Muchos piensan que si no tienes un asistente de voz como Alexa o Google Home, estás fuera del mundo de la domótica. Yo también lo pensaba… hasta que descubrí que hay formas muy potentes de automatizar tu casa sin depender de esos sistemas. Y, sinceramente, ahora tengo el control que antes no tenía.
¿Te gustaría tener una casa inteligente pero no te convence la idea de que Amazon o Google estén siempre escuchando? No eres el único. En este artículo te voy a contar cómo he conseguido automatizar mi casa sin depender de asistentes de voz, con soluciones que funcionan incluso mejor y sin renunciar a la comodidad. Si te interesa tener el control total, sin que nadie te diga cómo usar tus dispositivos, sigue leyendo: lo que vas a descubrir puede cambiar tu forma de entender la domótica.
¿Por qué decidí dejar de lado los asistentes más conocidos?
Durante un tiempo, usé tanto Alexa como Google Home. Funcionaban bien, pero había dos cosas que no terminaban de convencerme. La primera, la privacidad. No me hacía gracia tener un micrófono escuchando constantemente en casa. Y la segunda, que me sentía un poco atado a sus ecosistemas. Si quería hacer algo más avanzado o personalizar un poco, me encontraba con limitaciones o con opciones de pago. Las automatizaciones en estos sistemas comerciales están bastante limitadas, así que es muy importante que te pases a otro sistema si quieres ir un poco más allá.
Así que un día, me lancé a probar alternativas. No fue fácil al principio, pero ahora mismo puedo decir que tengo una casa inteligente, sin necesidad de hablarle a un asistente ni depender de una gran empresa. Y va como un tiro, os lo aseguro.
Las herramientas con las que he montado mi sistema
Muchos usuarios recurren a Amazon Alexa o Google Assistant por su facilidad de instalación y configuración, sin embargo, si valoras tu privacidad y seguridad, así como las funciones y automatizaciones avanzadas, esto es lo que yo uso ahora para tener mi casa automatizada:
Home Assistant: el cerebro de todo
Home Assistant es una plataforma gratuita y de código abierto que puedes instalar en una Raspberry Pi o incluso en un mini PC viejo. Desde ahí gestionas todos los dispositivos inteligentes que tengas en casa, sin importar la marca. Si bien el núcleo de Home Assistant opera de forma 100% local para las automatizaciones internas, es importante matizar que ciertas funciones avanzadas sí requieren conexión a Internet.
Para recibir notificaciones push en tu móvil cuando no estás en casa, o para recibir notificaciones por Telegram, es totalmente necesario tener conexión a Internet. Para un control remoto seguro, la mejor práctica es configurar un acceso a través de una VPN (como WireGuard) en lugar de exponer tu sistema directamente a internet, o bien usar Cloudflare Tunnels para añadir una capa de seguridad adicional. Otra opción es recurrir a VPN en mallada como ZeroTier o Tailscale, ambas opciones son perfectas y la configuración es realmente sencilla.
Otro aspecto a considerar, es el hardware donde vas a instalar el sistema operativo Home Assistant. Nuestra recomendación es que lo hagas en un mini PC con un procesador Intel N100 o superior, ya que es claramente más potente que una Raspberry Pi, y con un precio muy similar e incluso algo inferior. Para tener siempre este mini PC instalado, es muy recomenable protegerlo con un SAI, para evitar que un apagón en nuestro hogar provoque que deje de funcionar de forma abrupta, y los datos se puedan corromper.
Sensores y enchufes compatibles (Zigbee, WiFi y compañía)
En lugar de usar dispositivos de Amazon o Google, he optado por sensores y enchufes inteligentes de marcas como Sonoff, Aqara o Shelly, que son compatibles con Home Assistant. Algunos van por WiFi, otros por Zigbee. Eso sí, si usas Zigbee, necesitarás un pequeño adaptador USB o concentrador, pero nada del otro mundo, hoy en día tenemos muchos hubs de este tipo, aunque eso sí, es recomendable que leas por Internet diferentes opiniones, y también la documentación oficial de Home Assistant para no tener problemas de compatibilidad.
Los modelos Shelly Gen 4 disponen de tecnologías Wi-Fi, Bluetooth y ZigBee, para que elijas qué protocolo inalámbrico usar, y así adaptarse perfectamente a lo que ya tengas instalado en casa.
Automatizaciones sin voz
En vez de decir “enciende la luz del pasillo”, tengo automatizaciones que encienden esa luz cuando detectan movimiento por la noche, o que apagan todo cuando salgo de casa. La eficiencia supera con creces a los sistemas basados en voz. En mi experiencia, las automatizaciones proactivas han reducido en más de un 70% las interacciones manuales necesarias para controlar la casa en comparación con cuando dependía de órdenes a Alexa. Por ejemplo, el «Modo Nocturno» automático (luces al 10% al detectar movimiento) ha eliminado por completo la necesidad de buscar interruptores o hablarle a un asistente durante la noche, un cambio que mi familia agradece enormemente.
Aunque el control manual desde la app móvil de Home Assistant es potente y totalmente personalizable, el verdadero objetivo de un sistema bien diseñado es que no necesites usarlo. La meta es alcanzar la «domótica invisible», donde las rutinas y escenas se anticipan a tus necesidades y actúan de forma autónoma, inteligente y, sobre todo, fiable.
Si compras el Home Assistant Voice, podrás tener un altavoz y micrófono en tu hogar al más puro estilo de Alexa, pero con la potencia de la domótica local, además, es totalmente privado porque se puede procesar todo de forma local, por eso es muy importante que compres un mini PC potente para este sistema de domótica, porque así las funciones que exijan más de procesador, las podrá hacer sin problemas. Otra opción es recurrir a la IA de OpenAI e incluso a Google Gemini, para que entienda el contexto de lo que queremos decir.
Ventajas de ir por libre: más control y menos dependencia
La gran ventaja de no depender de Alexa ni Google es que tengo total control sobre mis datos y mis dispositivos. Nadie me obliga a usar una app concreta, ni me bloquea funciones hasta que pague. Y si quiero cambiar una marca por otra, no hay problema: Home Assistant lo integra casi todo.
Además, es una forma de aprender más sobre cómo funcionan estas tecnologías. Si te gusta trastear un poco, vas a disfrutar configurando tus automatizaciones y dejando tu casa a tu gusto. Para empezar con Home Assistant, se requieren ciertos conocimientos básicos de redes (saber qué es una dirección IP, un puerto) y comodidad manejando hardware como una Raspberry Pi. Si partes de cero, te recomendamos encarecidamente optar por una solución preconfigurada como Home Assistant Green para evitar la frustración inicial.
| Componente | Función Principal | Protocolo | Coste Estimado (€) | Ideal para... |
|---|---|---|---|---|
| Home Assistant Green | Cerebro del sistema (preconfigurado) | Ethernet, Wi-Fi | 90-100€ | Principiantes que buscan una solución 'enchufar y listo'. |
| Raspberry Pi 5 (4GB) | Alternativa DIY al cerebro del sistema | Ethernet, Wi-Fi | 75-85€ | Usuarios que disfrutan configurando y quieren más potencia. |
| SONOFF Zigbee 3.0 USB Dongle Plus | Concentrador para conectar dispositivos Zigbee | Zigbee | 18-22€ | Crear una red Zigbee robusta e independiente de la Wi-Fi. |
| Sensor de Movimiento Aqara P1 | Detectar presencia para automatizaciones | Zigbee | 16-20€ | Automatizar luces o activar escenas de seguridad. |
| Enchufe Inteligente Sonoff S26R2ZB | Controlar y medir consumo de aparatos | Zigbee | 12-15€ | Hacer 'inteligente' cualquier lámpara o pequeño electrodoméstico. |
Los desafíos al empezar
Es posible que empezar con Home Assistant sea complicado en un primer momento, la curva de aprendizaje es muy elevada al principio, pero luego todo funciona perfectamente y sin problemas. A continuación, tenéis los principales problemas que os encontraréis al usar este sistema:
- Configuración inicial compleja: la instalación demanda conocimientos de sistemas operativos y redes, además, si virtualizas el sistema operativo también necesitarás usar VMware, Virtual Box e incluso Proxmox. Una solución es usar dispositivos preconfigurados como Home Assistant Green, que ya viene todo instalado y con un asistente de configuración vía web muy intuitivo.
- Integración de dispositivos no compatibles: hay algunos dispositivos ZigBee o WiFi genéricos que no se detectan automáticamente. Los usuarios debemos añadirlos manualmente mediante el menú de integraciones. Lo mejor es que siempre tendremos manuales paso a paso de la comunidad, para integrarlo absolutamente todo.
- Inestabilidad por componentes de terceros: los «custom components» (complementos no oficiales) pueden causar problemas, es recomendable que valores esto antes de lanzarte a comprar un producto que no es soportado oficialmente.
Estos problemas evidencian que al principio puedes tener problemas, porque la curva de aprendizaje es elevada, tal y como os hemos explicado anteriormente.
