Generalmente cuando recibimos una llamada telefónica podemos ver el número de la persona que nos llama y, en ocasiones, un nombre asociado a dicho número, aunque no lo tengamos guardado en la agenda. Esto se debe a una serie de funciones del identificador de llamadas donde generalmente empresas pagan para que al realizar llamadas o enviar SMS aparezca el nombre de la empresa y ayude a los usuarios a identificarla fácilmente. Sin embargo, nunca debemos fiarnos de esta característica al 100%.
Las estafas telefónicas, por desgracia, están a la orden del día. Aunque en la mayoría de las ocasiones las personas desconfían de estas llamadas, muchos estafadores suelen aprovechar las funciones de identificación de llamada para intentar dar credibilidad a sus estafas. Por desgracia, falsificar este identificador es bastante sencillo y se puede hacer de forma gratuita, por lo que cada vez es una práctica más utilizada.
Aunque suplantar la identidad de una llamada era bastante complicado con la telefonía analógica (al estar todo controlado en centralitas), hacerlo ahora con la telefonía digital y con la VoIP es muy sencillo. Muchos estafadores han uso de estas técnicas ocultando incluso su número de teléfono original, evitando que este pueda ser rastreado y pudiendo así llevar a cabo sus estafas sin ninguna identidad asociada.
Suplantar el identificador de llamadas es sencillo e ilegal a partes iguales
Suplantar la identidad telefónica es muy sencillo. Más allá de la gran cantidad de dispositivos y plataformas utilizadas por los estafadores profesionales, simplemente realizando una búsqueda en Google podremos ver una gran cantidad de páginas que nos permiten ocultar nuestra identidad en las llamadas e incluso modificar nuestro tono de voz de forma gratuita.
Las compañías telefónicas pueden saber el número suplantado, sin embargo, es muy difícil poder saber con certeza el origen de la llamada. Al igual que ocurre cuando enviamos una carta, es posible configurar un «remite» a la llamada al que contestar en caso de tener que llamar nosotros, sin embargo, es muy probable que, al igual que el remite de una carta puede no ser real, el número de respuesta también puede no serlo.
Suplantar el identificador de llamadas no deja de ser muy similar a suplantar la identidad, lo que supone un delito bastante grave. Por muy complicado que sea identificar al emisor de las llamadas falsas prácticamente siempre terminan por ser identificados, no hace falta más que seguir el rastro de bits desde el destino hasta el origen para poder identificar, pese a las suplantaciones, desde donde se originan las llamadas.
La mejor forma de evitar ser víctima de esta falsificación es no confiar nunca en el identificador de llamada. Si recibimos, por ejemplo, una llamada en nombre de nuestro banco lo mejor es siempre acudir presencialmente a la entidad más cercana y comentarlo. De ser verdad que nos han llamado para una gestión realizarla desde allí, de lo contrario, la propia entidad sabrá cómo proceder para poner la denuncia correspondiente. El mismo caso se aplica a llamadas de la policía, bomberos e incluso de un tipo de estafas que está ganando un gran protagonismo, los servicios técnicos no oficiales.
¿Alguna vez han utilizado un identificador falso de llamadas para contactar contigo?
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