Los recuerdos no tienen precio. Pero sí tienen un punto débil: pueden desaparecer en un segundo si no los protegemos bien. En este post te cuento cómo respaldo todas mis fotos y vídeos más valiosos, y por qué tú también deberías hacerlo antes de que sea tarde.
No hay peor sensación que perder años de recuerdos por un fallo del móvil, un robo, un disco dañado… o simplemente por no haber hecho una copia de seguridad a tiempo. A mí no me lo contaron: vi cómo mi familia perdió todas sus fotos físicas en un incendio. Desde entonces, tengo claro que mis recuerdos digitales hay que cuidarlos como si fueran de cristal.
Mi regla número uno: nunca confío en una sola copia
Lo primero que aprendí fue esto: si solo tienes una copia de tus recuerdos, es como si no tuvieras ninguna. Puede parecer exagerado, pero un error, un virus o un descuido pueden echar por tierra todo. Por eso tengo un sistema de respaldo que se basa en la conocida regla 3-2-1:
- 3 copias de cada archivo importante (fotos, vídeos familiares, documentos).
- 2 tipos de almacenamiento distintos (por ejemplo, disco duro y nube).
- 1 copia fuera de casa, para protegerme frente a robos o incendios.
Sí, suena meticuloso, pero prefiero parecer maniático que quedarme sin las fotos de mis hijos, mis viajes o mis momentos especiales.
Cómo hago mis copias de seguridad
He probado muchas opciones a lo largo del tiempo. Y al final, lo que mejor funciona es lo más simple:
- Copia automática en la nube: uso Google Fotos y Amazon Photos para subir automáticamente todas mis fotos desde el móvil. Esto me asegura que, aunque pierda el dispositivo, las imágenes siguen ahí. Lo tengo configurado para que se sincronice cada vez que tengo Wi-Fi.
- Disco duro externo, actualizado una vez al mes: cada cuatro semanas, conecto un disco duro al ordenador y descargo todas las fotos y vídeos. Así tengo una copia física que puedo recuperar incluso sin conexión.
- Una segunda nube, como respaldo adicional: utilizo también iCloud o Dropbox como tercera capa. Lo bueno de esta opción es que puedo acceder a mis recuerdos desde cualquier sitio y compartirlos fácilmente.
Y por supuesto, todo está protegido con contraseñas seguras y verificación en dos pasos. No sirve de mucho tener todo guardado si cualquiera puede entrar y borrarlo.
Consejos que me han salvado más de una vez
Después de tantos años cuidando mis copias de seguridad, he aprendido algunas cosas que no siempre se dicen:
- Automatiza todo lo que puedas: si tienes que acordarte de subir las fotos, acabarás olvidándote.
- No borres la copia local, aunque tengas todo en la nube: las plataformas pueden fallar, cambiar sus condiciones o incluso cerrar.
- Etiqueta tus discos duros y carpetas: en una emergencia, no querrás perder tiempo buscando qué archivo es qué.
- Haz una revisión cada seis meses: asegúrate de que puedes recuperar las fotos correctamente. No des por hecho que todo está bien hasta que lo pruebes.
Tener un buen sistema de respaldo no es solo una cuestión de tecnología. Es una forma de proteger lo que más valoras: tus recuerdos, tu historia, tus momentos únicos.
Haz la prueba hoy mismo. Haz una copia de seguridad de las últimas fotos que tengas en el móvil. Te llevará solo unos minutos y puede evitarte un disgusto enorme mañana. Porque los archivos se pueden recuperar… pero los recuerdos, no.