Estamos acostumbrados a ver muchos términos que hacen referencia a los diferentes apartados y características que hay en la red. Y por si no te habías dado cuenta, se puede leer mucha información acerca de la Web 3.0, y también se puede encontrar como Internet 3.0. Esto abarca un campo muy amplio y en ocasiones los usuarios no saben realmente qué significa. Pero, ¿en qué cambia con respecto a la conocida Web 2.0?
Toca conocer cuáles son las diferentes claves entre Web 2.0 y Web 3.0 en este artículo. Vamos a explicar realmente qué diferencias hay entre web 3.0 y web 2.0. De esta manera, vas a poder tener la oportunidad de comprender mejor qué significa cuando leamos estos términos al navegar por la red. Y es que, a lo largo del tiempo, la World Wide Web ha ido variando.
La red ha avanzado mucho en los últimos años
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la red, Internet en general, ha avanzado mucho en los últimos tiempos. Han surgido muchas posibilidades que hace tan solo unos años parecían imposibles o irreales. Tenemos a nuestra disposición un amplio abanico de posibilidades.
Si pensamos en cómo era una página web hace una década, cómo era navegar desde un móvil o qué aspecto tenían las diferentes plataformas que usamos en la red, con total seguridad veremos qué ha cambiado enormemente. Esto es algo que ocurre constantemente y que en muchos casos no nos damos cuenta hasta que volvemos muy atrás en el tiempo.
La manera en la que nos conectamos a Internet también ha cambiado. Hace unos años lo normal era conectarnos a través de un ordenador conectado por cable al router. Esto hoy en día es diferente, ya que la mayoría de las conexiones son inalámbricas. En parte el auge de los dispositivos móviles ha provocado que así sea, pero también la mejora de las conexiones Wi-Fi.
Todo esto nos ha llevado a una evolución tecnológica en la que Internet se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para las personas. Y de ahí, que continúe evolucionando con el paso de los años. Por ello, toca cuáles son las principales características de estos dos tipos de web y sus principales diferencias. Con esto, resulta más sencillo conocer qué ha cambiado y qué supone esta evolución para los usuarios.
¿Qué es la Web 2.0?
Esta la podemos definir como el comienzo de una era, en la que la web se define como un nuevo medio. En lugar de ser sitios web estáticos que solo enviaban información a los usuarios, cuando apareció Web 2.0 llegaron nuevas funciones a la hora de interactuar. También aparecen sitios como los blogs y empiezan a surgir las redes sociales.
Muchas tecnologías definieron a la web desde sus inicios hasta la versión 2.0. Entre ellos y uno de los más importantes, es la tecnología AJAX (JavaScript asíncrono y XML). Esto permite que páginas como, por ejemplo, Google Maps, puedan ser más interactivas, pudiendo realizar zoom o desplazarse por el mapa.
El uso de CSS también es otra característica que define a la Web 2.0. De inicio los programadores tenían que hacer los formatos en las páginas mediante tablas, lo que no dejaba mucho control. Pero a principios de los 2000, CSS se volvió más completo, lo que dio vía libre a nuevos diseños más complejos que cambiaron la apariencia de las páginas web.
Entre las principales características de este tipo de web hay que hablar de que se pasa de lectores a productores, es decir, cambia la relación de solo un lector de manera pasiva a una lector que es activo. Además de esto, Internet pasa a formar parte de la zona de trabajo de los usuarios. Se empieza a ver como una herramienta móvil, además de que con este tipo de web se da mayor facilidad a una web participativa, es decir, los usuarios pueden hablar a través de foros, comunidades, comentarios, reseñas, etc.
¿Qué es la Web 3.0?
También se le puede llamar Web3. Actualmente se trata de un nuevo formato que está saliendo a la luz poco a poco. Comprende muchos más conceptos de semántica de los que propone el W3C, y se relaciona con conceptos superiores como la descentralización.
Parte de la culpa de la descentralización la tienen las criptomonedas, las cuales brindan nuevas formas de pago y transferencias, junto con los NFT, que nos facilitan nuevas formas de crear y administrar activos mediante el blockchain.
Por otro lado, el uso de la inteligencia artificial (IA), facilita mucho los procesos de trabajo, y favorece mucho la automatización y experiencia del usuario final. La ayuda de la IA, permite llevar la escalabilidad a nuevas cotas junto con el rendimiento de la página. Ahora bien, antes de pasar a las diferentes entre ambos formatos, hay que tener en cuenta que, para comprender mejor la Web 3.0, hay que conocer cuáles son las ventajas de esta evolución de Internet:
- Descentralización: los datos y la información no están bajo el control de una única organización o entidad, y todo gracias a que no hay un punto central de control. Con esto se consigue que se pueda reducir el riesgo de que los datos se puedan perder, corromper o que se usen sin el consentimiento del usuario.
- La privacidad y seguridad: los datos que se almacenen en una red descentralizada, lo cierto es que no solo va a estar cifrada, sino que se consigue un nivel superior de privacidad de estos. Por lo que supone una gran ventaja frente a las anteriores versiones de la web. Además de que las personas pueden tener un mayor control sobre sus datos, y todo con el fin de que puedan garantizar que no se utilice su información sin su consentimiento. A esto hay que añadir la seguridad, ya que la red es menos vulnerable a los posibles ataques de ciberdelincuentes.
- La transparencia: en este caso también se consigue una mayor transparencia al hacer que los usuarios puedan rastrear cada una de las transacciones que realizan, con tal de garantizar la confianza. Por ejemplo, esto se puede ver cuando se usan contratos inteligentes que son públicos y se llevan a cabo de forma automático en la blockchain. En la Web 3.0, los usuarios tienes la posibilidad de ver en la red el código fuente y las transacciones que se realicen.
Diferencias entre la web 3.0 y 2.0
La web 3.0 es como se conoce al Internet más actual. Es el denominado como Internet en la nube, ya que gran parte del contenido está almacenado de esta forma. También hay que tener en cuenta la importancia de las aplicaciones web y las plataformas que están disponibles para múltiples sistemas operativos y no solo como página web. Se trata sin duda de un avance más que podemos ver en nuestro día a día al utilizar la red.
Uso de aplicaciones web
Si hablamos de diferencias marcadas, en la web 2.0 era necesario la instalación de aplicaciones para poder utilizar determinados servicios. Pongamos como ejemplo programas de mensajería instantánea. Antes era necesario instalar programas para poder comunicarnos, como por ejemplo el antiguo Messenger y otros similares. No bastaba simplemente con tener conexión a Internet, un navegador y acceder así a un determinado servicio.
Sin embargo, esto ha cambiado con la web 3.0. Hoy podemos simplemente entrar en su página web y desde el propio navegador tener los mismos servicios. Lo podemos ver con WhatsApp, por ejemplo. Podemos usar el servicio directamente en el navegador sin necesidad de instalar nada adicional. Esto es algo que facilita mucho la tarea a los usuarios, especialmente cuando vamos a utilizar múltiples servicios en nuestro día a día y no queremos tener tantas aplicaciones instaladas.
Interacción de los usuarios
También ha cambiado la manera en la que los usuarios interactúan. Ya con la web 2.0 dimos un salto importante al permitir compartir en redes sociales y lanzar mensajes que tengan audiencia. Una manera de dar visibilidad a opiniones o creaciones de cualquier usuario de una manera sencilla y que además se pudiera viralizar. No era algo tan estático, en donde los usuarios simplemente leían el contenido.
Ahora con la web 3.0 eso se amplía al basarse en un Internet más inteligente, donde los usuarios pueden también hacer búsquedas más cercanas y estar más conectados entre diferentes plataformas y dispositivos. Aporta una serie de ventajas en este sentido que podemos tener en cuenta al navegar.
Básicamente el término web 2.0 surgió con el auge de las redes sociales y la interacción con éstas. Los usuarios tenían a su disposición una serie de posibilidades que hasta ese momento no era posible. Antes únicamente leíamos contenido, mientras que crearlo por nosotros mismos era más complicado.
Con la web 3.0 se ha ampliado el abanico de posibilidades. Tenemos muchos caminos para poder interactuar incluso en tiempo real con la red. Estamos perfectamente accesibles a todo el contenido desde cualquier dispositivo y sin importar dónde nos encontremos. Es sin duda uno de los cambios más importantes.
Para tener esto más claro, con la web 2.0, los usuarios empiezan a tener la opción de crear contenidos e interactuar con otros y con las propias páginas web, mientras que en la web 3.0 lo cierto es que todo se basa en tener una experiencia digital y dar más control a los usuarios.
Accesibilidad desde múltiples dispositivos
Pero sin duda el cambio más importante de la web 3.0 es la accesibilidad desde diferentes dispositivos. No estamos ante un término nuevo, como sabemos, pero sí que podemos ver que desde hace unos años plataformas como Google dieron un paso importante para permitir la navegación casi en las mismas condiciones sin importar el tipo de dispositivo que estemos utilizando. Esto significa que podemos usar un móvil o tableta para realizar una búsqueda, entrar en una web como puede ser RedesZone, y que el contenido aparezca igual y sin problemas ya sea a través de un ordenador o un móvil.
Antes era muy habitual que al entrar en una página web desde el móvil ésta se viera mal. No estaban optimizadas correctamente y eso podía generar complicaciones al interactuar por el menú y los diferentes apartados. Incluso podíamos toparnos con la posibilidad de tener una versión web de ese sitio. Ahora esto ha cambiado y podemos entrar en una misma página desde cualquier dispositivo y se va a adaptar correctamente.
Hay que tener en cuenta que cada vez utilizamos más dispositivos y muy diferentes entre ellos. No solo hablamos de un ordenador y un móvil, sino también de otros aparatos como tablets, televisiones, libros electrónicos… Desde muchos equipos vamos a poder navegar y utilizar diferentes servicios que formen parte de nuestro día a día. Gracias a esta mayor accesibilidad, podemos lograrlo fácilmente sin tener complicaciones cuando usamos un dispositivo diferente.
Uso de la nube
La web 3.0 nos ha traído un mayor uso de la nube. Podemos almacenar archivos en múltiples plataformas y tenerlos disponibles desde cualquier lugar y en cualquier momento. Podemos crear fácilmente copias de seguridad para liberar espacio en nuestro teléfono móvil, por ejemplo. Incluso para el trabajo en remoto se ha convertido en algo casi indispensable. Tenemos una gran cantidad de servicios que nos ofrecen la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, comunicarnos con compañeros, etc. Básicamente, esto se debe a que la Web 3.0 tiene una estructura descentralizada, al revés de lo que ocurre con la Web 2.0.
Son muchas las plataformas de almacenamiento en la nube que tenemos a nuestra disposición. Tenemos muchas opciones gratuitas, aunque también versiones más completas que son de pago. Sin duda ha cambiado mucho la manera en la que usamos la red en este sentido. Ya no necesitamos almacenar el contenido en un disco duro o memoria; ahora podemos simplemente tenerlo en la red, disponible en todo momento. Esto lógicamente ha ido unido a un aumento importante de las velocidades de conexión. Tenemos especialmente más velocidad de subida que hace unos años, algo indispensable para la nube.
Blockchain con la web 3.0
La Web 3.0 ha traído consigo una mayor interconexión de datos y ha permitido que las máquinas puedan entender el contenido de las páginas web de una manera más eficiente. Esto ha permitido el surgimiento de nuevas tecnologías que antes no eran posibles, como la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas. El Blockchain es una tecnología que ha surgido gracias a la Web 3.0 y que ha encontrado en esta nueva fase de la web el escenario perfecto para su despliegue. El Blockchain es una base de datos descentralizada y segura que permite el almacenamiento de información de manera inmutable. Gracias a esta tecnología, es posible la creación de aplicaciones descentralizadas que no dependen de una entidad centralizada para su funcionamiento.
Una de las principales ventajas del Blockchain es su seguridad. Este utiliza una tecnología criptográfica que protege la información almacenada en la red. Además, el hecho de que la información esté descentralizada hace que sea mucho más difícil de atacar. Otra de las ventajas del Blockchain es la transparencia que ofrece. Todas las transacciones que se realizan en la red son visibles para todos los usuarios, lo que implica que no hay lugar para la corrupción o el fraude. Cada transacción es validada por la red, lo que asegura su autenticidad.
Esta tecnología ha encontrado un gran uso en el ámbito financiero, gracias a la creación de criptomonedas como Bitcoin y Ethereum. Estas criptomonedas son descentralizadas y no dependen de un banco central para su funcionamiento. Esto las hace más seguras y transparentes que las monedas tradicionales. En resumen, la Web 3.0 ha sido un gran impulsor del Blockchain gracias a las nuevas tecnologías que ha permitido, como la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas. El Blockchain es una tecnología segura y transparente que ha encontrado en la Web 3.0 el escenario perfecto para su despliegue.
Además de esto, es innegociable que la web 3.0 ha traído consigo el Internet de las cosas y el Comercio en sí. Los usuarios tienen la opción de tener no tener que pasar por intermediarios, además de que se reducen las tasas de transacción. Todo esto ayuda además a que la comercialización sea global y de una manera libre y más justa.
¿Qué viene después?
La web 3.0 es en estos momentos un concepto en constante evolución. Esta se ha visto patente en tecnologías que si bien no eran totalmente desconocidas, ahora están presentes en las vidas de muchas personas. Conceptos como la descentralización, las criptomonedas, los NFT, Inteligencia Artificial, el Blockchain o el Metaverso. Todas estas llevan a Web 3.0 a otro nivel de exigencia por parte de los usuarios.
Pero todas ellas también generan mucha incertidumbre, sobre todo en temas de seguridad. Esta versión 3 podría llegar a incluir nuevos estándares que cambien el funcionamiento de la web. Uno de esos protocolos es el HTTP, que a lo largo de los años se ha basado en los protocolos TCP/IP. Este también podría evolucionar, y más cuando ya se conocen algunos otros que cuentan con mejor rendimiento y ofrecen una fiabilidad mucho mayor.
La descentralización será algo muy importante en Internet, y esto ayudará a que aparezcan nuevos servicios basados en este tipo de distribución. Lo cual hará que el blockchain cobre mucha más importancia. Por lo cual, según Web 3.0 evoluciona y se define, se estará creando una nueva base que será lo que todos tendremos en nuestras conexiones a internet. Pero sobre todo, siempre buscando un mejor rendimiento, eficiencia y seguridad. Siendo todo esto necesario para el futuro de Internet.
Luego también podemos escuchar el concepto de Web 4.0. La cual habla sobre la inteligencia artificial que puede entender a los humanos, y son capaces de aprender cuanto más se utilizan. Se considera algo que va a cambiar completamente la forma de trabajar, vivir y de consumir de los usuarios. Llegando a transformar sectores como la industria. Esta detalla sistemas como:
- Comprensión de lenguajes corporales y tecnologías Speech-to-Text.
- Usos de la información de contexto junto con el historial de los usuarios.
- Nuevos modelos de comunicación de máquina a máquina.
- Nuevos modelos de interacción directa con los humanos.
Por lo tanto, se piensa que es la próxima evolución de la era de Internet. Todo pasará por la evolución de la Inteligencia Artificial, además del aprendizaje automático. En definitiva, existen diferencias entre la web 3.0 y la web 2.0. Las mejoras que hemos visto en los últimos años son más que evidentes. Nos encaminamos a un Internet más accesible desde todo tipo de dispositivos y eso también hará que las páginas tengan que adaptarse. Llegarán nuevos servicios, nuevos sitios que formarán parte de nuestro día a día.