Hoy en día, no hay nada más valioso que nuestros datos personales. Es muy importante mantenernos a salvo para poder evitar cualquier tipo de inconvenientes. Desde un ingreso sospechoso a tu cuenta, hasta una pérdida importante de dinero (si hablamos de una cuenta bancaria). Que nuestros móviles tengan huella dactilar o que nuestra aplicación de WhatsApp esté protegida con contraseña si iniciamos sesión desde otro móvil, no representan acciones suficientes como para poder contar con un buen nivel de privacidad de datos.
Gestión de contraseñas
El sólo hecho de tener cuenta con contraseña no implica que estemos seguros. Debemos optar por contraseñas que tengan la longitud y la dificultad adecuada. Muchas de las aplicaciones y servicios cuentan con un asistente de contraseñas que te indican si es segura la clave que has introducido o no lo es, e incluso nos indica si lo que falta es cumplir con alguna condición para crear contraseñas.
Por otro lado, es casi necesario contar con un gestor de contraseñas. Llega un punto en que tenemos muchas cuentas de todo tipo y no logramos cambiar las contraseñas de todas. El contar con un gestor, facilita esta tarea y permite que puedas tener una contraseña robusta para cada cuenta. Aunque resulte mucho más sencillo de acordarse y administrar, no es recomendable tener la misma contraseña para todo. En especial, si es una muy sencilla de adivinar. Por ejemplo, tu nombre seguido de la serie numérica 123456. Os recomendamos acceder a nuestro completo tutorial sobre cómo crear una contraseña segura.
Tener conciencia de lo que estamos compartiendo
Para muchas personas, resulta complicado no tener ganas de compartir lo que están haciendo en plataformas sociales como Instagram o Tik Tok. Sin embargo, una simple fotografía puede brindar información de utilidad a los cibercriminales para vulnerar datos que tengan que ver contigo o con las personas cercanas a ti.
También debemos tener en cuenta que, cualquier cosa que deseemos compartir, lo debemos hacer con pleno consentimiento de los demás. Por supuesto, si es que estamos hablando de una fotografía grupal o una en donde simplemente aparezca «de sorpresa» una o más personas. Es mejor evitar momentos incómodos antes que tener que lidiar con ellos.