¿Cambiar o no tus contraseñas de vez en cuando? No cometas errores o será peor
Para poder tener una contraseña segura y que proteja bien tus cuentas, un consejo muy repetido es cambiarlas de vez en cuando. Pero, ¿es realmente una buena idea? Si lo hacemos bien, cambiar la clave de acceso no debería tener nada malo, sino todo lo contrario: tendrás una contraseña nueva cada cierto tiempo, lo que te ayudará a aumentar la protección. Sin embargo, hay motivos para pensar que no es tan buena idea.
El problema llega cuando cometes errores al crear esas nuevas contraseñas. Eso puede dar lugar a que la protección disminuya y puedas quedar expuesto a posibles ataques. Te vamos a dar también algunas recomendaciones esenciales, con el objetivo de que puedas generar claves de acceso que sean totalmente seguras.
Cuidado al cambiar contraseñas
No hay un tiempo fijo, pero sí que es aconsejable cambiar las contraseñas de vez en cuando. Puede ser cada tres meses, por ejemplo. El motivo es para aumentar la protección en caso de que haya alguna filtración y esa clave de acceso pueda terminar en malas manos. Para prevenir problemas, cambiarlas es buena solución.
Pero claro, es esencial que esa clave que estás creando nueva, realmente mejore a la anterior. ¿Qué puede ocurrir? Al cambiar la contraseña muy frecuentemente, puede dar lugar a una relajación o a simplemente empezar a usar claves que podamos recordar con mayor facilidad. Y eso es un error importante.
Si tienes una clave fuerte y compleja, única y que no haya sospechas de que se ha podido filtrar, realmente va a proteger tus cuentas a largo plazo sin problemas. En caso de que decidas cambiarla, y esa nueva clave sea más débil, con menor longitud o que incluso pueda ser similar a otra que ya utilizas, es cuando empieza el problema.
En algunos casos, son las propias plataformas las que obligan a cambiar la clave de acceso de vez en cuando. Intentas entrar y te dice que ya no puedes acceder hasta que no generes una nueva. Lo haces, pero creas una nueva más débil que la anterior. Entonces, lo que debería ser una mejora, realmente va a limitar la protección.
Crea claves muy seguras
Por tanto, cambiar las contraseñas de vez en cuando sí puede ser útil para mejorar la seguridad, pero debes hacerlo correctamente. Esa clave de acceso tiene que ser única, además de totalmente aleatoria. No utilices cosas como tu nombre, apellidos, fecha de nacimiento… Lo ideal es que tenga letras (tanto mayúsculas, como minúsculas), números y otros símbolos especiales.
Además, es esencial que tenga una buena longitud. Cada número, letra o símbolo que añadas, hará que sea exponencialmente más segura. Por ejemplo, pasar de 10 caracteres a 12, hará que sea mucho más difícil de averiguar. Por tanto, asegúrate de utilizar siempre contraseñas que tengan una buena longitud.
Usar un gestor de claves, es una buena opción para almacenar las contraseñas con seguridad y no tener que memorizarlas. Algunos, incluso permiten también generarlas. Opciones como LastPass, NordPass o 1Password, funcionan muy bien. Si decides cambiarlas de vez en cuando, vendrá muy bien instalarlo.