Para poder navegar por Internet, algo esencial es el protocolo IP o Protocolo de Internet. Cuenta con dos versiones: IPv4 y, la más reciente, IPv6. Tienen diferencias, como vamos a ver. Aunque la primera es la que está ampliamente extendida hoy en día, el futuro es de la segunda. Vamos a explicar para qué se utiliza este protocolo y los principales aspectos de cada una de sus dos versiones.
Para qué sirve el Protocolo de Internet
Podemos decir que el Protocolo de Internet es básico para la navegación tal y como la conocemos. Contiene una serie de reglas que sirve para enrutar y direccionar los paquetes de datos. Cada uno de estos paquetes va a llevar información que es necesaria para saber dónde deben enviarse. Básicamente tienen que conocer la dirección.
Hay que tener en cuenta que cada uno de los dispositivos que hay conectados a la red se le asigna una dirección IP. Por ejemplo, dominios como RedesZone.net tienen una IP asignada a la cual nos conectamos cada vez que ponemos la dirección en un navegador. Ese Protocolo de Internet o IP es lo que permite que la información llegue al destino correcto.
En cierto modo es igual que cuando mandamos una carta por correo postal. Estamos mandado información (un papel escrito, por ejemplo) a una persona que se encuentra en otro lugar. Para que esa carta llegue a su destino es necesario que tenga una dirección para que no se pierda por el camino. Esto es igual, pero en términos digitales. La diferencia es que esa IP puede cambiar, ya que se asignará de forma automática cuando se establece la conexión.
No se trata de un protocolo nuevo, ni mucho menos; no obstante, con el paso del tiempo todo ha cambiado, hay más aparatos conectados y eso ha hecho que hayan surgido diferentes versiones. Ahí es donde encontraremos diferencias entre IPv4 y IPv6.
En qué consiste IPv4
IPv4 es la primera versión. Cuando la crearon hace 40 años tenía limitaciones pero para esa época eran más que suficientes. Es decir, estaba diseñado para soportar teóricamente unos 4.300 millones de dispositivos conectados a la red. No obstante, de esas va a reservar unos 16 millones para redes privadas y otros 268 millones, aproximadamente, para direcciones de multidifusión. Claro, en la década de los 80 prácticamente no había Internet en ningún sitio y todo se limitaba a equipos informáticos de organismos oficiales y a determinados países.
En el caso de IPv4 se utiliza una dirección de 32 bits. Esa dirección IP está compuesta por cuatro bloques. Cada uno de esos bloques va a tener 256 números, ya que va del 0 al 255. Por ejemplo, podemos encontrar una dirección IP del tipo 14.173.231.048. Esa va a ser la dirección que va a identificar a un determinado dispositivo o servidor en la red. Por ejemplo la dirección de una página web.
Hasta hace unos años eso era más que suficiente, pero la cosa ha ido cambiando. Cada vez tenemos más dispositivos conectados a la red. Solo tienes que pensar la cantidad de aparatos de lo que se conoce como el Internet de las Cosas que tenemos a nuestro alrededor. Cámaras de vigilancia, impresoras, bombillas inteligentes… Eso, además de los habituales ordenadores y móviles, hace que poco a poco se agoten las direcciones IP disponibles.
Qué es IPv6
Para salvar esa limitación surgió IPv6. Esto ocurrió en el año 2011, por lo que tampoco estamos ante una novedad aunque, eso sí, no está muy implantado todavía. Eso sí, su desarrollo empezó ya a finales de la década de 1990. En este caso admite direcciones prácticamente infinitas, que mínimo solucionará el problema durante mucho tiempo.
En total la cifra es 2 elevado a 128 o, dicho de otra forma, unos 340 sextillones. Una cifra más que significativa. IPv6 se basa en direcciones de 128 bits. Son representadas a través de ocho bloques de cuatro dígitos hexadecimales cada uno de ellos. Eso permite alcanzar cifras de combinaciones realmente elevadas. El renrutamiento, por tanto, es similar al de IPv4 pero en este caso pasa a ser de 128 bits.
Un ejemplo de dirección IPv6 sería 2001:3dr4:0231:6852:5h76:34p7:3469:8453. Hay que indicar que un paquete de dirección IPv6 va a tener principalmente dos partes. Una de ellas va a actuar como cabecera (va a tener una parte fija y otra con variables) y luego la carga útil (que son los datos).
El cambio a IPv6 ya ha empezado, especialmente en algunos países. El agotamiento de las direcciones IPv4 es una realidad y eso obliga a tomar medidas. Existen mecanismos de transición para ir adaptando poco a poco las direcciones.
Un factor importante de IPv6 es que también aporta mejoras en seguridad. Por ejemplo, de forma nativa cuenta con IPSec. Esto sirve para autenticar y cifrar los paquetes de datos, algo que aporta una mejora frente a la versión anterior. A fin de cuentas se trata de un protocolo bastante más reciente, ya que el anterior tenía 40 años.
Diferencias entre IPv4 y IPv6
Como puedes imaginar, existen diferencias claras e importantes entre IPv4 y IPv6. Vamos a resumir las principales para que puedas conocer cómo funciona cada una de ellas. Verás que hay algunos cambios significativos con la introducción del nuevo Protocolo de Internet.
- Número de direcciones: sin duda la diferencia más importante y por la que empezó a idearse la implantación de IPv6. Va a permitir salvar el problema del agotamiento de las direcciones IP a nivel global.
- Bloques y separación: otra diferencia, en este caso visual, es en la dirección IP como tal. El protocolo IPv4 está dividido en cuatro bloques separados por un punto, mientras que IPv6 son ocho bloques separados por dos puntos (:) cada uno.
- Velocidad: aunque aquí realmente no hay una diferencia clara, sí que es cierto que en determinadas circunstancias IPv6 puede funcionar más veloz (cuando estamos trabajando con NAT).
- Seguridad: IPv6 aporta mayor seguridad de manera nativa. Cuenta con mecanismos de seguridad añadidos, como IPSec.
En definitiva, como has podido ver hay varias diferencias entre IPv4 y IPv6. La principal de todas ellas es el número de direcciones, que va a ser infinitamente mayor en este último caso. También existen diferencias en cuanto a seguridad, velocidad o los bloques y separación de las direcciones. Todo ello hace que estemos ante un protocolo que sin duda va a ser determinante próximamente por la gran cantidad de dispositivos que ya hay y que habrá.