Lo habitual es poner un nombre de usuario y una contraseña para iniciar sesión en los servicios y plataformas online. Por ejemplo, podemos nombrar tiendas online, redes sociales, etc. Sin embargo, existe la opción, en algunos casos, de iniciar sesión por e-mail. Te vamos a contar en qué consiste exactamente y si realmente es una opción interesante, tanto por seguridad como por usabilidad, para entrar en una cuenta.
Esto es algo que no siempre va a ser posible, pero sí que existen plataformas que están implementando esto cada vez más. Básicamente, tienes que entrar primero en tu correo electrónico, ver un código que has recibido y usarlo para iniciar sesión. Esto es una alternativa a poner directamente la clave de acceso.
En qué consiste
El funcionamiento es sencillo: cuando necesitas iniciar sesión en una página o plataforma, no pones la clave de acceso directamente, sino que te envían un correo a tu dirección de e-mail. En ese correo, viene el código y link necesario para entrar. Sobre el papel, aporta mayor seguridad para evitar posibles intrusos.
Básicamente, no van a poder robarte la contraseña para entrar en ese servicio, ya que no hay clave de acceso. Tendrían que ganar acceso a tu correo y, de esta forma, poder entrar en esa cuenta suplantando tu identidad. Es una tarea más compleja, por lo que podríamos estar ante una mejora de seguridad interesante.
Esto, como puedes imaginar, genera una dependencia con tu correo electrónico. Sin tu e-mail, no podrías entrar en la cuenta. A diferencia de las plataformas a las que puedes entrar poniendo directamente la clave de acceso, no ocurre así en este caso. Necesitas, por tanto, entrar primero en el correo.
Qué tener en cuenta
Pero, ¿realmente todo es positivo? Si hablamos de seguridad únicamente, sí que ayuda a mejorar la protección, aunque nunca es completa. Vas a evitar utilizar una clave débil para entrar en una plataforma en concreto, por ejemplo, así como que puedan robar la contraseña y entrar directamente.
Sin embargo, vas a depender de un servicio externo. Vas a depender del correo electrónico, de que funcione bien en todo momento. Además, siempre va a tardar un poco en llegar ese e-mail, por lo que iniciar sesión no va a ser tan rápido como poner directamente una contraseña y el nombre de usuario, que sería lo más habitual.
También debes tener en cuenta posibles problemas con la red. Por un lado, en caso de que la cobertura sea mala, y la velocidad limitada, entrar en el correo podría suponer un problema añadido. Podrías tardar más de la cuenta y tener dificultades para llevar a cabo algo sencillo como es iniciar sesión en alguna plataforma.
Otro factor que hay que mencionar, es el riesgo de que alguien acceda a tu correo. Ya hemos hablado en alguna ocasión de que el e-mail puede actuar como gestor de claves, por lo que alguien con acceso podría entrar en otras muchas cuentas. En este caso, sí estamos ante una posible vulnerabilidad de seguridad.
En definitiva, iniciar sesión con el correo electrónico es un método más para poder entrar en cuentas en Internet. Tiene sus ventajas, pero también sus limitaciones. Es importante tener todo esto en cuenta y no cometer errores.