Si algo nos ha enseñado el auge de los ciberataques es que ningún sistema es 100 % seguro. Empresas, bancos, hospitales… nadie se libra. Cada día aparecen nuevas amenazas, y la mejor defensa no es confiar en que «a mí no me pasará», sino poner a prueba nuestras propias defensas. ¿Cómo? Mediante pruebas de penetración o pentesting, una técnica que simula ataques reales para detectar vulnerabilidades antes de que los ciberdelincuentes lo hagan.
Pero no basta con hacer cualquier prueba. Para que realmente sirvan, hay cinco controles clave que todo pentesting debe incluir. En este artículo, te explico cuáles son, por qué son tan importantes y cómo pueden ayudarte a mejorar la seguridad de tu red.
Los cinco controles esenciales en una prueba de penetración
Las pruebas de penetración no se basan en probar suerte atacando sin más. Siguen un proceso estructurado que ayuda a identificar debilidades y entender qué tan vulnerable es un sistema. Estos son los cinco controles esenciales en cualquier pentesting bien hecho:
Reconocimiento: la fase de investigación
Antes de atacar, hay que saber qué atacar. La primera fase de cualquier prueba de penetración es recopilar información sobre el objetivo: su infraestructura, redes, servidores y sistemas conectados. Aquí existen dos métodos:
- Reconocimiento activo: Implica interactuar directamente con el sistema objetivo, por ejemplo, escaneando puertos con herramientas como Nmap para descubrir qué servicios están en uso.
- Reconocimiento pasivo: Se basa en recopilar información sin interactuar con el sistema, como revisando registros DNS, redes sociales o incluso filtraciones de datos en la Dark Web.
Este paso es crucial porque cuanta más información se tenga, más efectivo será el ataque simulado.
Escaneo: identificando puntos débiles
Una vez identificadas las posibles puertas de entrada, el siguiente paso es descubrir cuáles están realmente abiertas. Para ello, los pentesters utilizan herramientas especializadas como Nessus, OpenVAS o Acunetix, que permiten detectar:
- Puertos abiertos que podrían ser vulnerables.
- Sistemas operativos y versiones de software en uso (y si están desactualizados).
- Configuraciones inseguras que podrían ser explotadas.
Este análisis puede hacerse de dos formas:
- Análisis estático: Examina el código y las configuraciones sin ejecutarlos.
- Análisis dinámico: Prueba los sistemas en tiempo real para detectar problemas en ejecución.
Evaluación de vulnerabilidades: priorizando riesgos
Con la información recopilada, ahora toca interpretar los hallazgos. No todas las vulnerabilidades son igual de peligrosas. Algunas pueden ser solo pequeñas fallas sin impacto real, mientras que otras pueden ser una puerta abierta para un ciberataque. Para esto, los pentesters utilizan bases de datos de vulnerabilidades como:
- NVD (National Vulnerability Database)
- CVE (Common Vulnerabilities and Exposures)
Estas bases permiten analizar el riesgo de cada vulnerabilidad y priorizar cuáles deben corregirse primero.
Explotación: el ataque simulado
Aquí es donde realmente se pone a prueba la seguridad del sistema. En esta fase, los pentesters intentan explotar las vulnerabilidades detectadas, simulando un ataque real para ver hasta qué punto pueden comprometer la seguridad. Algunas de las técnicas más utilizadas en esta fase incluyen:
- Inyección SQL: Para acceder a bases de datos sin autorización.
- XSS (Cross-Site Scripting): Para inyectar código malicioso en sitios web.
- Fuerza bruta y robo de credenciales: Para probar la robustez de las contraseñas.
Este paso es clave para entender qué pasaría en un ataque real y evaluar la efectividad de las defensas del sistema.
Informes: documentar y corregir
De nada sirve hacer un pentesting si luego no se toman medidas. En la última fase, los expertos elaboran un informe con:
- Las vulnerabilidades encontradas y su nivel de riesgo.
- Los ataques que se lograron ejecutar con éxito.
- Las recomendaciones para corregir los problemas detectados.
Este informe es la base para mejorar la seguridad y prevenir futuros ataques, ya que permite a la empresa o usuario corregir las fallas antes de que un atacante real las aproveche.
¿Por qué es crucial hacer pruebas de penetración?
Las pruebas de penetración no son un capricho ni algo que solo necesiten las grandes empresas. Cualquier organización o usuario con datos sensibles está en riesgo de sufrir un ataque, y el pentesting es una de las mejores formas de adelantarse a los ciberdelincuentes.
Siguiendo estos cinco controles esenciales, las pruebas de penetración pueden ayudar a:
- Detectar y corregir vulnerabilidades antes de que sean explotadas.
- Mejorar la seguridad general del sistema.
- Cumplir con normativas de protección de datos.
- Reducir el riesgo de ataques cibernéticos.
En un mundo donde los ataques informáticos son cada vez más frecuentes y sofisticados, no basta con confiar en los antivirus o firewalls. La mejor estrategia de defensa es conocer tus propias debilidades antes que los atacantes lo hagan.
Así que, si nunca has hecho una prueba de penetración, quizás sea el momento de empezar. Porque en ciberseguridad, la ignorancia no protege a nadie.