NFC y RFID son dos términos que a veces se confunden. Como sabemos, hacen referencia a la transmisión de manera inalámbrica que se utiliza en algunos dispositivos y tarjetas. Está muy extendido el uso de las tarjetas bancarias contactless. Básicamente lo que nos permite es realizar un pago sin necesidad de introducir la tarjeta en el TPV o incluso sin tener que poner el PIN (hasta cierto límite). Ahora bien, en este artículo vamos a explicar cómo diferenciar NFC de RFID para saber qué significa realmente cada término. Ya vimos las diferencias entre NFC y Bluetooth.
Qué diferencias hay entre NFC y RFID
Podemos decir que RFID es como se denomina a la tecnología en sí. En inglés estas siglas significan Identificación por radio frecuencia. Es la tecnología por la cual podemos conectar o identificar varios dispositivos de manera inalámbrica.
Hay que diferenciar entre tarjetas o dispositivos RFID activos y pasivos. Las primeras podrían alcanzar varias decenas de metros y tienen una fuente de alimentación propia. Las segundas permiten transmitir datos incluso hasta 25 metros y carecen de energía propia. Es algo que, al menos en distancia, nos recuerda al Bluetooth.
Ahora bien, el NFC no es más que una parte dentro de la tecnología RFID. Como hemos podido sospechar al leer el párrafo anterior, nada tiene que ver las varias decenas de metros que puede alcanzar la tecnología RFID con lo que hacemos al pagar con el móvil, por ejemplo.
Debemos de tener en cuenta que un dispositivo NFC no supera los 20 centímetros de alcance. Es más, si lo miramos en la práctica, lo normal es que no pase de 4 o 5 centímetros. Pensemos al realizar un pago con nuestra tarjeta o móvil. Lo ponemos junto al TPV. Si alejamos un poco el móvil del lector no funcionaría.
NFC es, por decirlo de alguna forma, un subconjunto dentro de la tecnología RFID. Funciona a la misma frecuencia de 13,56 MHz, pero tiene sus particularidades propias. Una de ellas, como hemos visto, es el límite de alcance. Está restringido por motivos de seguridad, especialmente. Imaginemos que pudiéramos pagar con el móvil o tarjeta desde 3 metros de distancia. Podría ser un problema bastante serio. Alguien podría recibir la información de esa tarjeta sentado en la mesa de al lado en un bar, por ejemplo, y clonarla. Por suerte esto se evita con el NFC y su límite de apenas unos centímetros.
Usos de RFID y NFC
En cuanto al uso, la tecnología RFID está muy extendida en la industria logística. Sirve para identificar productos a través de las ondas de radio. No está diseñado para el uso común de los usuarios particulares. Puedes ver también las diferencias entre Bluetooth y NFC.
Por su parte, el NFC sí está orientado al día a día de los consumidores. Hemos visto que está muy presente en tarjetas bancarias y móviles. También sirve para compartir información de contactos, identificarnos con tarjetas, controles de acceso, etc. Siempre procesos usuales que podemos utilizar los consumidores.
En definitiva, RFID y NFC en ocasiones pueden confundirse pero son términos distintos. Hay que saber diferenciar ambos para conocer su funcionamiento y uso final.
Mostramos el riesgo de ataques por RFID.