La fibra óptica es la tecnología del futuro, a nadie le cabe la menor duda de ello. Los diferentes operadores se encuentran actualmente desplegando estas nuevas redes por los principales municipios con el fin de ofrecer la mejor oferta a sus clientes y abarcar el mayor número de altas de fibra en el menor tiempo posible e ir haciendo que las conexiones de cobre caigan en desuso. El pasado 2014 se registraron más de 15 millones de líneas instaladas para la fibra óptica en su modalidad FTTH. Se calcula que para el próximo 2017 más de 41 millones de usuarios tengan acceso a esta nueva generación.
Cuando las conexiones de cobre caen en desuso y dejan de ser rentables se deben cerrar las centrales, siempre y cuando existan enlaces de fibra como alternativa. Por ello, Telefónica ha confirmado el cierre de las primeras 38 centrales de cobre, tras un año de garantía y 6 de guarda para garantizar que el servicio de fibra funciona correctamente. Las dos primeras centrales de cobre que van a cerrarse lo harán el próximo mes de noviembre y estarán situadas en Torrelodones y Sant Cugat. Os recomendamos visitar nuestro tutorial sobre cables de fibra óptica.
En los meses siguientes la compañía ha anunciado 7 cierres programados más de centrales de cobre en diferentes localidades de todo el mundo donde se dejará de dar servicio a través de cobre para brindar un mejor servicio a través de la fibra óptica. Algunas de las ciudades donde está programado el cierre de las centrales son Madrid, con un total de 7, Valladolid y Zaragoza con 4 centrales y Barcelona, con 3 centrales de cobre que cesarán su servicio.
Aunque se anuncia que la central «cierra», en realidad no es así. Las centrales siguen abiertas, pero dejan de ofrecer el servicio de cobre para centrarse únicamente en la nueva fibra óptica o para gestionar desde ellas antenas de telefonía móvil con las que mejorar la cobertura de la red móvil, cada vez más rápida y extensa.
¿Qué debe cumplirse para cerrar una central de cobre de cara a la fibra óptica?
Más allá de los múltiples factores que influyen en la decisión del cierre o el mantenimiento de una central, los principales factores que deben cumplirse para poder cerrar una de ellas son dos. El primero de ellos, y probablemente más importante, es que solo pueden dejar de ofrecer el servicio de cobre aquellas centrales que tengan al menos un 25% de abonados conectados por medios alternativos como es la fibra óptica.
En segundo lugar, para garantizar la libre competencia, la central no debe contar con otros operadores desagregando bucle en ella, ya que de ser así debe garantizar un servicio mínimo de 5 años a través de la vieja tecnología, periodo en el cual el otro operador debe ir migrando a sus clientes a fibra o a otras alternativas. Puedes mejorar la cobertura con fibra óptica plástica.
Telefónica, por su parte, también tiene obligación de facilitar informes de transparencia e informar al resto de competidores y a los clientes de los planes de cierre de las centrales con tiempo suficiente.
Por el momento las centrales previstas para el cierre son bastante pequeñas y no tienen otros operadores desagregando bucle en ellas, por lo que su cierre es correcto, y, sin duda, este va a ser un primer paso hacia el cierre de centrales más grandes para que, poco a poco, el cobre vaya desapareciendo y vaya dejando hueco a la nueva fibra óptica, que aún tiene mucho que ofrecer.
¿Qué opinas de este primer cierre de centrales? ¿Crees que llegaremos a ver un mundo sin conexiones de cobre algún día?