Cuando compartes la red Wi-Fi de casa, con el objetivo de que algún familiar o amigo pueda conectarse, hay varias opciones. Una de ellas, la que podemos decir es más común, es simplemente dar la clave de acceso de la red principal y ya. También puedes crear una red específica para invitados. Pero, ¿por qué puede ser esta última opción la ideal? Te vamos a hablar de riesgos o problemas que puedes tener si alguien se conecta a tu red principal.
El objetivo siempre es mantener una buena seguridad en la red inalámbrica, pero también conseguir una conexión estable y con buena velocidad. Hay factores que van a influir negativamente, por lo que conviene estar preparado y no tener problemas. Te vamos a dar algunas claves que te vendrán bien.
Por qué no compartir tu Wi-Fi principal
Por un lado, vas a ver que está el problema de la seguridad. Por otro, también el de mantener una buena conexión de Internet. Crear una red de invitados, algo que es muy sencillo, puede librarte de problemas de este tipo. Te ayudará a tener un mayor control sobre tu conexión.
Expones la contraseña
Lo primero que puede ocurrir, es que vas a exponer la contraseña. Para que esa persona se conecte a la red principal del Wi-Fi, necesitas darle la clave de acceso. Va a ser la contraseña que protege toda la red, la principal, la más importante. Si termina en malas manos, eso puede afectar a toda la conexión.
Al crear una red para invitados, vas a tener un Wi-Fi paralelo, con un nombre y una contraseña distintos. Vas a poder poner cualquier otra clave y simplemente dársela a quien se vaya a conectar, de forma puntual.
La conexión puede ir mal
Otro problema es que la conexión empiece a ir mal. ¿Por qué ocurre esto? Cuantos más dispositivos haya conectados a una red Wi-Fi, más recursos consumirá y, por tanto, más problemas puede haber. Tal vez no lo notes si se conecta solo un móvil, pero sí que será más visible si se conectan varios dispositivos o alguno hace un gran uso de la red.
Si creas una red independiente, para invitados, vas a tener ahí esos dispositivos adicionales que vayan a conectarse. Podrías asignar un ancho de banda más limitado, por lo que no afectarán, o al menos no tanto, al resto de la conexión.
Menos control sobre la seguridad
También hay que tener en cuenta el control sobre la seguridad. Una red de invitados, vas a poder desactivarla en cualquier momento. Podrás dejar sin conexión a esos aparatos que se conecten a la red, sin que afecte a tus dispositivos principales. Esto puede ayudar a gestionar mejor la seguridad y evitar problemas.
Por ejemplo, podrás evitar tener más dispositivos conectados y que puedan ser vulnerables. En cualquier momento puedes cancelar esa red para invitados y listo.
No controlas el acceso
Algo similar ocurre con el acceso. Si das la contraseña de la red principal, no vas a tener tanto control sobre los dispositivos que se conectan y cuánto tiempo. En cambio, al tener una red para invitados, simplemente la puedes tener habilitada durante un día, unas horas o el tiempo que necesites y ya.
En cualquier momento, podrás deshabilitar esa red, crear otra con otra contraseña distinta, etc. Muy útil para llevar un control mejor sobre qué aparatos se conectan y por cuánto tiempo.
En definitiva, si dudas entre mantener tu red Wi-Fi principal o crear una para invitados, ten en cuenta los factores que hemos mencionado. Eso te ayudará a mantener una buena conexión en todo momento, además de preservar la privacidad y seguridad.