¿Influye el tipo de bombilla en el consumo energético? Lógicamente, sí. No es lo mismo una bombilla LED, que una antigua incandescente. Ahora bien, ¿hay diferencia, dentro de un mismo tipo de bombilla, según el color? Por ejemplo, ¿hay diferencia de consumo entre una bombilla de luz blanca frente a una de luz cálida? De ello vamos a hablar en este artículo. Vamos a explicar si realmente hay diferencia y qué debes tener en cuenta para conseguir gastar menos en la factura de la luz.
Las bombillas, si bien no son aparatos que tengan un gran consumo comparado con otros electrodomésticos, pueden llegar a suponer una parte importante de la factura. Esto es así, ya que tienes muchas luces en tu vivienda. Al haber una gran cantidad, usarlas correctamente va a ser clave para gastar más o menos.
Luz blanca o cálida para ahorrar
Tal vez quieras ahorrar en la factura de la luz y pagar menos cada mes. Puede que te preguntes si deberías cambiar tus bombillas para gastar menos. Si partimos de que todas las que tienes son de tipo LED, por ejemplo, puede que te preguntes si gasta más una bombilla de luz blanca fría o cálida. La respuesta rápida es que esto no va a influir.
Debes saber que el consumo de energía por parte de una bombilla no va a depender del color o tonalidad de la luz. No importa si es blanca fría, cálida, neutra… Lo que sí va a depender es de la potencia que tenga. Esa potencia va a venir medida en vatios. Por ejemplo, puedes encontrarte con una bombilla de 9 W, de 15 W, etc.
Si, por ejemplo, compras una bombilla de 15 W de luz blanca y otra, también de 15 W, de luz cálida, el consumo realmente va a ser el mismo. No importa el color, ni la tonalidad. En este caso, lo que debes observar son los vatios que tiene. Eso es lo que va a determinar si van a consumir más o menos encendidas.
La tonalidad puede marcar la diferencia
Ahora bien, dejando a un lado el consumo, sí debemos decir que no todas las luces son iguales, ni las debemos utilizar para lo mismo. Por ejemplo, una luz blanca fría es ideal para un entorno en el que debamos estar activos, como puede ser trabajando o realizando alguna actividad que requiera de buena concentración.
En cambio, una luz cálida la podemos tener en entornos más relajados, donde no vamos a estar realizando una actividad concreta que necesite de una gran concentración. Las podemos usar en lugares distintos de la vivienda, ya que no todas las estancias de la casa van a ser iguales en cuanto a luminosidad.
Por ejemplo, la luz blanca fría la podemos utilizar para el baño o la cocina. La luz blanca cálida, la podemos colocar en el dormitorio o en la sala de estar. Son estancias que, como ves, pueden requerir de un tipo de luminosidad diferente. Eso sí, el consumo va a depender, como hemos mencionado, de la potencia de cada bombilla.
En definitiva, aunque veas que hay diferencias notables entre una bombilla de luz blanca cálida y otra fría, el consumo realmente va a depender de la potencia que tenga cada una. Ahí sí puedes encontrar diferencias y conviene elegir el modelo que necesites en cada caso.