Crear contraseñas fuertes y complejas, es fundamental para evitar intrusos en tus cuentas y mantener al máximo la seguridad. Sin embargo, es común cometer errores. A veces, a la hora de crear una clave de acceso, podrías utilizar palabras que crees que no tendrán importancia, pero podrían facilitar el trabajo de los ciberdelincuentes. En este artículo, vamos a hablarte de en qué consiste lo que se conoce como diccionarios personalizados a la hora de crear una contraseña.
El objetivo es que reconozcas el riesgo de usar determinadas palabras y generes claves de acceso que realmente sean complejas y seguras. Vamos a darte una serie de pautas para crear contraseñas que protejan al máximo tus cuentas en Internet y evitar que cualquiera pueda entrar sin tu permiso, ya sea en el correo, redes sociales o cualquier otra plataforma.
El error de los diccionarios personalizados
Hay un fallo muy conocido y es utilizar palabras fáciles de recordar, dentro de una contraseña. Lo mismo ocurre con números sencillos y seguidos. Por ejemplo, tu nombre y fecha de nacimiento. Aunque vas a poder memorizarla sin problemas, un atacante va a empezar a probar por ahí, por lo que es un claro error.
También están palabras que forman parte de los diccionarios generales de contraseñas. Podemos decir que son palabras o cifras comunes, que cualquier podría incluir en su clave. Los atacantes, una vez más, van a empezar a probar con esas contraseñas. Van a tener mayor facilidad para robarla.
Ahora bien, hay un caso distinto que es el que se conoce como diccionarios personalizados. En esta ocasión, también se van a utilizar palabras fáciles, pero con cosas más personalizadas. No necesariamente es el nombre de la persona. Por ejemplo, suele ser algo del tipo Nombredelnegocio1234. Incluso dentro de una empresa, los propios trabajadores podrían usar contraseñas que les sean fáciles de recordar, en función de dónde estén. Por ejemplo, administracion123456.
Evita problemas
Nuestra recomendación es que te olvides de lo que se conoce como diccionarios personalizados. No incluyas en tus contraseñas nada que te relacione, ya sea directamente o no. Por ejemplo, no uses el nombre de tu ciudad, de tu empresa, puesto de trabajo, etc. Personalizar las contraseñas, es una mala idea.
En cambio, lo que sí debes hacer es generar claves que sean totalmente aleatorias. Asegúrate de poner letras (tanto mayúsculas como minúsculas), números y también otros símbolos especiales. Eso es lo que dará realmente fiabilidad a una contraseña. Es lo que dificultará mucho el trabajo a los cibercriminales.
Para generar claves aleatorias y seguras, una opción es contar con un gestor de contraseñas. Más allá de poder almacenadas, y no tener que recordarlas todas, también, en algunos casos, cuentan con un generador para crearlas sin tener que pensar, lo que podría terminar en poner palabras o dígitos familiares. Por ejemplo, puedes usar KeePass.
En definitiva, mucho cuidado a la hora de crear contraseñas. Aléjate de los diccionarios personalizados, de palabras o dígitos que puedan tener relación contigo o con algo de tu entorno. Es importante que esas claves sean totalmente aleatorias.