La red local de tu casa puede servirte para mucho más que simplemente conectar tu PC a Internet. Si quieres conocer algunos consejos que te ayudarán a sacar todo el partido que sea posible de la red doméstica que tienes instalada en casa, a continuación, os vamos a explicar cómo puedes exprimirla al máximo. Lo normal cuando se piensa en la red doméstica, es tener presente la conexión a Internet que tienes en casa. Si todo va bien, tienes buena velocidad y los dispositivos se conectan sin problemas, parece que ya ha cumplido toda su función. Pero la red doméstica puede ofrecerte mucho más.
Un uso básico en una red doméstica es navegar por Internet con los diferentes dispositivos, jugar online, y tener algunos dispositivos de domótica para automatizar ciertas acciones en el hogar conectado. Sin embargo, hay ciertos usos que puedes darle a tu red, para exprimirla al máximo. A continuación, tenéis todos los detalles.
Comparte archivos e impresoras en red
Uno de los usos más simples, pero tremendamente útiles, de una red doméstica es compartir archivos entre dispositivos. Si estás cansado de depender de memorias USB o discos duros externos para mover documentos, fotos o vídeos de un ordenador a otro, configurar el uso compartido de archivos es una solución ideal.
En Windows 10 y 11, puedes activar esta función desde la configuración de red. Solo necesitas asegurarte de que los dispositivos estén en la misma red privada y habilitar el uso compartido. Además, si tienes una impresora conectada a uno de tus ordenadores, puedes compartirla fácilmente para imprimir desde cualquier equipo de la casa. Así evitarás tener que conectarla y desconectarla constantemente.
Consejo clave: Crea una cuenta local específica con un usuario y contraseña que utilices solo para estas tareas de compartición. Esto mejora la seguridad y organiza mejor los accesos.
Si quieres acceder desde fuera de tu casa a todos los archivos compartidos y también impresoras en red, tendrás que instalar y configurar un servidor VPN, con el objetivo de que puedas acceder de forma segura a tu red, y empezar a intercambiar información sin tener problemas de privacidad.
Instala un NAS: tu nube privada en casa
Si buscas algo más avanzado, un NAS (Network Attached Storage) puede ser la herramienta definitiva para tu red. Se trata de un pequeño servidor que te permite almacenar archivos, realizar copias de seguridad automáticas e incluso montar tu propia nube privada. Perfecto para centralizar documentos, vídeos o fotos familiares.
Por ejemplo, un NAS te permite:
- Guardar archivos grandes: ideal si tu ordenador tiene poco espacio.
- Hacer copias de seguridad: protege tus datos importantes siguiendo la regla del 3-2-1 (tres copias en dos lugares diferentes y una en una ubicación externa).
- Configurar un servidor multimedia: puedes usarlo para transmitir películas, series o música a otros dispositivos.
Las marcas más populares como Synology o QNAP ofrecen sistemas fáciles de configurar, y muchos modelos incluyen opciones de redundancia de datos para proteger tus archivos en caso de fallo de hardware. Lo mejor de usar estos servidores son el sistema operativo, son muy fáciles de usar, tienen la posibilidad de virtualizar sistemas operativos e incluso podemos usar Docker para crear contenedores, de esta forma, podremos exprimir al máximo su hardware. En nuestro caso personal, usamos el sistema de domótica de Home Assistant virtualizado en un servidor NAS de QNAP, y además, también tenemos una gran cantidad de contenedores para realizar automatizaciones e incluso para monitorizar diferentes servicios y servidores.
Consejo importante: Aunque el NAS utilice sistemas de seguridad como RAID, no olvides hacer copias de seguridad externas para garantizar la integridad de tus datos. Un RAID no es una copia de seguridad, sino una capa más de seguridad para evitar la pérdida de datos en caso de rotura de uno de los discos.
Reutiliza dispositivos antiguos como servidores
¿Tienes un ordenador viejo que ya no utilizas? No lo dejes acumulando polvo, puedes convertirlo en un servidor doméstico, aunque presta mucha atención al consumo de energía, porque es probable que te merezca la pena comprar un mini PC, porque no solamente irá más rápido, sino que el consumo será muchísimo menor. Con un poco de configuración, puedes transformarlo en:
- Un servidor multimedia con herramientas como Plex o Jellyfin para transmitir contenido.
- Un centro de copias de seguridad para dispositivos en casa.
- Un servidor de juegos, por ejemplo, para montar un mundo de Minecraft para los más pequeños.
Esto no solo le da una nueva vida al dispositivo, sino que también te ahorra la inversión en hardware nuevo. Si estás dispuesto a experimentar, instalar Linux puede darte más opciones y flexibilidad, aunque no es imprescindible. Existen diferentes sistemas operativos orientados a NAS que nos permitirán usarlo de manera avanzada muy fácilmente, los más recomendables con TrueNAS Scale y unRAID, aunque existen otros como OpenMediaVault o XPEnology entre otros.
Mejora la conectividad con sistemas Mesh o PLC
Si el WiFi no llega bien a todas las esquinas de tu casa, es hora de optimizar tu red inalámbrica. Puedes optar por:
- Sistemas Mesh: crean una red unificada con varios puntos de acceso, ideal para casas grandes o con varios pisos. Estos dispositivos son muy avanzados y te proporcionarán un rendimiento óptimo en cualquier circunstancia. Nuestra recomendación es que compres los ASUS ZenWiFi o bien los de AVM, ya que ambos funcionan realmente bien.
- Adaptadores PLC con WiFi: utilizan la red eléctrica para extender la cobertura. Son perfectos para habitaciones alejadas del router.
Ambas opciones mejoran notablemente la estabilidad y la velocidad de tu conexión, especialmente si sueles usar varios dispositivos al mismo tiempo.
Tu red doméstica puede convertirse en mucho más que una simple conexión a Internet. Con herramientas como un NAS, la reutilización de equipos antiguos y una buena gestión de tu WiFi, puedes aprovechar todo su potencial y mejorar tanto la funcionalidad como la comodidad en casa.