Por qué tu Wi-Fi puede ir mejor en zonas más lejanas y muy mal en otras al lado del router
La distancia es un factor que puede influir bastante a la hora de conectarnos al Wi-Fi. Sin embargo, no es lo único que influye. En este artículo, vamos a hablarte de por qué la red inalámbrica podría ir mejor en zonas muy alejadas, pero muy mal en otras muy cerca del router. Vamos a explicarte qué puede afectar, así como algunos consejos para lograr que la conexión Wi-Fi funcione lo mejor posible.
Vas a ver que hay otras causas por las que una red inalámbrica podría empezar a ir mal. No solo va a influir la distancia al punto de acceso, aunque sí sea algo importante. Revisar todo lo que pueda afectar, será fundamental para conseguir una buena velocidad y una gran estabilidad de red.
No solo la distancia afecta al Wi-Fi
Ten en cuenta que lo que para un usuario puede ser válido, para otro no. Por ejemplo, tal vez tú tengas un router, te conectes a 10 metros y la conexión vaya perfecta, pero otra persona, con exactamente el mismo modelo, tenga problemas para conectar sus aparatos. Puede haber interferencias, una mala configuración, saturación…
Obstáculos
El primer motivo, algo imprescindible, son los obstáculos. Puedes tener tu router en una habitación y al conectarte desde otra muy lejana, ver que la velocidad es adecuada y no hay cortes. En cambio, te conectas desde otra que está más cerca y empiezas a notar que la velocidad disminuye o directamente no puedes conectarte.
Puede que haya obstáculos en esa habitación más cercana. Por ejemplo, un muro grueso, una pared en la que tengas una lámina metálica, objetos con material que puedan afectar a la señal, como puede ser un espejo o cosas metálicas variadas, etc. En cambio, esa habitación más lejana podría recibir una señal más limpia.
Hay interferencias
También puede haber interferencias. Aunque estés muy cerca del router, la conexión podría ir mal por interferencias que puedan afectar. Por ejemplo, tener dispositivos que usen Bluetooth, ya que funcionan en la frecuencia de los 2,4 GHz. Lo mismo ocurre con un teléfono inalámbrico o incluso un microondas.
En cambio, tal vez te conectes desde muy lejos, pero en una zona en la que no hay interferencias. La señal va a llegar mejor y no tendrías problemas para conectarte. Por eso es bueno alejar dispositivos que puedan influir, de aquellos que vas a conectar a la red.
No usas la banda adecuada
Otro motivo que puede afectar, independientemente de la distancia, es usar o no la frecuencia correcta. La mayoría de routers son doble banda, lo que significa que puedes conectarte a los 2,4 y a los 5 GHz. Algunos incluso admiten los 6 GHz. La primera frecuencia, la de los 2,4 GHz, es la que llega más lejos, pero también ofrece menos velocidad y es más sensible a las interferencias.
La de los 5 GHz, aunque es más veloz, es más sensible a los obstáculos. Podría ocurrir que estés cerca del router, pero utilices esta banda y haya paredes gruesas que impidan que la señal pase correctamente. En cambio, desde otro lugar más lejano, podrías estar conectado a los 2,4 GHz.
Saturación
Puede pasar que estés cerca del router, pero haya una gran saturación de red. Esto puede ocurrir por varios motivos: haber demasiados aparatos conectados a una frecuencia, generalmente los 2,4 GHz, pero también incluso los dispositivos de tus vecinos, que podrían influir negativamente.
Evitar que haya una excesiva saturación, va a ayudarte a no tener problemas con la red Wi-Fi. Si te conectas cerca del punto de acceso, y notas que no va bien, lo que deberías hacer es revisar cuántos aparatos hay conectados y de qué manera. Cambiar el canal o la banda, puede ser útil.
En definitiva, no siempre conectarnos al lado del router va a significar que la conexión va a ir mejor. Hay factores que podrían afectar y comprometer la velocidad o estabilidad, por lo que actuar correctamente va a ser clave.