Una de las técnicas de protección de datos que los usuarios suelen utilizar para evitar que sus datos personales y privados caigan en malas manos es el cifrado de datos. De esta manera se evita que cualquiera sin la contraseña pueda acceder a ellos, aunque debemos tener en cuenta que, con orden judicial, es probable que nos veamos obligados a facilitar nuestras claves de cifrado si no queremos sufrir consecuencias mayores. Aprende a encriptar archivos y carpetas con Kryptel.
Esto es lo que le ha ocurrido a Christopher Wilson, un estudiante de informática de 22 años que ha sido condenado a 6 meses de cárcel por negarse a facilitar las claves de su ordenador, entorpeciendo la investigación sobre una serie de ataques contra una página web de la policía. Este joven está acusado de haber realizado una llamada falsa (con un software de cambio de voz) para avisar a la policía de un falso ataque y distraerlos así de un ataque a mayor escala realizado contra la web en cuestión. También es sospechoso de una serie de mensajes difamatorios en las páginas de Facebook sobre la muerte a tiros de 2 policías en Manchester.
Este joven es sospechoso también de enviar una serie de mensajes amenazantes contra un miembro de Universidad de Newcastle en los que afirmaba que iba a matarle y que ya había tenido acceso a un arma de fuego y a munición. Tras la investigación de este caso se descubrió que los servidores desde los que habían sido enviados los correos estaban vinculados con esta persona y la policía incautó diverso material informático para analizar y utilizar como prueba.
Wilson negó tanto las amenazas como los ataques informáticos anteriores y facilitó a la policía 50 claves de cifrado diferentes, siendo las 50 falsas. La policía consiguió una orden judicial que le obligaba a dar la contraseña correcta y, tras la negativa del joven, este ha sido enviado a la cárcel por entorpecer la investigación.
La sección 49 de la ley RIPA obliga a los ciudadanos a facilitar los códigos de cifrado de sus sistemas informáticos ante una investigación con una orden judicial. La negativa de ello supone la privación de la libertad con efecto inmediato y, por ello, este informático ha sido privado de su libertad durante 6 meses y, de paso, se han reforzado las sospechas sobre la culpabilidad del mismo. Habrá que esperar a ver qué acciones se llevan a cabo durante los 6 meses de cárcel y tras su salida respecto a la investigación.
¿Qué opinas sobre el envío del joven a la cárcel por negarse a facilitar la clave de cifrado?