En determinadas ocasiones necesitamos ocultar nuestra IP pública. Una de las opciones que tenemos son las VPN, que además de garantizar el anonimato, consiguen mejorar la seguridad. Esto lo consiguen porque nuestros datos son como si viajaran en un túnel protegidos de los ciberdelincuentes, y de las organizaciones que nos espían. En ese aspecto el uso de una VPN en un Wi-Fi público se hace más que necesario. También los proxies que brindan la posibilidad de ocultar nuestra dirección IP a través de un servidor intermediario. Por lo general, existen dos tipos de proxies: residencial y de centro de datos. En este artículo vamos a ver las diferencias que hay entre ellos y cuál deberíamos elegir.
Proxy residencial o centro de datos
Ambos tienen el mismo propósito, se crean para brindarte anonimato mientras navegas por Internet. Así se evita ser bloqueado o restringido de visitar ciertas páginas web o utilizar determinados servicios. En ese aspecto el cambio de dirección IP es el medio que utilizan para conseguirlo.
Cuando utilizamos un proxy, nuestras solicitudes no van directamente al servidor de destino al que queremos acceder. En este caso va a intervenir un servidor proxy que va a hacer de intermediario. Así, toma nota de nuestras peticiones, las reenvía a Internet y luego nos devuelve la respuesta. Su finalidad es que nadie conozca quién es el usuario real y eso lo conseguimos gracias a ese intermediario que es el proxy.
Un proxy de un centro de datos va a contar con un servidor que se encuentra en ese centro. Allí, nuestra dirección IP se va a cambiar a una dirección IP distinta proporcionada por ese servidor. Quizás te pueda interesar qué es la certificación Tier para los centros de datos. La dirección IP de este datacenter está catalogada como una dirección IP de una empresa en concreto (la del centro de datos, generalmente) y no está catalogada como una IP residencial.
En cambio un proxy residencial hace lo mismo, pero utiliza diferentes direcciones IP que se asignan a dispositivos físicos reales en diferentes hogares, y estas IP van a ocultar la nuestra. Las direcciones IP residenciales son las que tienen los operadores de Internet que dan servicio directamente a los usuarios en sus hogares.
La principal diferencia es que un proxy de centro de datos nos asigna una nueva dirección IP que no nos la proporciona el proveedor de servicios de Internet o ISP. En cambio, con un proxy residencial nos permite usar unas direcciones IP diferentes que ese ISP asigna a un dispositivo físico real en una casa diferente.
Diferencias de precio, velocidad y seguridad
En cuanto al criterio del precio, un proxy de centro de datos se crea más fácilmente ya que no utiliza direcciones IP asignadas por el operador. Esto significa que va a tener un precio más bajo. Por otra parte el proxy residencial, va a usar diferentes direcciones IP que el ISP ha asignado a diferentes dispositivos ubicados en diferentes casas. En este caso, al ser más complejo y necesitar de la participación de un proveedor de Internet, un proxy residencial va a ser más caro generalmente.
En lo que se refiere a la velocidad en el caso de un proxy de centro de datos su conexión a Internet es independiente de otros dispositivos. Así, este proxy funciona sin la ayuda del ISP. Por otra parte, el residencial implica el uso de otros dispositivos y en algunos casos podría ralentizar su conexión. En resumidas cuentas podemos decir que un proxy de centro de datos es más rápido que uno residencial.
Respecto a la seguridad un proxy residencial es más complicado de rastrear porque utiliza una dirección IP real que ha establecido el ISP. En cambio el proxy de centro de datos también es bastante seguro y nos proporcionará más seguridad que si navegaremos por Internet sin utilizar ningún proxy. Por lo tanto, el residencial es más seguro debido a que es más difícil identificarlo como un proxy.
Cuál ofrece más direcciones y es más fácil de utilizar
Si nos referimos a la cantidad de direcciones IP, el proxy residencial funciona con direcciones IP públicas reales en diferentes ubicaciones. En ese aspecto proporciona muchas más direcciones IP disponibles. Por otra parte, el centro de datos ejecuta todas sus direcciones IP a través de su servidor sin usar dispositivos fuera del centro de datos. Así, proporciona una menor variedad de direcciones IP lo que podría limitar su utilización.
En cuanto a la disponibilidad, tenemos más proveedores de proxies de centros de datos porque son más fáciles de implementar. Además, como son más baratos, más rápidos y son menos complejos de desarrollar que los proxies residenciales, podemos afirmar que están más disponibles y también que vamos a tener más posibilidades donde elegir ofertas.
¿Cuál debo elegir?
Según la actividad que realicemos nos convendrá más uno u otro. Un proxy de centro de datos nos servirá para:
- La navegación anónima.
- Una investigación de mercado o académica.
- Investigar los anuncios de tus competidores.
- Recopilar datos de sitios web.
Por otra parte, nos convendría más un proxy residencial para:
- Acceder a contenido restringido geográficamente.
- Si trabajamos con datos más confidenciales.
- Si estamos trabajando con proyectos más grandes que necesitan más seguridad.
Por último, quizás te interese conocer qué son las direcciones IP residenciales y para qué podemos utilizarlas.