble banda simultánea, a no ser que contratemos una conexión ADSL que entonces es banda simple.
En ese sentido nuestro router nos ofrecerá:
- Una red Wi-Fi de 2.4 GHz, utiliza la banda de frecuencias que siempre hemos utilizado a lo largo de los años, por lo que no tendremos ningún problema de compatibilidad con nuestros dispositivos.
- Otra red Wi-Fi de 5 GHz, si bien la mayoría de los equipos soporta esta banda de frecuencias, es posible que, si tu tarjeta de red es muy antigua, no sea capaz de conectarse a esta banda.
Un ejemplo de router de doble banda es el HGU que distribuye Movistar.
En cuanto a la redes WiFi de 2.4 GHz podríamos sacar dos conclusiones:
- Su mayor ventaja es que la señal llega más lejos.
- Obtienen una velocidad de conexión muy inferior a la de 5 GHz.
Respecto a las redes WiFi de 5 GHz nos ofrecen:
- Una mayor velocidad respecto a las redes de 2.4GHz.
- El inconveniente que tienen, es que soportan peor la distancia y los obstáculos.
Actualmente se utiliza el estándar Wi-Fi 5, o también conocido como Wi-Fi AC, este estándar nos permite conseguir velocidades de hasta 433Mbps por flujo de datos, por tanto, si nuestro router tiene cuatro antenas, podríamos conseguir hasta 1733Mbps sin problemas, aunque el rendimiento real será entorno a la mitad.
Ahora vamos a tratar brevemente los factores que pueden incidir negativamente en la propagación del WiFi. Uno de ellos es la elección de la ubicación de nuestro router. En ese sentido debemos colocarlo en un espacio abierto y una altura mínima de metro y medio. Desde RedesZone no aconsejamos meterlo en cajones, espacios cerrados ni dejarlo en el suelo. El otro punto son las barreras arquitectónicas que tenga atravesar. De este modo, cuantas más paredes tengas que atravesar y sean más gruesas, peor te llegará el WiFi. También una buena elección de los canales WiFi puede ayudar.
Si a esto le añadimos cómo afecta el clima a la velocidad del Wi-Fi la situación puede ser aún peor sobre todo si tenemos mal ubicado nuestro router.
Cómo afecta el clima a la velocidad del Wi-Fi y red móvil en el exterior
Sin duda, la condición meteorológica que más afecta el clima a la velocidad del Wi-Fi es la lluvia. Anteriormente hablamos de las bandas, y en ese sentido podríamos decir hablar de las redes inalámbricas de 2,4 GHz.
En comunidades con Wi-Fi instalado para ser usado en el exterior se pueden apreciar sus efectos. Por lo tanto, en días de lluvia, podemos decir que tienen un impacto negativo en la intensidad de la señal de esa red WiFi comunitaria. La explicación es que las gotas de agua absorben esta frecuencia de radio y parcialmente bloquean la señal. La lluvia en ese sentido interfiere en la propagación de la señal Wi-Fi pero, sin embargo, aspectos como la distancia tienen más influencia. Si tienes conexión a Internet a través de Wi-Fi, de un operador WISP, habrás notado que los días lluviosos o con mal clima, la conexión a Internet podría funcionarte más lentamente.
🇪🇸📡 𝗩í𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗗𝗲 𝗟𝗮 𝗡𝘂𝗲𝘇.@overdrvEsto es lluvia: https://t.co/WqkQUwY1wR25 de octubre, 2018 • 09:38
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Respecto al granizo dependerá del tamaño y la intensidad. Una piedra de granizo refleja más radiación que una gota de agua. Sin embargo, como caen en menor cantidad, la situación dependerá de la cantidad que caiga. No obstante, la interferencia con las redes móvil o WiFi será muy probable.
En cuanto al viento, produce partículas moviéndose a gran velocidad, sin embargo, estas no tienen carga ni velocidad suficiente como para generar campos magnéticos. De este modo, podemos decir que no afecta a la conexión Wi-Fi ni móvil. La única excepción es que haga oscilar las antenas, sin embargo, están diseñadas y montadas para que esto no ocurra.
Si nos referimos a la nieve, en principio, afectará muy poco por su baja densidad y cantidad a nuestras redes WiFi exteriores y móviles. Esto es debido a que los los copos de nieve son menos densos que el agua líquida. Sólo en casos de copiosas y fuertes nevadas, podrían debilitar la señal, es decir, en casos extremos.
Otro clásico dentro de los fenómenos meteorológicos son las tormentas eléctricas que sí pueden causar interferencias. Además, los rayos emiten ondas que pueden perturbar la señal, y la energía estática de las nubes puede provocar distorsiones durante la tormenta.
También tenemos la niebla y podemos decir que son gotitas microscópicas de agua en suspensión que no van a tener demasiado efecto en nuestras comunicaciones, aunque lógicamente, si hay una niebla muy densa sí podría darse el caso de que afecte a la red inalámbrica Wi-Fi y redes móviles.
La temperatura y otros fenómenos climáticos que afectan al WiFi en interiores
Ahora llega el turno de ver cómo afecta el clima a la velocidad del Wi-Fi en interiores. En cierto sentido, podemos decir que el router WiFi de una oficina u hogar generalmente no se verá afectado por los efectos climáticos salvo en contadas ocasiones que comentaremos a continuación.
Uno de esos casos es cuando estás intentando conseguir recepción WiFi estando en el exterior de tu oficina o casa. Por ejemplo, si estás en tu garaje o jardín y obtienes el WiFi de tu casa. En ese sentido, podemos ver cómo afecta el clima a la velocidad del Wi-Fi de la misma manera que le afectaba en el exterior. Por lo tanto, en ese sentido, fenómenos meteorológicos que mencionamos antes como la lluvia, el granizo y las tormentas eléctricas podrían interferir en esa señal Wi-Fi que recibimos desde el exterior.
Sin embargo, si hay un efecto meteorológico que afecta a la velocidad del Wi-Fi en interiores, no es otro que la temperatura que tenemos en nuestras casas u oficinas. En este sentido, hay que señalar que cuando hace mucho calor no es que la señal WiFi se propague peor. El problema viene derivado del calentamiento de los routers y puntos de acceso que tenemos en casa.
Por si no lo sabéis, los equipos electrónicos están diseñados para trabajar dentro de un rango de temperatura limitado. En el momento que se sobrepasa esta temperatura se producen dos cosas:
- Se produce una bajada de velocidad de la red Wi-Fi y de rendimiento del equipo.
- Si el efecto es muy prolongado a lo largo del tiempo, pasa factura a sus componentes electrónicos y se producen las averías.
En definitiva, cuando equipos empiezan a trabajar a 30° en el interior de nuestra casa u oficina empiezan a sufrir.
Por lo tanto, está claro que el clima afecta a la velocidad del Wi-Fi, en interiores especialmente la temperatura. El calentamiento de los componentes electrónicos de nuestro equipamiento poco a poco le va pasando factura. Una buena colocación del router como comentamos al principio puede paliar la situación.