Un antivirus es una herramienta de protección que se instala en los equipos para evitar que este sea infectado, en este caso, antes que el equipo se infecte o para ver si ya se encuentra infectado, valida contra la base de datos de firmas que contiene para identificar el malware y poder combatirlo. Un EDR, en cambio, es una herramienta de detección y respuesta que se instala en los equipos y que en vez de utilizar como referencia una base de datos de firmas, realiza la protección basado en el comportamiento del agente malicioso. Este artículo analizamos a fondo la figura del EDR y lo comparamos con los antivirus que ya conocemos.
Un EDR es una herramienta diseñada para monitorear, detectar y responder ante cualquier actividad sospechosa en dispositivos conectados a una red, como ordenadores o servidores. A diferencia del antivirus tradicional, que se basa en la detección de firmas conocidas de malware, el EDR va un paso más allá. No solo identifica malware que ya se conoce, sino que también detecta comportamientos inusuales que podrían indicar una amenaza aún no registrada, y para ello utiliza técnicas de Inteligencia artificial aprendizaje automático y de detección y respuesta ante amenazas avanzadas para evitar que el malware se pueda ejecutar.
¿Cómo funciona un EDR?
El EDR no solo está ahí vigilando. También actúa en tiempo real para bloquear posibles amenazas. Primero, recoge información de todos los dispositivos conectados a la red, como actividades de inicio de sesión, procesos que se ejecutan, e incluso los archivos que se abren. Toda esta información se analiza continuamente para detectar cualquier actividad que no coincida con los patrones normales.
Si el EDR detecta algo sospechoso, puede tomar decisiones automáticas, como aislar el dispositivo comprometido del resto de la red para evitar la propagación de malware. Esto es algo que un antivirus tradicional simplemente no puede hacer con la misma rapidez y eficacia.
Diferencias clave entre EDR y antivirus
Ahora, hablemos de las diferencias claras entre un EDR y el antivirus que probablemente tienes instalado en tu ordenador. El antivirus tradicional se centra en protegerte contra amenazas conocidas, como virus, gusanos o troyanos. Funciona escaneando los archivos en busca de firmas de malware, lo que significa que si el virus ya ha sido identificado, el antivirus puede detenerlo. Pero si se trata de una amenaza nueva o desconocida, el antivirus podría no ser suficiente.
El EDR, por otro lado, no depende solo de firmas conocidas. Utiliza el aprendizaje automático para identificar patrones de comportamiento sospechosos. Esto le permite detectar amenazas que aún no han sido catalogadas o que se ocultan muy bien. Además, el EDR no solo detecta, sino que también responde de manera automática y en tiempo real.
¿Cuál deberías usar?
La respuesta corta es: depende de tus necesidades. Si solo usas tu ordenador para navegar por Internet y revisar correos electrónicos, probablemente un antivirus sea suficiente para ti. Sin embargo, si tienes una empresa o manejas información sensible, como datos financieros o personales, lo mejor es optar por un sistema EDR que te brinde un nivel de protección más avanzado.
El EDR te ofrece visibilidad completa sobre lo que está pasando en tu red y te da la capacidad de actuar rápidamente si algo sale mal. Incluso si un malware logra colarse, el EDR lo detectará gracias a su análisis continuo del comportamiento y tomará medidas para evitar que el daño se extienda.
El EDR es una evolución del antivirus tradicional que responde a la creciente sofisticación de los ciberataques. Mientras que el antivirus se basa en detener amenazas conocidas, el EDR es proactivo, detectando comportamientos sospechosos y respondiendo en tiempo real. Si manejas información crítica o simplemente quieres estar más protegido, un sistema EDR es la mejor opción para mantener tus dispositivos seguros en un mundo digital cada vez más complejo.
Al final, la decisión depende de lo que busques: si solo quieres lo básico, el antivirus te cubrirá. Pero si buscas una solución más completa que te ofrezca mayor seguridad y visibilidad en tiempo real, el EDR es el camino a seguir.
Sentido común, la clave
Pero no solo debes centrarte en el uso de programas de seguridad, aunque sea muy importante, sino que también debe estar presente el sentido común. Hay muchas amenazas que no van a ser detectadas por un antivirus. Podemos nombrar algunos ejemplos, como puede ser una campaña Phishing que intente robar tus claves de acceso. En estos casos, los atacantes siempre van a necesitar que cometas algún error, como puede ser abrir un enlace, iniciar sesión y, en definitiva, exponer tus contraseñas y datos personales.
También es un error instalar software no oficial, que procede de páginas peligrosas. Lo ideal es siempre instalar aplicaciones desde fuentes fiables, para disminuir así todo lo posible el riesgo y no tener problemas. Una vez más, el sentido común, evitar cometer errores, va a estar muy presente para conseguir la máxima seguridad y proteger los dispositivos. Puedes usar tiendas de aplicaciones fiables, como puede ser Microsoft Store o Google Play. En esos casos, siempre van a pasar un filtro previo.
Especialmente, debes tener cuidado con plataformas que podemos decir que son de riesgo. Hablamos del correo electrónico, redes sociales y aplicaciones como WhatsApp. Pueden ser muy utilizadas para lanzar campañas maliciosas de todo tipo. Podrían enviar mensajes suplantando la identidad de una empresa o adjuntando archivos que van a ser un fraude. Reducir riesgos en este tipo de servicios, va a ser fundamental para mantener la seguridad. El Phishing llega mucho a través de plataformas como Gmail, por ejemplo.
Por tanto, sí está bien instalar antivirus, tener en cuenta la opción del EDR, cortafuegos, etc. Sin embargo, esto debes complementarlo también con el sentido común y no cometer errores. Es lo que te aportará ese plus de protección y reducirás el riesgo de tener problemas de seguridad. Aplícalo en cualquier tipo de dispositivo que uses en tu día a día.