Aunque aún falta la friolera de 3 años, desde la compañía de Redmond se han puesto manos a la obra para convencer a los usuarios de que deben actualizar al último sistema operativo. En esta ocasión, desde Microsoft se han encargado de afirmar que Windows 7 es mucho más susceptible de sufrir un ataque, incrementando los costes de soporte y reducir la productividad de trabajo.
Todo es una máquina bien engrasada y en este aspecto la compañía no trabaja sola, ya que muchos fabricantes de hardware han comenzado a detener el desarrollo de drivers para este sistema operativo. Lo que más choca es que a pesar de restar casi 3 años para la finalización del soporte, desde Redmond ya se han puesto manos a la obra con la campaña propagandística deteriorando la imagen del sistema operativo que en la actualidad es el más utilizado, en favor obviamente de Windows 10.
Todo el mundo coincide que se trata de una estrategia por parte de Microsoft para evitar que suceda lo mismo que con Windows XP. Es decir, que un número importante de usuarios hagan uso de un sistema operativo y dejen de lado el nuevo. Windows Vista y las versiones de 8 han sido sin lugar a dudas dos de los grandes fracasos de esta compañía en lo que se refiere a sistemas operativos.
Para que no suceda lo mismo con Windows 7, están tomando precauciones con tiempo de antelación, poniendo de su lado a los fabricantes de hardware. Esto quiere decir que tendrían la sartén por el mango, obligando a utilizar el nuevo ante la carencia de drivers para los más antiguos.
Se intentó con los desarrolladores de software
Existió un primer intento para que desarrolladores de herramientas de seguridad, navegadores web y otros softwares no continuasen con el soporte para sistemas operativos «antiguos». Esto es algo que no salió bien, ya que algunos han continuado ofreciendo soporte en el caso de Windows XP. Es evidente que el mercado de este sistema operativo se ha reducido considerablemente y algunos, después de varios años, han tomado la decisión de eliminar el soporte. Pero ahora Microsoft se encuentra con otro problema que se llama Windows 7.
Para esta «operación», la compañía estadounidense cuenta con el apoyo de AMD, Intel y Qualcomm. es decir, que el sistema operativo hasta el momento más utilizado no soportará los nuevos chips que salgan, tanto en lo que se refiere a procesadores como componentes gráficos.
Aunque esto último no es del todo real.
Es Microsoft la que ha retirado el soporte de ciertos componentes hardware en Windows 7
Aunque se está vendiendo todo lo contrario, expertos revelan que es Windows 7 el que dejará de ser compatible con los últimos drivers de los componentes hardware desarrollados. A los usuarios se está vendiendo el escenario totalmente opuesto y por el momento no es así.
Cuando al comienzo de este artículo hemos definido este proceso como campaña propagandística existen motivos para pensar que esto es así.
El resultado final será similar a lo ocurrido con Windows XP, una fragmentación del mercado que desde Microsoft quieren atajar con bastante antelación. Sin embargo, esta es una meta que parece complicada de alcanzar.
¿Migrarás tus dispositivos con Windows 7 a Windows 10?