Ya hemos hablado en varias ocasiones sobre las conexiones VPN y su principal finalidad, que es proteger nuestro tráfico mediante un cifrado de manera que podamos ocultar nuestra información personal y nuestra identidad de cualquiera que pueda estar monitorizando la red y, en muchos casos, incluso proteger nuestra privacidad. Por desgracia, no todos los DNS son igual de seguros, además de que no todos cuentan con funciones y medidas de seguridad que nos protejan de las principales vulnerabilidades como, por ejemplo, las fugas DNS.
Existen varias formas de conectarnos a un servidor VPN para proteger nuestro tráfico. Dependiendo del servicio y el protocolo que vayamos a utilizar podemos conectarnos desde un cliente instalado en nuestro ordenador, cifrando de esta manera todo el tráfico generado en el ordenador, tanto el que venga por parte del navegador como el de cualquier otra aplicación, o bien utilizando una extensión para Google Chrome o Firefox, cifrando todo el tráfico del navegador, pero dejando el resto de tráfico de las demás aplicaciones sin cifrar.
Una vez conectados a un servidor VPN, nuestro tráfico ya está protegido, en mayor o menor medida, pero protegido. Sin embargo, es posible que existan algunos puntos débiles en esta seguridad que puedan poner en peligro nuestras conexiones, y esto es lo que vamos a aprender a identificar a continuación. Detectar fallos en los DNS es importante.
Cómo comprobar que nuestro VPN funciona y que no estamos poniendo en peligro nuestros datos
Lo primero que debemos comprobar para asegurarnos de que estamos correctamente conectados al servidor VPN es la IP que nos identifica en Internet. Cuando nos conectamos a este tipo de servidores, a grandes rasgos lo que estamos haciendo es establecer una comunicación privada con el servidor de manera que, en vez de enviar nuestro tráfico directamente a un servidor remoto, lo hagamos al servidor VPN y, desde él, se envíe al servidor remoto como si fuese él mismo quién la envía.
Por ello, uno de los elementos base para comprobar que nuestro VPN funciona correctamente es comprobar nuestra IP. Cuando nos conectamos a Internet de forma directa, de cara a los servidores estaremos reflejando nuestra IP pública, así como nuestra ubicación. Sin embargo, si estamos conectados a través de un VPN la cosa cambia, y en vez de aparecer nuestra IP pública deberíamos ver otra IP, la del servidor remoto, junto con su ubicación.
En el siguiente enlace os enseñamos cómo comprobar nuestra IP.
Si la IP que nos muestra esta página no coincide con nuestra IP pública facilitada por nuestro proveedor de Internet, la conexión, al menos desde el navegador, se está realizando correctamente. También podemos comprobar nuestra IP desde otras aplicaciones, o desde otros navegadores como Internet Explorer, para asegurarnos de que todo nuestro tráfico se está protegiendo adecuadamente, no solo el de un navegador.
Las fugas DNS también pueden ser un problema
Uno de los puntos más débiles de nuestra conexión son las peticiones al servidor DNS. Esto puede permitir que, cuando visitamos una web, al realizar la consulta correspondiente al servidor DNS se filtre nuestra IP, así como la web que visitamos, lo que puede suponer un peligro para nuestra privacidad, ya que dicha información podría ser recopilada, por ejemplo, por grandes organizaciones.
Podemos comprobar si también se filtran las peticiones DNS desde el siguiente enlace. Si al realizar los tests nos aparecen servidores diferentes a nuestro DNS, entonces se está filtrando esta información a pesar de estar conectado por VPN a la red.
¿Sueles verificar el correcto funcionamiento de tu red cuando te conectas a través de un servidor VPN?