Si haces esto al poner cualquier contraseña, no es segura y van a averiguarla con facilidad
Utilizar una buena contraseña, es fundamental para no tener problemas de seguridad. Es la principal barrera para evitar intrusos en cualquier red social, cuenta bancaria o plataforma que uses en tu día a día. Sin embargo, son muchos los errores que podrías cometer y que te dejarían expuestos. En este artículo, vamos a hablar de un fallo relativamente habitual. Vamos a explicarte en qué consiste y por qué es importante que lo evites.
Cuando vayas a proteger tus cuentas, es esencial que no cometas errores. Solo así podrás evitar intrusos y limitar los posibles problemas, como es la suplantación de identidad. Olvídate de la comodidad de usar claves fáciles de memorizar o de escribir cuando vayas a entrar. Esto es un error y puede afectar seriamente a tu día a día.
Cuidado con las contraseñas “cómodas”
Pero, ¿en qué consiste el problema exactamente? Se trata de usar combinaciones o patrones de contraseñas que pueden ser más cómodos. Por ejemplo, utilizar una zona del teclado, únicamente, para escribir la clave más rápido. Es bastante común ver cosas como “qwerty” y similares. Incluso combinaciones como “qwertyasdf”. Básicamente, una serie de letras o números que están próximos, que utilizan una secuencia y es fácil de memorizar y escribir.
Esto es un error. Lo es, ya que una contraseña muy común, deja de ser segura. Como hay muchos usuarios que siguen este tipo de patrón, hace que esa clave ya se debilite. Además, son contraseñas que van a probar los cibercriminales, precisamente por formar parte de las que suelen ser más populares.
Ten en cuenta que los piratas informáticos siempre van a ponerse en la piel de la víctima. Van a pensar como hacen los usuarios comunes y esto significa que van a probar las contraseñas más frecuentes. Al usar patrones más cómodos, más fáciles de memorizar o de escribir, estás debilitando las claves de acceso.
Cómo debe ser una clave segura
Para tener contraseñas realmente seguras, algo fundamental es que sea totalmente aleatoria. Asegúrate de que no utilizas cosas como tu nombre, palabras fáciles, fechas, números de teléfono… Todo esto puede favorecer que esa clave sea averiguada por un atacante. Es imprescindible que no guarde ninguna relación contigo, que sea todo aleatorio.
Utiliza siempre letras (tanto mayúsculas, como minúsculas), números y otros símbolos especiales. Esto es lo que te aporta mayor seguridad, ya que cuanta más variedad tenga la clave, mejor. La longitud también es un factor diferencial. Asegúrate de que utilizas una longitud adecuada, de 12 o más caracteres.
También es una buena idea cambiar la clave de vez en cuando. De esta forma, refrescarás la seguridad. No significa que la cambies continuamente, pero sí que lo hagas de vez en cuando. Es una buena práctica y te ayudará a potenciar la seguridad de tus cuentas, sin importar cuáles sean.
Por otra parte, para poder controlar mejor las contraseñas, es interesante hacer uso de los administradores de claves. Son programas que permiten almacenarlas y no tener que memorizar cada una de ellas, lo cual permite tener mayor flexibilidad al crear contraseñas realmente fuertes. Además, en muchos casos también permiten generarlas con todas las garantías.
En definitiva, cuidado con utilizar contraseñas que sean cómodas de escribir, que sea una secuencia de letras o dígitos, ya que esto es un problema de seguridad. Siempre debes protegerte de keyloggers y otras amenazas que también pongan en riesgo tus claves de acceso.