Consejos y trucos para usar el horno y ahorrar en la factura de la luz

Consejos y trucos para usar el horno y ahorrar en la factura de la luz

Javier Jiménez

Hay determinados electrodomésticos que pueden llegar a consumir bastante electricidad. Uno de ellos es el horno, que sin duda cuando lo encendemos va a tener un consumo importante. Ahora bien, ¿podemos usar el horno y gastar menos energía? En este artículo te vamos a dar algunos consejos sencillos que puedes poner en práctica. El objetivo es que ahorres dinero a la hora de cocinar y no tengas que pagar tanto cada mes en tu factura de electricidad.

El horno es uno de los electrodomésticos que más energía consumen, por ejemplo, mientras está calentando suelen gastar unos 3kW de potencia, lo que al cabo de media hora se traduce en un consumo de unos 1,5kWh aproximadamente. Una vez que ha conseguido la temperatura objetivo, el consumo pasa a ser de 0kWh mientras no baje la temperatura del termostato y vuelva a calentar de nuevo para mantener la temperatura. Si quieres saber algunos trucos para ahorrar luz al usar el horno, a continuación, tenéis todos los detalles.

Consejos para ahorrar luz al usar el horno

No todos los hornos van a consumir lo mismo y eso es algo que debes tener presentes. También va a depender de la temperatura a la que lo pongas, el tiempo, etc. Pero en todos los casos puedes tener en cuenta ciertas recomendaciones comunes que sin duda van a hacer que ahorres energía en tu hogar.

Usa el microondas cuando sea posible

El primer consejo es que utilices el microondas cuando sea posible. En muchos casos no será igual cocinar en el horno que en el micro, pero en ocasiones sí que son compatibles ambos. ¿Significa esto que el microondas consume poca luz? No exactamente. Lo que sí hay que tener en cuenta es que es un electrodoméstico más óptimo, ya que tarda menos tiempo en calentar la comida que el horno, ya que el horno puede tardar como mínimo 30 minutos y con un gasto de energía de 1,5kWh aproximadamente. Sin embargo, un microondas a pleno rendimiento durante 10 minutos, consumirá unos 0,2kWh, por lo que la diferencia es bastante importante.

Por tanto, si puedes calentar algo en el microondas ahorrarás en la factura. Gastarás menos que calentarlo en el horno, el cual va a tardar más y el consumo total será mayor. El microondas es uno de los electrodomésticos más eficientes y que menos consumen, por tanto, úsalo siempre que sea posible.

En este caso, lo que debes hacer es usar el sentido común. Puedes pensar qué es mejor en cada situación, siempre teniendo en cuenta que el microondas es más eficiente y va a calentar la comida en menos tiempo, por lo que consumirá menos electricidad. Una medida que te ayudará a ahorrar luz si evitas usar más el horno.

Apágalo por completo

El consumo fantasma puede llegar a suponer una parte importante del total cada mes. Si tu horno tiene reloj digital, justo eso hace que siempre esté consumiendo. Lo que puedes hacer es desconectarlo directamente de la corriente cuando no lo utilices. De esta forma podrás ahorrar algo en la factura. Esto mismo puedes hacer con cualquier otro electrodoméstico o aparato que tengas conectado a la electricidad. Es un pequeño gesto que sin duda puede hacer que permita aumentar el ahorro.

Error al usar el horno y gastar más luz

Mucho cuidado si piensas usar enchufes inteligentes para controlar el horno, hay que tener en cuenta que este electrodoméstico suele necesitar potencias de hasta 3000W, y muchos enhufes inteligentes solamente soportan hasta 2.500W. Necesitarás un enchufe inteligente que soporte 16A o 3,6kW para no tener problemas de calentamiento. No obstante, en las nuevas viviendas el horno suele tener su propio magnetotérmino, podrías cambiar este magnetotérmico tradicional por uno inteligente que permita encender y apagarlo remotamente y en red local.

Evita abrir el horno

Otra recomendación importante es evitar abrir el horno. Cada vez que abres la puerta para ver cómo está la comida, estarás desperdiciando energía. Habrá intercambio de temperatura con el exterior y eso va a hacer que tenga que volver a calentar para mantener la temperatura de cocción correctamente. Si por algún motivo necesitas abrir la puerta, que sea el mínimo tiempo posible. Es, básicamente, igual que en el caso del frigorífico. Cada vez que abres la puerta, se pierde el frío interior. En el caso del horno, es al contrario; pierde calor el electrodoméstico.

Lo mejor para ver cómo va la comida es mirar a través del cristal que tenemos en todos los hornos, de esta forma, nos aseguraremos de que no sale nada de calor al abrir. Todos los hornos incorporan este tipo de cristal con el objetivo de ver cómo va la comida sin necesidad de que abramos la puerta, por este motivo, es muy importante tener este cristal bien limpio siempre, para que podamos ver sin ningún problema.

Lo que consumes de electricidad al abrir el horno cuando está encendido, es similar a lo que ocurriría si abres la ventana en invierno con la calefacción puesta o en verano con el aire acondicionado en marcha. Va a entrar aire frío o caliente, según sea el caso, y eso va a hacer que los electrodomésticos tengan que funcionar a mayor potencia para recuperar la temperatura que tenían. Con el horno ocurre algo parecido, por lo que es fundamental que no lo abras.

Calienta varias cosas a la vez

También puedes aprovechar el espacio y calentar varias cosas a la vez. En vez de usar varias veces el horno, siempre que sea posible es mejor que lo llenes con todo lo que tengas que calentar y quepa, y de esta forma ahorrar energía. Eso sí, tal vez no todo lo que pongas requiera del mismo tiempo, por lo que es algo que debes analizar bien. Esto es similar a lo que harías con la lavadora o lavavajilla. En estos casos, mientras más lleno esté, mejor de cara al ahorro. Igual ocurre con el horno. Si puedes aprovecharlo para calentar comida de una vez, mejor.

También es muy importante que puedas calentar varias cosas, una detrás de otra, para no tener que apagar el horno y después encenderlo. Por ejemplo, si estás cocinando para comida, y posteriormente quieres hacer un bizcocho, lo ideal es que metas el bizcocho justo después de sacar la comida, para que se vaya haciendo, y si sobra tiempo, lo que puedes hacer es apagar el horno y que se termine con el calor residual que quede dentro.

Aprovecha el calor residual

Por otra parte, el calor residual que queda en el horno lo puedes aprovechar. En vez de apagar el electrodoméstico justo cuando vayas a sacar la comida, lo puedes apagar unos minutos antes y así aprovechar ese calor residual. Puede ser suficiente para terminar de cocinar algo y no estarás gastando energía. Además, el calor residual lo puedes aprovechar incluso para poner a calentar algo más sin necesidad de encenderlo de nuevo. Por ejemplo, algún plato de comida que ya esté listo para comer y simplemente quieras calentarlo un poco.

Eso sí, cuando vayas a aprovechar el calor residual, evita dejar mucho tiempo la puerta del horno abierta cuando vayas a sacar y entrar comida. Es en ese proceso cuando más energía puede perder. Una buena estrategia, es poner algún plato que necesite calor para cocinarse pero no demasiado, como puede ser algún postre pequeño, esto es perfecto para aprovechar este calor residual de la forma más eficiente posible.

Hornos inteligentes con WiFi

Actualmente existen hornos inteligentes con WiFi, que nos permitirán controlar el horno desde nuestro smartphone muy fácilmente. Este tipo de hornos, aunque pueda parecer que tienen menos consumo, la realidad es que consumirán exactamente lo mismo que uno normal, porque las resistencias y la energía que se necesita para calentarlo es exactamente la misma. Lo único que podemos controlar la temperatura, y el encendido y apagado desde nuestro smartphone, pero esto es para tener una mayor comodidad, pero de ninguna manera ahorraremos energía por usar este tipo de hornos.

La única forma de poder ahorrar con este tipo de hornos, es retrasando la activación del horno lo máximo posible, haciendo que la temperatura de operación varíe, aunque esto solamente es recomendable de cara a la finalización, para que no baje demasiado la temperatura.

Conclusiones

El horno es uno de los electrodomésticos que más potencia requieren para calentar la comida, ya que necesita unos 3.000W cuando necesita calentar la comida. Después el consumo es de cercano a 0W mientras que no salte el termostato, que entonces se vuelve a poner a 3.000W. Dependiendo de las veces que abras la puerta, este termostato se encenderá más o menos veces, por lo que es necesario que abras esta puerta el mínimo número de veces posible con el objetivo de ahorrar en electricidad.

Aunque pueda parecer que el horno consume muchos kWh, la verdad es que generalmente consume unos 1,5kWh para preparar la comida, el mayor consumo lo tendremos al calentar, porque después tan solo tendrá que mantener la temperatura de operación que hayas definido. Por supuesto, si pones una temperatura de 300ºC el consumo será mucho mayor que si pones una temperatura de operación de 180ºC, porque no solo no tendrá que aumentar la temperatura hasta ese límite, sino que no tendrá que mantener el horno tan caliente durante un determinado tiempo.

En definitiva, como ves puedes usar el horno en casa y ahorrar energía. El objetivo es pagar menos en la factura de la luz a final de mes. Si realizas algunos ajustes o cambios de hábitos como los que hemos explicado, puedes lograr ese ahorro y pagar menos. Es un electrodoméstico que conviene controlar e incluso puedes usar la domótica si tienes una red Wi-Fi sin cortes.

¡Sé el primero en comentar!